miércoles, 24 de diciembre de 2014

Mensaje de El Grito de la Lechuza.

 
Con ocasión de estas Navidades de 2014, El Grito de la Lechuza no es en esta ocasión ni crítico ni ácido ni punzante, y de ahí esta excepción en el título al sustituir el “Crónica” por “Mensaje”.

Y este es el Mensaje de la Lechuza:

“Un niño siempre puede enseñarle tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.”

Paulo Coelho.


Ojalá estas Navidades, que son tiempo de familia pero también de reflexión, y sobre todo, el año que empezará pocos días después, sea el año en el que todos recuperemos algo de nuestra infancia, como por ejemplo la sinceridad, la candidez, la naturalidad, la capacidad de sorprendernos, de observar, de valorar las cosas simples, de reír y sonreír como norma habitual y no como excepción, de abrir muchos los ojos y la boca para exclamar con todo el rostro ¡¡¡ oooohhhh !!!!, de amar sin condiciones, de tocar y tocarnos porque estamos a punto de perder el tacto entre los humanos, de mirarnos sin codicia y sí con la animosidad del que busca al amigo, de echar una mano desinteresada a quien nos necesita, de cantar porque sí, de llorar porque también sí, de abstraernos en ensoñaciones, de bailar porque te da la gana (la real gana dice una amiga mía), de dialogar sobre lo abstracto que es lo importante porque lo otro es la rutina, de emocionarnos porque otra mirada se cruza con la nuestra, porque una mano se extiende abierta para acoger manos que pueden ser caricias,…

Ojalá en algún momento del año podamos ser una ratito los niños que fuímos y que se nos olvidó!!!

Este es el deseo de El Grito de la Lechuza, y mi obligación es trasladaros lo que ella me explica y comenta.

Y así lo hago !!!

Paco Riera.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Píldora de la luna de los lunes 221214.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Primer día de invierno.
Día de la Lotería Nacional.
Sólo faltan tres días para la Navidad 2014.
Seis grados bajo cero en la capital de la Cerdanya, Puigcerdà.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

Hoy, casi penúltimo lunes del año y último antes de las Navidades, que según nuestra tradición significa amor, armonía, compañía de los seres queridos, buenos deseos para todos,… quiero haceros llegar un magnífico poema de Borges dedicado a la amistad.
Yo me siento amigo de todos vosotros, me siento amigo de todo el mundo, bueno, de casi todo el mundo porque hete aquí que ahora mismito se me ocurre pensar si este envío es posible dentro de la legalidad vigente o bien es ilegal porque la casta que manda en el país lo incluye dentro de la llamada “Ley Mordaza”, y en consecuencia, esta reunión virtual que tenemos los lunes es subversiva. Si yo fuese uno de ellos sería legal, eso si, porque el Partido que legisla (¿o alguien se cree lo de la separación de poderes?) a base de prohibiciones salvo en casos concretos en los que hace excepciones, y que suelen ser con los de su sintonía porque para ellos a su conveniencia las leyes dictamina.

Aún así, ME ARRIESGO a ser un ILEGAL. Ahí va el poema:


Poema de la Amistad
No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes
actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para
crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti…
En estos días me puse a recordar a mis amistades más
preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que
imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la
alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y
cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la
serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré… y le agradecí a Dios por ti.
Gracias por ser mi amigo.

Felices Navidades, amigos!!!
Paco Riera

viernes, 19 de diciembre de 2014

A mi queridísima Tía Rosa (17 de diciembre de 2014).

 
Bajaba a este Tanatorio de Les Corts desde mi pueblo de Sarriá, que no es un pueblo porque es un barrio pero huele como un pueblo, y pensaba que unas palabras debía dedicarle a mi querida Tía Rosa, que falleció en la mañana del lunes quince de diciembre de dos mil catorce.

Pensé que las palabras que pronunciaría ante los asistentes a su sepelio eran las que corresponden al mayor de sus sobrinos, ya que soy el mayor de  ellos por la parte Vilanova de mis apellidos, y también pensé que tal vez no era así, que debía hablar en mi calidad del mayor de los hijos que Tía Rosa no tuvo porque a todos sus sobrinos nos consideró como sus hijos.
Sin llegar a solucionar esa incógnita llegué al Tanatorio y decidí que la duda persistiese porque no era eso ni lo más importante ni lo que me movía a hablar en el funeral de mi Tía.

Decidí tirar de recuerdos, unos pocos, porque en los funerales el tiempo apremia, y así los desglosé.

El carácter de los hombres, dicen, y creo que así es, se forja en sus ambiciones.
En las que se plantean y persiguen para consolidar sus existencias.
Y recordé que una de mis primeras ambiciones, ¿o era la primera que me venía a la cabeza?, y si me venía es porque su presencia en mi cabeza se enquistó algún día, que la primera ambición de mi vida que yo recuerdo fue ser tan alto como la Tía Rosa.
Obvio comentar que Tía Rosa era bajita, muy bajita, como mi Madre y toda la saga Vilanova, vaya, que no levantaba del suelo mucho más allá del metro y medio, pero claro, yo con poquitos añitos era aún más bajito.
Y esa fue mi primera ambición: ser tan o más alto que la Tía Rosa.
Y lo conseguí!!!
No me esforcé en exceso, como queda palpablemente en evidencia, sólo hace falta verme, pero lo logré!!!
Superé a la Tía Rosa en cuanto alcancé cierta edad.
Primer objetivo, primera ambición de mi vida superada.

El segundo recuerdo que brotó en mi mente con fuerza fueron las Comidas del día de Navidad en casa de mis abuelos maternos, la Abuela Tina y el Abuelo Mariano, que era la casa de Tía Rosa.
Allí siempre tuve la percepción de que aparecía la segunda personalidad de Tía Rosa, o tal vez, la primera: ese día, mi querida Tía Rosa era la Capitana General.
Daba instrucciones a diestro y siniestro, tales como siéntate aquí, no aquí no que se sentará Alberto, en ese tampoco que es lugar para Pía, y ese está reservado para Ángela y ese para Emilio, corre la silla un poquillo para allá que así estaréis todos mas cómodos, ahora sirven la sopa con galets, dime si está caliente caliente porque sino la hago calentar de nuevo, ¿estás cómodo?, no dudes en indicarme si precisas algo, la pava está riquísima, no tardes en hincarle el diente que se enfría, ¿el cava está helado?, venga, te ha tocado, tú será el primero en subirte de pie en la silla y recitar tu villancico,….
Era la Capitana General dando instrucciones sin parar, pero siempre con un único objetivo: que todos gozásemos de las Navidades, de la Fiesta, del encuentro familiar, que todo estuviese a gusto de cada uno de nosotros, los miembros de su familia, y en espacial, des sus sobrinos, de sus hijos, y en particular de su Paquito, su sobrino hijo mayor.

Vilassar de Mar. Cómo recuerdo aquellas maravillosas tardes de verano y la merienda que Tía Rosa nos preparaba en el jardín de la Casa de los Abuelos, que era su casa. Aquel jardín seccionado o separado de la Casa de Pueblo por una calle que obligaba a que Tía Rosa tuviese cuatro ojos, porque sus sobrinos la cruzábamos en dirección a la Casa y viceversa sin cuidado alguno y con riesgo de que se nos llevase por delante cualquier vehículo que circulase por la calle.
Al fondo del jardín, pegado a la Carretera Nacional, un trocito de huerto que cultivaba Tía Rosa en sus tiempos, y al fondo de la Casa un patio abierto al cielo con flores y plantas casi al estilo andaluz, y una fuente que dejaba oír el rumor del agua cayendo ininterrumpidamente en una especie de fregadero donde ¿había peces de colores o sólo algún nenúfar huérfano de otras compañías?.
Qué maravillosos recuerdos!!!

Una sombra fugaz, una bruma espesa pasa por mi mente cuando recuerdo un novio pertinaz que aparecía por el piso de la Calle Mallorca y que no hizo más que ganarse calabazas de la Tía Rosa. ¿Existió o es fruto de mi invención calenturienta?
Si existió, nada logró, porque no quebró la vocación de soltería de mi querida Tía Rosa.
Es muy posible, o así me gusta pensarlo, que los causantes de esa vocación y ese rechazo a ese brumoso pretendiente fuésemos nosotros, sus sobrinos, entonces ya muchos, Paco, Pía, Ángela, José, Alberto, Lourdes, Emilio, Jorge, Felipe, Otilia, Mireia, Ana, Isabel,… porque Tía Rosa había decidido que a nosotros nos iba a dedicar su vida.

¡Y que habría sido de mi madre y de Tía Otilia, me permito esta licencia, sin Tía Rosa!
La docilidad de mi Madre y la energía de Tía Otilia tal vez hubiese sido modificada sino hubiesen contado con la ayuda inestimable, permanente, desinteresada, contumaz y constante de la Tía Rosa. Siempre dispuesta para echar una mano, o las dos, para dar de comer a los sobrinos, de cenar, para dormirlos, para explicarles un cuento, para echar una ayuda en la cocina, para colaborar con Lucía, con la Seño Pilar, con Amparo, con lo que fuese con tal de ayudar y amar a sus sobrinos.
¡Cuánta ayuda recibieron mi Madre y mi Tía Otilia!
Y en menor medida Tía Ángela, pero también, porque el Nene, su marido y hermano de Tía Rosa, ya la surtía de servicio suficiente para la ayuda en las labores domésticas, y aún así, allí estaba Tía Rosa, para lo que hiciese falta, para lo que se la reclamase.

Recuerdo que, cuando yo era un enano, Tía Rosa solía sacarme de paseo y me cogía de la mano. Me llevaba al Paseo de Gracia, al cine PUBLI a ver a Popeye el Marino o las películas de Tom y Jerry, o a tomar un chocolate suizo a las Granjas de la esquina del Paseo con la Calle Mallorca, inexistentes hoy en día porque un Banco allí se instaló y le sucedió otro Banco y luego otro y así sucesivamente.
Recuerdo con nostalgia contenida que yo detectaba algo en su pasear conmigo cogidos de la mano. Y lo que yo notaba era orgullo, orgullo de Tía con su sobrino mayor, orgullo de madre en el fondo.
Ese orgullo lo reviví con los años, cuando ya mayor y casado recogía en ocasiones a la Tía Roa en su casa para repetir el paseo de mi infancia con ella, pero ahora colgada de mi brazo, y yo sentía ese orgullo protector que a veces tenemos los hombres: mi Tía paseaba conmigo cogida de mi brazo. ¡Qué enorme satisfacción!

Ahora pienso que desgraciadamente y no hace mucho tiempo escribí que en ocasiones, en demasiadas ocasiones, me embarga un sentimiento de angustia, de soledad y de orfandad inmenso.
Escribí que las mujeres de mi vida me abandonan.
Así sucedió en enero de 2009 cuando falleció mi amada Susan, mi mujer, mi compañera, y en agosto del mismo año cuando murió mi Madre.
Aciago año.
Y ahora me abandona otra de las mujeres de mi vida: mi queridísima Tía Rosa.
¡ Que orfandad me asola y me inunda !
Sólo me consuela saber que en los atardeceres, cuando veo como Susan pinta el cielo del rojo de su cabellera y del verde de sus ojos, cuando lo contemplo desde mi casa de la Cerdanya, en la montaña, podré hablar, enviar y recibir besos de tres mujeres de mi vida: Susan, Mamá y Tía Rosa.

La noche del domingo catorce de diciembre mis hermanas me avisaron de que tu corazón empezaba a partir, Tía Rosa.
Esa noche, nuestro pueblo catalán ofrecía de nuevo al mundo un ejemplo de solidaridad impresionante a través de la Marató de TV3. Las gentes de Catalunya regalaban su dinero para que nuestra sociedad pueda seguir investigando sonre las enfermedades del corazón, y se hizo universal el gesto que recogía todos los sentimientos solidarios: dos palmadas en el corazón, toc toc, toc toc, a modo de visualización de la actividad del corazón.

Tía Rosa, en estos momentos y por siempre jamás, quiero que sepas que mi corazón, toc toc, toc, toc, y el de todos los presentes en tu despedida, está contigo, toc toc, toc toc.

Descansa en paz, queridísima Tía Rosa.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Crónica de El Grito de la Lechuza a toro pasado, a toro muy pasado.

 
Me convoca la Lechuza y me dice que después de recuperarse de un estado transitorio pero algo prolongado de catatonismo exhacerbado, ya se encuentra en disposición de referirme sus impresiones sobre un acontecimiento nacional de las últimas semanas.

Se refiere a la Lechuza al tema, le llaman o llamaban Proyecto, CASTOR.

Vamos a relatar los hechos con la mayor brevedad posible:
El Gobierno Central, imagina la Lechuza que con el asesoramiento de expertos en temas oceanográficos, gasísticos, en plataformas de prospección, etc. aprueban y conceden a la empresa de un señor que atiende por Florentino Pérez la creación un almacén de gas en el subsuelo marino frente a las costas de Tarragona.
Se instala la plataforma, se inicia la construcción del almacén y al poco tiempo los vecinos de la costa catalana detectan (sufren, mejor dicho) movimientos sísmicos que afectan a sus viviendas hasta el punto de provocar grietas en sus casas y riesgos serios en los cimientos de las mismas, por lo que alertan a las autoridades (¿por qué se les llama autoridades a esa gente?) sobre el tema.
Después de los tiras y aflojas habituales entre Gobierno y afectados (¿por qué tienen que darse esas situaciones cuando lo más sencillo es comprobar la veracidad de los hechos, sus orígenes y consecuencias y no marear la perdiz?) se paraliza la actividad de la plataforma, primero de forma provisional y finalmente de forma definitiva.
Los vecinos respiran cierta tranquilidad, aunque se preguntan quién solucionará y costeará las grietas de sus viviendas, que pagan religiosamente ante el otro peligro inventando por este Gobierno y que se denomina desahucio.
En rueda de prensa posterior al habitual Consejo de Ministros de los viernes, la inefable vicepresidenta Soraya comunica que sí, que las obras se han paralizado de forma definitiva y que el Gobierno indemnizará a la constructora con mil trescientos cincuenta millones de euros. Y a la pregunta de los periodistas de si esos milloncejos de nada afectarán al erario público responde pancha y oronda que no, que serán con cargo a las facturas de los consumidores de ENAGAS durante los próximos treinta años.

Y con esa sonrisa rodeada de polvitos rojizos en sus mejillas que la caracteriza, y que viene a decir algo así como ahí te la envaines, abandona la rueda de prensa que dirige concediendo las palabras a la prensa con esa mano extendida y abierta de forma marcial (tal vez porque su buena formación social le dice que señalar a otro con el dedo es de mala educación).

Para finalizar el relato, el pago efectivo de esa millonaria indemnización se realiza en no más allá de… ¡¡¡ TREINTA DÍAS !!!

La Lechuza casi perdió el equilibrio por un mareo atroz que le asoló, porque infinidad de preguntas abarrotaron su mente: no afecta al erario público y los costes los pagan los consumidores?, hay responsables del desaguisado de la aprobación de la operación?, el Ministerio de Fomento no presenta ninguna dimisión?, el Presidente del Gobierno no dice esta boca es mía en este tema?, no hay dinero para nada ni para nadie pero sí para indemnizar y de forma express a la empresa del Sr. Pérez?, los medios de comunicación no atacan con ferocidad y el tema casi pasa desapercibido?, los vecinos no montan en cólera y no colapsan los hospitales públicos por ataques de histeria?,…

La Lechuza me dice que pensó en un principio que esto es inaudito en un país que se dice civilizado, pero una vez recuperada la calma y el sosiego cayó en la cuenta de que no, de que esto es el país que están creando esos cínicos que se cobijan bajo unas siglas cínicamente repetidas, y que estos temas no se discuten en Consejo de Ministros sino en el Palco del Bernabeu.

Por consolarla sólo se me ocurrió decirle que todo en esta vida tiene su explicación. No es un consuelo propiamente dicho, porque es una explicación, pero cuando las cosas se entienden como que parece que se llevan mejor.

Y un apunte final sobre otro tema candente: el Presidente Obama es verdad que tiene el pelo rizadito y la piel morenita, pero parece querer empeñarse en demostrar que su alma es más blanquita que la Casa que habita.

martes, 9 de diciembre de 2014

Abogados del Estado.

 
Muchos de los políticos que hoy rigen nuestros destinos dicen que son Abogados del Estado. No les vale con ser Abogados. Son Abogados del Estado.
¿Pero de qué Estado? ¿Del Estado Capitalista, del Comunista, del Revolucionario, del Bolivariano, del Castrista, del Chino Comunista?
No se sabe. No hay respuestas para tamaña chorrada que acábaseme de ocurrir.
Y yo me (será otra chorrada que se me ocurre detrás de la otra) pregunto: y si ese estado se va a la mierda,  ¿qué son entonces ? ¿Abogados sin Estado?
Yo pensaba que uno era Abogado de alguien, de mi padre, de mi madre, de mi hermano, de mi amigo, pero ¿Abogado del Estado?
¿De Alemania, de Francia, de Italia, de Sudán, de Zimbaue, de las Filipinas que debes ser muy abogado porque tiene más islas que abogados, del Caribe, de las Malvinas?

¡Abogado del Estado!

Yo soy publicitario del Estado.
¿Suena raro, verdad?
A ver si así mejor: publicitario del ColaCao.
Excluyo ser publicitario de la CocaCola, porque bailan unas letras y eso me desautoriza.
Si eres Abogado del Estado, no.
Eres Abogado de cualquier Estado, del Estado imperial, del Estado pobre, del Estado rico, del Estado dictatorial, del Estado republicano, del Estado regio, del Estado con derechos humanos, del Estado sin derechos para las minorías,… da igual, eres… ¡Abogado del Estado!

Hay ocasiones que llega el Estado y dice: “Yo, Estado, me querello”. Y es entonces cuando todos los Abogados del Estado salen muy vestiditos y con corbatita a la calle y dicen: “Estado, yo soy tu abogado”, y el Estado responde: “No, tú eres UNO de los Abogados del Estado”, y se pasan un tiempo muy muy largo, tan largo que se acaba una cosa que se llama legislatura, y ellos hablan entre ellos para saber qué Abogado del Estado defiende o representa al Estado en su querella.

Pero al final es más fácil de lo que nos pensamos.
¿Por qué?
Pues porque el Estado sale muchas veces al balcón de su casa y dice :”Soy el Estado y quiero y voy a querellarme”, y los muchos Abogados del Estado que hay porque en algún sitio les dicen que eso son ellos, van teniendo trabajo por las muchas querellas que pone el Estado y que en realidad no le importan un comino, ni al Estado ni a los Abogados del Estado, pero así pueden decir cada mes que la cifra de parados ha descendido, y entonces los del partido del Estado aplauden y se ponen como contentos cuando van a un lugar rarito que llaman las Cortes.

A veces se enfadan un poquito, como cuando sale el Estado al balcón de su casa y dice: “Como que tengo que hacer recortes, os recorto la paga extra de Navidad”.
Pero se les pasa pronto, porque el Estado sale otra vez al balcón y dice: “Ahora recorto el aborto”, o “Ahora me meto con los catalanes que están pesaditos con su pataleta”, y enseguida salen algunos cafres que no están de acuerdo con el Estado y entonces el Estado dice: “¡Abogados del Estado, querellaos!”, y ya tienen trabajo y se les olvida lo de la paga de la Navidad.

Incluso en alguna ocasión un Abogado del Estado que encima es Registrador de la Propiedad, un noble oficio que dice que lo tuyo es tuyo, como si tú no lo supieses y los demás tampoco, pues llega a ser nombrado Jefe del Estado, y entonces va y hace lo de siempre, es decir, nada, y ya está y así funcionan las cosas, a pesar de que los hay que no quieren enterarse.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Píldora de la luna de los lunes 081214.

Píldora de la luna de los lunes.

Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.



Esta semana unas palabras sabias para pensar un poco.


 "En esta crisis ha habido un shock mucho más profundo de lo que la gente cree. 
Por primera vez tenemos un gran número de personas en las sociedades occidentales  que sienten y piensan que la democracia no funciona, que las personas en el poder no las representan ".

Ismail Serageldin
Fundador y Director de la Nueva Biblioteca de Alejandría.


No puedo, ni quiero, añadir nada.
Las palabras sabias no necesitan más.
Sólo hay que entenderlas.
Aquellos que sean capaces, que no son todos.

Paco Riera

Día de estaño.

 
Hoy en la Cerdanya es un día de estaño.
Desapacible. Plateado de frío.
De chimenea y de miradas perdidas, ni siquiera de lectura,
porque fija la mirada que hoy debe ser extraviada.
Tampoco de música, porque doblega el estaño.

Como mucho hoy es de tomar, tapado con una manta, mezcal a besos.
Por el calor, por besar, por amar lo destemplado por su gusano.

Día del silencio del estaño y de la quietud del gusano del mezcal.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Cicerón y el Carpintero.

 
Hoy es el aniversario de la muerte de unos de los grandes pensadores y republicanos de la historia de la humanidad. Hoy Marco Aurelio decidió acabar con la vida de Cicerón.
De Cicerón dicen que dijo, entre otras muchas cosas, que “una casa sin libros es una casa sin alma”. Pero parece que eso no lo dijo él. Más bien parece que es una frase apócrifa.

Yo estreno nueva vivienda esta semana, que no casa porque me pertenece por compra desde hace ya más de veinte años. La compramos porque Susan me dijo que la casa tenía alma, y no se equivocó. Nunca se equivocaba. Hablaba poco porque para hablar me dejaba a mí, pero cuando hablaba la acertaba. “La Rauxa”, antigua Cal Rosa Tet, tiene alma. Y Susan dijo que la casa tenía alma no por sus libros, que los tiene, porque los libros siempre me acompañan allá donde vaya, sino porque era una evidencia para ella que la casa tenía alma.

Pues debe ser que sí.
Al día siguiente de estrenar esta casa como vivienda, el fin de semana pasado, vino el carpintero, un carpintero de verdad, de los de antes, de los que ya no existen porque el pretaporter (no se escribe así, pero a mí me gusta así escribirlo y mentarlo) acabó con ellos, para que yo le dijese cómo deseo los nuevos estantes de la casa para mis libros que me acompañan allá donde voy. Y como que ahora voy a residir en la casa con el alma que descubrió Susan, pues necesito estantes para mis libros que son los que la frase apócrifa de Cicerón ya sabía que esta casa habitarían.

Los carpinteros deberían hacer de Cicerón su patrón. Se lo propondré a mi carpintero que es muy importante porque ya no existen los carpinteros y el mío lo es.

martes, 2 de diciembre de 2014

Un pensamiento desde mi ventana mágica para mi amigo Víctor Domingo.

 
Esta mañana de hoy martes, 2 de diciembre de 2014, estaba haciendo lo que todo el mundo me ha dicho que no haga, que es cargar peso, pero es que a mi me gusta llevar la contraria porque si no sería otro y va a resultar que soy yo desde hace ya sesenta años, cuando primogénito de mi madre ella me escondía de sus amigas que la visitaban en la barcelonesa Clínica Dexeus porque decía que era muy feo.
Y después mis hermanas se convencieron de que soy hermano falso por aquello de que en Vilassar de Mar (Maresme) me robó una gitana y me intercambió por su churumbel, pero se contradicen, porque el gitano es de raza morena que muestra al mundo su guapura y su arte en el movimiento de su mirada y de sus manos artistas, pero esa es historia para otra ocasión, amigo.

Y pensaba en ti, Víctor, porque cuando mi espalda me ha dicho que dejase de trastear con las cajas de mi mudanza antes de que lanzasen un alarido de espanto dolorido y mi resuello empezase a fallar y es por eso que me he sentado frente a la ventana de mi casa ceretana que da a las montañas de la Sierra del Cadí, que ante la vista que se me ofrecía he caído en la cuenta de que estaba ante algo “mágico”, como es la belleza de los picos nevados haciendo cosquillas a las blancas y azuladas nubes del Pirineo (por eso las nubes se trasladan, porque sufren de cosquillas y les obliga a menear su vaporoso esqueleto en nervioso desplazamiento, o… ¿acaso pensaste que se mueven y navegan a causa del viento, Víctor?), y es esa magia la que me ha llevado a tu domicilio en Navarra cuando en una ocasión el Mago Pamplinas estampó en la delantera de tu camiseta blanca y la trasera de la de tu madre el dibujo del autobús rojo tipo inglés que tu dibujaste en un papel apaisado, y encima puso tu nombre entre las hileras de sus ventanas (sí, cierto, sin acento en la í de Víctor, pero eso también tiene su explicación).

Te excitaste al ver lo ocurrido, no podías entender cómo era aquello posible, y eso me lleno de satisfacción, no tanto por la Magia que allí se había presentado, sino porque a veces los hombres, y también las mujeres, tendemos a disimular y ocultar nuestras emociones en un tipo de vergüenza extraña, y yo creo que no hay nada más bonito que mostrarle al otro ilusión, encanto, cariño, compañía, ternura, amor.

¡Y tú diste rienda suelta a lo que sentías aleteando y dando saltitos como un polluelo porque te superaba la emoción y la alegría¡  ¡Y eso es fantástico, querido Víctor! Consérvalo durante toda la vida, porque eso, eso ¡también es mágico!

Sin embargo, hiciste un comentario que me entristeció un poquito (y que hoy ha vuelto a mi mente) mientras tu madre nos preparaba una riquísima cena para compartir entre los cuatro (por si el Mago Pamplinas se quedaba a cenar, tema harto difícil ya que debe atender a muchos que esperan su magia como una de las pocas formas para sobrevivir en este árido mundo).
Tu comentario fue manifestar tu absoluto convencimiento de que la MAGIA NO EXISTE !!!

Y eso es falso.
Porque si tú y yo,  y tu madre, y nuestras amigas y amigos, y tus compañeras y compañeros de estudios, y las y los profesores que te educan, y tu familia,… nos ocupamos y procuramos que la MAGIA ESTÉ PRESENTE ENTRE NOSOTROS, la Magia no nos fallará y ENTRE NOSOTROS SE QUEDARÁ.

Existe un escritor, que seguro que a día de hoy no conoces pero que ya te llegará el momento en el que desearás leer lo que escribe, que un día escribió:
“Necesito la fantasía; la realidad me mata. Nadar en la ambigüedad es lo que hace interesante la vida, porque sino la realidad acabaría con nosotros. A mí me interesa aproximarme a la penumbra”.

Esto escribió John Banville.
Es posible que todavía te cueste entender, por tu natural bisoñez, lo que el escritor quiso decir con estas breves líneas, pero lo entenderás cada día con más intensidad si apuestas por la Magia.

A mí me parecen unas maravillosas palabras. Una excelente forma de decirnos que la Fantasía, que es prima hermana de la Magia, es imprescindible que viva, resida y conviva con y entre nosotros.

Y es por eso que yo a veces soy el Mago Pamplinas, otras el Elefante que de una Mariposa se enamoró, en ocasiones Maximiliano Memez (pendiente de asomar su rostro entre mis y tus fantasías), y es por eso que siempre deseo ser el niño que espera que cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, ocurra algo mágico que nos aporte luz en nuestro andar por estas tierras.

No lo olvides, Víctor: la MAGIA, existe!!!

Y puedes comprobarlo a diario. Te propongo hacer una prueba esta y cada noche al ir a dormir: dale ese beso de las Buenas Noches a tu maravillosa madre, y luego, ya en la soledad de tu habitación, observarás como un leve cosquilleo recorre tu cuerpo entero.
Es el beso entregado y recibido, el beso compartido con tu madre, que fluye dentro de ti, apoderándose de ti, y que revienta en esa sonrisa que adorna tu expresión antes de cerrar los ojos para iniciar el descanso nocturno.

Y eso, eso tan simple y sencillo, querido amigo Víctor,  es… MAGIA !!!

lunes, 1 de diciembre de 2014

Píldora de la luna de los lunes.



Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Este pasado fin de semana, no sé si al completo o sólo el domingo, el gallego que ejerce de gallego, que es ese gallego que cuando te lo encuentras en una escalera no sabes nunca si la sube o la baja, que cuando le formulas una pregunta te responde con otra para así evitar su respuesta, y que además de gallego en ejercicio es Presidente del Gobierno, visitó Catalunya después de proclamar que tal vez sus aproximaciones a Catalunya no han sido todo lo acertadas que deberían.

Parece que en su aproximación ha querido dirigirse en exclusiva a los de su partido, tal vez porque piensa que si no eres del Partido Popular no eres del todo catalán, o algo parecido, vamos, digo yo, ya que de muchos gallegos siempre se esperan ambigüedades, cosa que mal se entiende en estas tierras que tiene como uno de sus dichos estrellas  aquello que reza “al pa, pa, i al vi, vi”.

Pero aún siendo muy difícil para un catalán como yo entender a un gallego que no es currante del marisco si no que ejerce en la política, me atrevo a recordarle lo que en su día escribió un español que no era gallego ni catalán, de nombre Antonio Machado, por si le sirve para darle a ello unas cuantas vueltas mientras decide si va o viene o sube o baja o responde o pregunta a modo de respuesta.

“No es patria el suelo que se pisa, 
sino el suelo que se labra”.

Eso dijo el poeta, Mariano!!!
Tal vez supo hace ya mucho tiempo que tú eres uno de esos hombres que toda la vida habla con media lengua (y no me refiero a tus problemas de logopedia, evidentemente).

Buena primera semana de diciembre de 2014 a todas y todos, y mis deseos de felicidad, PORQUE SIEMPRE BRILLARÁ UNA ESTRELLA EN EL FIRMAMENTO, en estos momentos en que los que mandan y dirigen nuestra sociedad nos ofrecen amargor, tedio, ansiedad, dolor, negación, inestabilidad, desidia, incomprensión, y por supuesto, el imperio de la desazón!!!

Paco Riera

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Hoy hace seis años.


 Ayer escribí:

“Hoy hace seis años que Susan ingresó en el Hospital.
Hoy hace seis años que empezó su calvario.
Hoy hace seis años que nos miramos y que no supimos qué decirnos.
Hoy hace seis años que nos inundó una lágrima que era un mar sin vida.
Hoy hace seis años que me dijeron que mi niña se iba.
Que soledad y que enorme sufrimiento, mi vida sin ti, mi adorada compañera !!!”

Mi hijo mayor, Jerónimo, que cuando lloró la muerte de su madre se le deslizó de los ojos un iceberg, me envió tres besos rodeados del silencio con el que viste sus emociones.
Yo dejé caer  un torrente de lágrimas.

Mi hijo menor, Aleix, que durmió la noche del fallecimiento de su madre conmigo cogidos de la mano, me hizo llegar este escrito:

“Hoy hace seis años que mi corazón se endureció, que parte de mi alma se marchitó.
Hoy hace seis años que mis ojos lloraron por toda una vida, que mi gesto se endureció.
Hoy hace seis años que dejé de ser un niño.
Siempre te echaré de menos, mi adorada mamá.”
Yo vertí ríos de lágrimas sobre las palmas de mis manos.

Susan, aquí estamos tus tres chicos pendientes del cielo, en amaneceres de rojo rubí y en atardeceres del verde de la esmeralda.

Susan, tus tres chicos te adoramos!!!

lunes, 24 de noviembre de 2014

Píldora de la luna de los lunes (241114).

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Leía ayer, en la contra de “El País”, Edición Nacional, una declaraciones de la actriz barcelonesa Vicky Peña, sesentona como yo, en las que textualmente decía:

“Desde que está este monstruoso Gobierno la gente está en la calle porque es ominoso cómo están desmantelando el tejido social”.

Y continúa diciendo:

“Estoy en un continuo cabreo desde el otoño de 2011. Y antes, cuando cambiaron el artículo 135 de la Constitución me cabreé mucho. Cabreada con la prepotencia de la banca, con el peso que tiene lo mercantil sobre mi vida. Me siento ninguneada, toreada, muy mal.”

El artículo 135 hace referencia a la estabilidad presupuestaria, el déficit estructural y el equilibrio presupuestario entre las Comunidades Autónomas.
Pero lo que yo deseo destacar se reduce a prácticamente tres conceptos que afectan a la gran mayoría de los habitantes de España: monstruoso Gobierno, desmantelamiento del tejido social, y cabreo persistente.
Esta es la España de nuestros días!!!

Pero como que no quiero empezar la semana cabreado y nos os quiero contagiar de ello, aquí tenéis unas recomendaciones de Mahatma Gandhi que espero nos ayuden a un buen inicio de la última semana de noviembre de 2014.

“Cuida tus pensamientos…
porque se volverán PALABRAS.
Cuida tus palabras…
porque se volverán ACTOS.
Cuida tus actos…
porque se harán COSTUMBRE.
Cuida tus costumbres…
porque forjarán tu CARÁCTER.
Cuida tu carácter…
porque formará tu DESTINO,
y tu destino será tu VIDA”.

Buena semana para todas y para todos!!!
Paco Riera

sábado, 22 de noviembre de 2014

Lágrimas de Azahar.

(Texto para fotografía de Gabriela Boldoczi)

Palabra de claras y firmes resonancias árabes, palabra levantina y andaluza, de huerta murciana, flor de mezquita cordobesa, de plata mediterránea de Málaga y de la Torre del Oro de Sevilla, y que mantiene y conserva, en su interior, esa h muda que se rebela para mostrar su existencia con los dulces aromas que despide y el embeleso de miel que contagia.

La blanca Flor del Azahar es piel de mujer perfumadita por el naranjo y rasgos del limonero, piel suave de hembra bañada en aceite de azahar que seduce porque seda y sosiega y atempera los sentidos del amante que en su seno se adormece.

Es flor de cinco pétalos blancos abiertos que esconden un corazón frondoso de hembra que ama y desea ser amada, que goza y desea ser gozada, y para ello destila sus esencias y fragancias a quien sabe apreciarla, mimarla y cuidarla con el esmero y el cariño del cortejo noble y honrado.

Es flor que hipnotiza y enamora y fascina cuando al alba da su adiós a pequeñas y lánguidas lágrimas que recorren con lentitud sus pétalos blancos hasta depositar su frescura en los labios del galán que busca con desespero los labios de azahar de su doncella, que rezuman los perfumes nítidos, claros y lúcidos de la Flor del Azahar.

La Flor del Azahar, la Flor Reina del Perfume y del Aroma, la Flor de la Blanca Pureza.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Ciego de las uñas.

 
Estaba al fondo, junto a una cristalera con vistas al río.
Estaba ausente, distante,  porque escuchaba música que no era la de los altavoces del  Bar, sino la de sus pinganillos incrustados en sus orejas.
Entendí que escuchaba música porque sus dedos la tatareaban sobre la mesa de su infusión que desprendía aromas y humos tibios, y también seguí el compás sobre el teclado de su portátil.

De vez en cuando desviaba la mirada para, a través del ventanal, observar el río que bajaba aguas lentas y algo sucias tras su paso por la ciudad. Su rostro se reflejaba difuminado y acuoso por la lluvia que resbalaba en el atardecer del cristal, y mostraba una tímida sonrisa de alegría contenida cuando contemplaba las piraguas de los niños y los jóvenes que practicaban con las palas con torpeza adolescente sobre las aguas del río.

Yo estaba en una mesa del Bar suficientemente distante de la suya como para que no advirtiese mi fijación en ella.

Me llamó la atención el veloz movimiento de su dedos, que me parecieron ágiles y  distraídos en ocasiones y concentrados en alguna tarea importante cuando su portátil reclamaba el contacto de sus yemas.
El reflejo de su rostro en el cristal me devolvía miradas inexistentes que acabaron por cautivar mi atención.

El silencio en el Bar era casi total, salvo el ruido de la tragaperras que alimentaba un chino que evitaba el cigarrillo por la prohibición de fumar en locales públicos.

Yo no dejaba de mirar el movimiento de sus dedos volátiles, con especial atención en sus meñiques diminutos y graciosos, y en ocasiones sentía miedo a que nuestras miradas se cruzasen en el cristal del ventanal y que  ella descubriese mi concentración en sus manos.

Por unos instantes, junto al ruido del chino y su tragaperras, se rompió el silencio con la llegada de una clienta que solicitó lotería de Navidad al camarero, que se la dio cantando a voz en grito “Doscientos millones para la Señora, con el Bar dando y el Gobierno robando”.
Se recuperó el silencio con la partida de la jugadora, pero no volvió la paz porque el chino, a fuerza de insistir, acertó con el premio de la tragaperras y el escándalo del caer de las monedas quebró cualquier atisbo de quietud.

Yo me debatía en mis ganas de acercarme a la mujer de la cristalera para intentar entablar  conversación. Sus manos y sus dedos me atraían irremediablemente. El cristal que la separaba del río me devolvía mi ansiedad en fogonazos de luz de luna que ya asomaba en el atardecer.

Decidí abandonar mi parálisis y me dirigí a ella. No preparé la interrupción que suponía mi aproximación porque temí que marchase antes de que yo la abordase.

A pecho descubierto le dije que me encantaban los movimientos de sus manos y sus dedos y que sus meñiques me habían atrapado la atención en aquel Bar semidesierto. Cayó su mirada sobre mis ojos, sin sorpresa, sin sobresalto, lo que me hizo suponer que me estaba esperando porque una mujer observada lo sabe desde el primer momento.
Sus ojos oscuros, de mirada franca y clara, se adornaron de una leve sonrisa de complacencia que invadió toda mi existencia.

La tragaperras del chino insaciable seguía con su música estridente y el chino proseguía empecinado echándole monedas desde su taburete frente a la máquina. Yo lo percibía como en la lejanía porque mi concentración estaba fijada en esos ojos de caída en sus extremos y en la sonrisa plácida de la mujer sentada junto al cristal que la separaba del río, de sus aguas y de los muchachos con sus piraguas.

A mí repentina presencia y a la interrupción de mis palabras inesperadas les dio las gracias al tiempo que deseaba buenas tardes.

Y fue entonces, cuando buscaba argumentos que prolongasen nuestra conversación y quebrasen esos instantes de parálisis que siguen a la sorpresa que provoca la interrupción de un desconocido, cuando observé que sus uñas estaban mordidas, sin saña ni agresividad excesiva, pero mordidas por unos dientes blancos que asomaban entre sus magníficos labios de sonrisa blanca, franca y fresca.

Mientras miraba su infusión que dejaba de humear porque se quedaba fría, y el calor se trasladaba a su mirada que persistía en buscar mis ojos, no pude evitar cierta mueca de sorpresa en mi rostro, pero mi gesto se distrajo en sonrisa cuando caí en la cuenta de que acababa de encontrar sin querer el motivo que buscaba para romper el titubeo que se avecinaba en la conservación.
Y fue así que le dije que cómo era que se mordía las uñas, y también las de su meñique pequeñito y volátil.

Con expresión algo aturdida, pero nunca con muestras de desagrado, me dijo que era su forma de descargar nervios, de recuperar tranquilidades perdidas en el día a día, y que a fin de cuentas todos tenemos nuestros puntos débiles.

Acepté la respuesta con una sonrisa algo fingida porque me sobrevino un terror terrible por si me preguntaba por cuáles eran mis puntos débiles.
Respondí que aún así sus dedos y el movimiento que imprimía a sus manos me parecía maravilloso, y ella justificó su debilidad al comunicarme que su padre también se mordía las uñas, y que dejó de hacerlo cuando su enfermedad le produjo ceguera.

Insistí en la belleza de sus dedos y manos con independencia de sus aficiones destructoras, aunque no pude evitar imaginar aquellas manitas con unas uñas pintadas de colorines, hoy malvas y mañana del amarillo de la rosa mosqueta y pasado del naranja del clavel de moro y siempre del rosa de la rosa, y me parecieron bellísimas en mi fulgurante ensoñación.
Estuve a punto de decirle TE QUIERO, pero me pareció prematuro.

Me despedí por no molestar más y recogí su cálida sonrisa de fresa, mientras volvía a reinar el silencio porque el chino ya no jugaba con la tragaperras, sino que traspasada la puerta del Bar fumaba como un descosido todo lo que se ahorró en la máquina del juego, y en aquel instante de humos y uñas mi mente me recordó el refranero que reza “ojos que no ven, corazón que no siente”, mientras mi pensamiento se poblaba del padre ciego que dejó de morderse las uñas de la mujer de la ventana sobre el río.

Mi corazón alterado saltaba y golpeaba mi pecho, y ahora que recobré la tranquilidad y la paz que ella me sustrajo y que no hay Bar, ni chino, ni cristal mojado de lluvia, ni río, mi corazón siente deseos de decir aquel te quiero que allí me pareció prematuro.

Y sé que la mujer de las uñas mordidas, la mujer del río, cada tarde, cuando la luna empuja al sol buscando su lugar allá arriba, me espera mientras deposita dulcemente su sonrisa en la cristalera.

jueves, 20 de noviembre de 2014

El secreto de los cerdos.

Entro en un Bar.
¡ Qué suerte que existen los bares !

Leí, hace ya unos años, que en toda Suecia hay menos bares que en el madrileño barrio de Vallecas. Yo no viviría en Suecia. Donde no hay bares no se puede vivir. No hay vida.

Pero como que vivo en este país, pues entro en un Bar.
Me acodo en la barra y me pido una birra.
Mientras el camarero me la echa desde el grifo de la cerveza, su otro compañero camarero se afana en escribir en una de esas pizarras en forma de trípode que luego se ubican en el exterior, junto a la puerta de acceso al Bar-Restaurante, el menú del día. Menú barato. Ocho con cincuenta euros.

“Verduritas variadas”, “Canelones de carne”, “Tortilla campesina”, de primer plato y a escoger.
“Entrecot a la pimienta”, “Se… y la mano que garabatea se queda con la tiza blanca clavada, inmóvil, en la pizarra verde.
Está el escritor camarero de pizarras de menús en una posición algo cómica, inclinado con el culo en pompa y se le ha quedado la mano con la tiza varada sobre el encerado.
Sin variar un ápice su postura y sin movimiento alguno más que el de sus labios y en un tono sumamente reflexivo dice:
-       “¿Secretos se escribe con c o con k?”
Sé que me lo pregunta a mí, seguramente porque soy el más cercano a su culo desde mi posición en la barra, donde consumo mi birra.
Respondo:
-       “Con c”

Con un leve gesto de cabeza me da las gracias sin pronunciar palabra y la tiza inicia de nuevo su rasgar áspero que produce a veces grima en los dientes y escribe:
-       “Secletos de cerdo” y finaliza el redactado del menú con “Bistec con guarnición”.


De un trago me bebo lo que queda de la birra que me espera en la barra antes de que redacte en la pizarra los tres postres correspondientes al Menú del Día, y mientras bebo pienso que no merece el cerdo la desconsideración y utilización peyorativa y extensiva que de su nombre hace el hombre, porque de él se aprovecha todo, y también pienso que aunque parezca mentira por su condición animal el cerdo también tiene, escondido entre sus ricas carnes,… SECRETOS (¿o en el caso del cerdo serán SECLETOS y no nos hemos enterado?).

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Crónica alucinógena de El Grito de la Lechuza.

 
Me convoca con urgencia la Lechuza para decirme lo que a continuación narro, intentando ser lo más neutro posible, ya que mis opiniones no cuentan en mi condición de transmisor del pensamiento de El Grito de la Lechuza.
Y esto me dice la rapaz nocturna desde su rama:

He dejado pasar unos días, desde los hechos, a posta.
Y los días ya han pasado.
Pero no mi estado de alucinación (por eso lo de Crónica alucinógena).

Mariola Vargas, nueva alcaldesa de Collado Villalba (en las afueras de Madrid capital), fue sometida a una especie de test o de preguntas por parte de los concejales del Ayuntamiento de la población mentada antes de asumir la alcaldía tras la dimisión del anterior alcalde. Esta forma de proceder, al test de marras me refiero, es un invento de la inefable Esperanza Aguirre, quien asegura que tras someter a un político a esa prueba se garantiza que no existe corrupción ni corruptelas ni mancha alguna en su expediente de servidor público.
Decía que la Lechuza ha dejado pasar unos días antes de comunicarme lo que aquí yo comunico por encargo de la nocturna, pues deseaba ver la reacción de los medios y de la ciudadanía en general ante una de las manifestaciones de la nueva alcaldesa.

La Vargas fue preguntada por un concejal del P.P., a modo de cierre de su exhibición de honradez política, con la siguiente cuestión (escribo literalmente): “¿Hay algo mas que nos puedas decir para saber que has dicho la verdad?” (a las preguntas anteriores sobre su intachable curriculum político). Y Mariola respondió, fría y serenamente: “Más que deciros, voy a mostraros lo que soy. No te voy a decir que soy un perro judío, que no lo soy”.

Nadie ha dicho nada, a excepción de la columnista catalana Pilar Rahola (“La Vanguardia” de hace unos días), sobre el tema.
¿Comprendéis ahora porque el porqué del estado de alucinación de la Lechuza?
¿No? Pues esto explica la Lechuza:
La nueva alcaldesa de una población del cinturón madrileño asegura no ser corrupta manifestando que no es un… PERRO JUDÍO !!!
Bien podría haber añadido que tampoco es un gitano ladrón, o un catalán de mierda, o un gabacho de los cojones, o un negro sucio, o un spaghetti italiano, o un mafioso siciliano, o un embaucador argentino, o un pielroja americano, o un borracho escocés, porque al parecer las razas y sus procedencias justifican y explican comportamientos.
Y ante tal manifestación antisemita, NADIE, absolutamente NADIE, ha dicho nada de nada: ni los que la escuchaban en directo, ni su propio partido, ni los medios de comunicación, ni las radios, ni las televisiones, ni la ciudadanía, ni contertulio alguno.
No me quiero extender en consideraciones sobre racismo, odios ancestrales, pobreza espiritual, vergüenza nacional (¿qué nación?), uso de expresiones embrutecedoras, hartazgo político y social, porque mejores plumas que la mía ya lo ha dicho, como la de Pilar Rahola, que ha escrito textualmente: “Y si todo eso sabemos, lo que sabemos es terrible: que el PP tiene en Collado Villalba una alcaldesa con tics antisemitas y no le importa. Asquito”.
Permitid a la Lechuza que vaya un poco más allá que la columnista:
¡ Qué asco, que tremendo asco !

martes, 18 de noviembre de 2014

Píldora de la luna de los lunes. Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.


Casi a punto de empezar la lunes del martes, os remito mi "Píldora de la luna de los lunes", solicitando disculpas a aquellos que creen que no puedo mezclar mis pensamientos y cavilaciones con temas políticos.

En mi justificación debo decir lo que ya he dicho alguna vez, y que me parece muy importante, por lo que me permito repetirme: la política, esa práctica social (y necesaria) denostada y degradada hasta sus máximos límites por los actuales gestores de esta comunidad de comunidades mal avenidas denominada España, tiene una incidencia brutal en nuestras vidas y, en consecuencia, adquiere la categoría de vital, porque rige muchos de nuestros destinos y en muchos de sus diferentes órdenes, como el económico, el de la convivencia, el de la solidaridad, el de la salud, el de la cultura, el religioso,...

Es por ello que, ahora que el Presidente del Gobierno manifiesta que tal vez ha errado en sus estrategias de aproximación a Catalunya, remito un pensamiento y una recomendación de un escritor universal con alguna (mínima) esperanza de que el gallego pertinaz e impertérrito y su Vicepresidenta sepan de quién les hablo y atiendan a su consejo, porque pienso que mejor nos iría a todos.

"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de  la mirada".

Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)

Autor francés, aviador, y conocido mundialmente por el ser el creador de la famosa novela breve "El Principito".

En mi cumpleaños del pasado 14 de noviembre (muy cercano a cuando escribo esta líneas), cuando cumplí 60 años, una excepcional mujer que me ofrece cada día su amistad y cariño, me obsequió con una edición especial de esta obra en formato gigante y repleto de maravillosos pop-up's que ilustran genialmente la obra.

Y es a consecuencia de la recepción de ese obsequio que fue atraída a mi mente la figura de Saint-Exupéry, y es por eso que ahora os remiro esa reflexión suya, aunque la remito con escasa confianza en que el impertérrito e hierático Jefe del Gobierno Central tenga a bien atenderla o considerarla como algo que pueda favorecer sus planteamientos para  un mejor entendimiento de los pueblos de este conglomerado que denominamos España, ya que entiendo que sus prioridades están en otro lugar muy distante del bien de los ciudadanos que dice gobierna.

Aún así, quiero ser y adoptar posiciones de "El Principito", que son las contrarias al desánimo y la decadencia, y próximas a la ilusión y a la creencia de que el que en algo cree con fuerza y tesón está muy cerca de conseguirlo, a pesar de que poderosos sin escrúpulos vigilan atentos para que ello no sea posible, y entre ellos y de forma destacada los que hoy día ostentan el poder.

Buena y feliz semana a todas y todos!!!

Paco Riera

lunes, 10 de noviembre de 2014

Lágrimas de arco iris.

 
Yo jugaba con tu meñique
cuando ya volaba la noche azul
con sus alas de manto espeso,
y ví derramarse dos lágrimas de arco iris
de tus claros ojos verdes
mientras tus labios se contraían
para morder el llanto oscuro.

Recogí las lágrimas en la palma de mi mano,
esas lágrimas con todos los colores de la vida
que se te iba,
nos miramos a los ojos desde muy cerquita,
hasta perforar nuestras almas
con el aliento de la vista,
y yo mordía mis ojos
porque las lágrimas eran,
sólo,
las tuyas,
y te dormiste, ¿o sólo cerraste los ojos?,
con un ligerísimo parpadeo
y una levedad en el pálpito de la sonrisa.

Contemplé tus dos lágrimas irisadas hasta la madrugada,
sin olvidar acariciar la piel blanca de presagios
de tu meñique lindo,
lindísimo,
hasta que me venció el sueño.

Entonces ya dormían tus ojos verdes
apacibles y serenos.

20.11.14: Crónica de urgencia de El Grito de la Lechuga.

 
Felicidades, Catalunya!!!
Felicidades, Sr. Mariano Rajoy y adláteres!!!

Catalunya nuevamente ofreció a la sociedad mundial y al concierto de las naciones, incluidos sus gobernantes (esas rara avis entre los ciudadanos), un ejemplo de convivencia, de civismo, de participación ciudadana y popular sin parangón alguno.
Más de dos millones de catalanes acudieron a esas urnas “ficticias” y no vinculantes para depositar el voto sobre la consulta sobre el derecho a decidir, por lo que el más elemental sentido común parece decir que si llega a ser vinculante, legal y decisiva, la asistencia habría sido todavía más masiva y participativa.
Por todo ello, FELICIDADES, CATALUNYA !!!

Y FELICIDADES, Sr. Mariano Rajoy y adláteres !!!
Gracias a ustedes, a sus incapacidades, a su falta de diálogo, a su cerrazón mental, a su escaso sentido democrático, a la dictadura que han creado con su inamovible Constitución, a su escasez de altura política, a su corrupción desmadrada y su inacción ante la misma, a sus mayorías absolutas,… han logrado que el SÍ – SÍ, el deseo de que Catalunya sea un Estado Independiente, alcance el 81% de los sufragios frente a un escaso 10% de pensamiento contrario.
Desde el corazón catalán de El Grito de la Lechuza, GRACIAS, Señores del Gobierno Central y simpatizantes del mismo, porque sin ustedes este resultado se hacía bastante difícil de lograr.

Es por ello que ahora mismo del pico de la Lechuza surge una catarata de carcajadas que la llevan a un ataque de sentido del humor (algo ácido desde el punto de vista político, pero los jugos del estómago son bastante impredecibles), y es por ello que el Grito de la Lechuza propone variar ciertos nombres del callejero de la capital de Catalunya y de algunos edificios singulares de la misma, y como muestra el siguiente ejemplo:
-       La Av. Meridiana podría pasar a denominarse Av. Menteplana de Don Marià.
-       El Hospital de la Valle Hebrón, Hospital del Aborto Gallardón (y en consecuencia convertirse en un referente europeo en este tipo de tratamientos sanitarios).
-       En el caso de la Sra. Sánchez Camacho se propone variar su segundo apellido por Camascle (macho en catalán es mascle) y que sus nuevos apellidos den nombre al Paral.lel, por la extensión y anchura de la Avenida que se asemejan en algún aspecto a algunas zonas faciales de la Señora.
-       Para la Sra. Rosa Díez se apuesta por un simple “baile de letras”, quedando su nombre como  Rosa Dice (y lo que dice es que en el País Vasco los mataban, pero que es peor en Catalunya), y que de nombre a la Institución del Frenopático barcelonés.
-       La zona conocida como de Bellvitge, con sus viviendas sociales y su Hospital de la Seguridad Social tal vez se podría apostar porque de denomine “Barrio de los Sorayos” y el Centro Sanitario por “Hospital de la Santamaría”, especializado en el crecimiento y desarrollo de mentes obtusas y su posterior seguimiento a fin de evitar recaídas peligrosas.
-       Al Ministro de Justicia vamos a dejarlo igual, porque su sólo apellido, Català, ya aportará suficientes dolores de cabeza a sus semejantes en raza y religión.
-       El  MNAC, que presenta algunas dificultades de pronunciación caso de no deletrear las siglas y querer pronunciarlo de corrido, podemos bautizar la zona de las letrinas tanto masculinas como femeninas como  “Servicios Wert”, que además de que cuesta pronunciar hace los honores a las actuaciones del ínclito Ministro de Educación, Cultura y Deporte (y es evidente que el artesano que cada año realice el “caganer” más grande de la Feria de Santa Lucía se le condecorará con el “Gran Premio Wert” en honor de su caganer y su pertinaz cagarro).
-       La Estación de Sants deberá ser Estació del Sants del Partit Popular, casi con tratamiento de Padres de la Independencia, porque si la misma tiene fábrica, los amos han sido y son esos Santos.
-       Y, para acabar con la broma (¡siempre es saludable reír un rato!), cuando seamos la República Independiente de Catalunya deberíamos denominar a la región de Castilla – La Mancha como Castilla - La Cospedal, porque se lo ha ganado a pulso, bien lo sabe dios. Y no citamos Castellón de la Plana, que podría ser Castellón del Montoro (por plano, se sobreentiende), Guadalajara que pasaría a Guindoslajara, o Extremadura que podrían llamarse las Canarias Peninsulares, y podríamos dar con más ejemplos, claro que sí, pero es suficiente por el momento.

Dejando ya los hipos, las risas y las carcajadas  volvamos a recuperar la seriedad y la serenidad, y lo que queda es ese extraordinario ejemplo de democracia, civismo y bien hacer de los catalanes, y la intransigencia, los tics dictatoriales de las mayorías absolutas, y ese no querer enterarse de lo que realmente acontece de los populares.

Tiempo habrá para realizar lecturas más concienzudas, pero  mientras tanto quede constancia escrita de lo que ayer sucedió y, por supuesto, Visca Catalunya Lliure !!!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Deseo de El Grito de la Lechuza.

 
La Lechuza lleva un tiempo en silencio.
Y eso obedece a una causa: el estupor ante el espectáculo de la corrupción nacional le hizo perder el equilibrio y caer de su rama-observatorio para dar con su cuerpo plumado en el suelo y fracturarse la columna.
Durante un tiempo deberá llevar su tórax encorsetado, y eso le dificulta enormemente sus actividades plumíferas. Pero no las de la visión y análisis, por lo que en cuanto culmine su recuperación volverán sus Crónicas Semanales.

Pero hoy, nueve de noviembre de dos mil catorce, la Lechuza GRITA con toda la capacidad de sus pulmones UN DESEO:

Que Catalunya vote, que se manifieste libremente, que el resultado de la consulta sea el que el pueblo catalán decida y por el que apueste, pero sobre todo, que hoy sea un día de civismo extraordinario, que los catalanes muestren a España, a Europa, al Mundo entero, y en especial a aquellos que no entienden de pueblos soberanos, de democracia y libertad que Catalunya es una nación y los catalanes somos un pueblo de paz, de armonía, de consenso,  de libertad, y de respeto por la pluralidad y las diferencias.

Demostremos, catalanes, cómo hacemos las cosas en nuestra tierra: ni un acto de incivismo, ni un grito altisonante, ni una reacción ante las seguras provocaciones que se recibirán por parte de los incapaces de entender que somos nosotros los que decidimos nuestro futuro, y que nadie más que nosotros decidirá el tipo de sociedad y convivencia que queremos otorgarnos.

Recuerdo ahora mismo dos acciones aparecidas en los medios de comunicación masivos en las últimas fechas y que ilustran con contundencia, pero también con ponderación, tanto este grito de deseo lechuguino como la situación por la que transita Catalunya.

El chiste de Forges en “El País” de ayer, donde se ve una caricatura de Mariano Rajoy diciéndole a una barretina catalana en actitud hamletiana: “NO O NI HABLAR; ESTA ES LA CUESTIÓN”. Gracias, Antonio Fraguas !!!

Y la pancarta de un joven manifestante, hace unos días, en un país sudamericano con un texto que rezaba: “NOS QUITARON TANTO QUE NOS QUITARON EL MIEDO”.

Tengamos presentes estos dos mensajes y con nuestra actitud demos una soberana lección a los muchos intransigentes que nos rodean y al mundo entero, catalanes.

Visca Catalunya lliure !!!

sábado, 8 de noviembre de 2014

D.E.P. Tío Lejía.

 
Esta mañana he ido a desayunar en Tarancón al Bar “El Abuelo", jamón con pan y vino.

Nada más entrar y tras pedirle mi almuerzo a Jóse, uno de los propietarios, se me ha acercado un parroquiano para decirme que se ha enterado de que voy pidiendo por los bares de la población información sobre la vida del Tío Lejía.
Y me ha soltado a renglón seguido que él podía contarme una historia en que el Lejía participó con ocasión de una puja que se realizó hace ya años en Madrid, y en la que donó un borrico.
Se lo aceptaron, y tuvo que irse en borrico a Madrid para librarlo y que así otros pudiesen pujar por él en la subasta. Y que si el borrico era borrico, no te digo el Tío Lejía.

En la barra otro parroquiano de los de orujo por la mañana ha oído la conversación, y se ha dirigido a nosotros para comunicarnos que esa  misma madrugada el Tío Lejía había fallecido.

Parece ser que un acceso de tos inundó sus pulmones y acabó con su vida.

He salido de “El Abuelo” casi sin desayunar y me he dirigido a “El Coto", el Bar en el que conocí al Lejía hace unos días, ya que cada tarde sin falta, entre las cinco y las siete allí se sentaba en un taburete en el extremo de la barra más alejado de la puerta de entrada para consumir su café con leche.

En el asiento de la silla que ocupaba he dejado una rosa desnuda, sin adornos ni florituras, de tallo recio y pétalos rojos, y le he pedido a la Rafi de “El Coto” que en ese taburete, hoy, ocho de noviembre de dos mil catorce, nadie ocupe ese asiento y la Rafi ha asentido en silencio.

Ya te has reunido con tu Rosario, la de la Lejía Rosita.
Descansa en paz, Baldomero Ruiz Lópezrosa, El Tío Lejía.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Quiero salir a respirar.

 
Cuántos años oscuros y cuántos meses de frías humedades.
Cuántas noches de hiriente insomnio caliente.
Cuántos gritos como los aullidos de un cuchillo en la piedra de afilar.
Cuántas soledades de hiel y amargura.
Cuántas lágrimas derramadas.
Cuánto desgarro en mis entrañas.
Cuánta bilis en mis labios agrietados.

Pero los días y sus soles y las noches y sus lunas
y las estaciones y los cielos y las estrellas
se suceden y amansan mis obsesiones.

Y ahora quiero salir a respirar.
Ahora quiero la brisa en la piel de mi rostro.
Quiero el viento de la montaña aireando mis pensamientos.
Quiero la cálida frialdad del sol de otoño reverberando en mi frente
y en mi mente quiero la nieve y la lluvia y las frías aguas de los torrentes.

Cuánto habré de esperar para tener a esa hembra bajo la luna
y besar su piel que es de aceituna,
para tras las mantas tejidas de lana
acariciar su piel que es de porcelana.
Cuántos años pasarán sin que la acune como a un tesoro
y cuánto debo esperar para peinar de nuevo su pelo que es de oro.

Ahora quiero salir a respirar.
Quiero dejar estas tierras heridas de sangre de trabajadores inocentes.
Quiero olvidar esta sociedad de ricos insolidarios y pobres políticos.
Necesito olvidar clérigos del potentado y juristas del que más tiene,
profesionales sin escrúpulos y sindicalistas de despacho y condecoración.

Quiero ríos de agua nítida y clara que limpien esta alma mía.
Quiero lagos helados para lavar mis pies manchados de lodo y barro.
Caminar con peregrinos de mochila y botijo y albergues de cobijo,
de botas de vino y pan y chorizo compartido.
Quiero gozar de mujeres de la vida que son las de verso en pecho
y en sus manos cazuela de cocido,
y de hombres de camisa abierta que acompañan pesares
con sus cantares
y que con sus brazos remangados en la tierra de las huertas
de secano y regadío
entregan sus riñones deslomados.

Necesito salir a respirar para no olvidar más que mi desabrimiento.
Quiero respirar para recordar que lo que fue es el pasado
que construye este presente que espera su futuro
y que es el de mis hijos y sus mujeres y mis nietas,
que es el futuro de los hombres y mujeres de nuevas tierras
donde los ríos serán del rojo del oro
y no del color rojo del vino de la sangre.
Y las montañas serán del verde de la esmeralda
y los cielos serán azul celeste y azul marino
cielos moteaditos del brillo de miles de estrellitas,
porque el trabajador luchará y sudará la frente,
el rico contará y administrará y repartirá los bienes,
el político reconocerá en papeles que dicen constituyentes
el bien del común de las gentes,
y las religiones no serán de hedores de la guerra
y de la muerte con la quijada del hermano.

Quiero salir a respirar,
porque si pienso y hablo
no podré evitar el llanto.


(Esta Prosa Poético Cromática la dedico a gente como Malú, Rosario, Guaraná, Gloria Fuertes,... y otros que también así cantan y expresan sus sentimientos).

sábado, 25 de octubre de 2014

(Yo) Mi nombre es Susana - III.


Nadie sabe lo que yo quería a esa mujer que perdió su nombre porque se lo regaló a su nieta.
La quería más de mil veces!!!

(Yo) Me llamo Susana – II

 
Ayer por la noche mi hijo me invitó a cenar y me dijo que había leído mi escrito sobre el nombre perdido de su madre porque se lo regaló a su hija.
Y que él sabía el nuevo nombre de su madre. 

Su madre, me dijo, se llama ahora FLOR.

viernes, 24 de octubre de 2014

(Yo) Me llamo Susana.

 
Ayer por la noche, cuando mi nieta se me acercó para darme el beso de las buenas noches, le respondí con un beso mío y con un “Buenas noches y hasta mañana, Juanito”.
La cría me miró así como ofendida y muy seria ella me respondió “Avi, yo me llamo Susana, S U S A N A” (en realidad sonaba a Tutana, que es muy lindo).

Y para mi sorpresa, añadió: “Yo me llamo Susana porque el nombre me lo dio mi avia, que está en el cielo. Lo que no sé es cómo se llama ahora ella, porque como que me regaló el nombre pues debe de tener otro”.

No pude responderle nada.

Cuando un poco después me retiré a mi habitación, enfrente de la suya, pensé lenta y lánguidamente en mi mujer y ví como una lágrima de hiel resbalaba serena por su mejilla de miel.

Me dormí con su nombre bailando en mis labios ásperos y desiertos.
Me he despertado para besar a mi nieta Tutana.

miércoles, 22 de octubre de 2014

El delfín.

 
Del delfín dicen los científicos que es uno de los animales de mayor inteligencia del mundo animal, que debe ser el que no es racional, según las definiciones al uso.
Amista con el hombre, y el hombre, que no es tan inteligente, se divierte a su costa.

Cuando después el hombre, en esos momentos en que se cree inteligente, piensa en el delfín, opina que es un animal simple, algo bobo, incluso tonto, y que su perenne sonrisa en el rostro parece que así lo certifica.

Un amigo querido me decía el otro día que nuestra sociedad considera al hombre bondadoso como a un tonto.
Y así es.
Ved hasta que punto el hombre lo pervierte todo.
Pervierte al bueno y al delfín, y no menciono el resto de lo que pervierte porque me faltarían dedos y teclas en mi portátil.

domingo, 19 de octubre de 2014

El Tío Lejía.

 
Baldomero Ruíz Lópezrosa entró, como cada día, a las 16 h. en punto en el Bar-Restaurante “El Coto” de Tarancón, segunda ciudad de la provincia de Cuenca, en la Avenida Miguel de Cervantes, zona moderna de la población, y frente a un barrio antiguo, algo decrépito pero encantandor, de casas unifamiliares de una sola planta, conocido localmente como “El Congo”.

Todos los días, a excepción de los miércoles, que es el día en que las cañas y las jarras y los vinos y las tapas y también Rafi y Reme libran por descanso semanal,  Baldomero, conocido en toda la zona como el “Tío Lejía”, entra a esa hora para tomarse un café y permanecer acodado en la barra y en el mismo taburete de todos los días  hasta si hace o no las 18:30 horas.
Baldomero no es de Tarancón, aunque el eje de sus actividades profesionales, que le proporcionó el apodo por el es que conocido, sí lo desarrolló en esta población equidistante de Cuenca capital y de la ciudad de Madrid. Nació en Villaescusa de Haro, provincia de Cuenca, el veintisiete de febrero de mil novecientos veinte. Tiene por tanto, dice él, noventa y cinco años, camino de los noventa y seis en no más de cuatro meses.

Desde el primer día que paré en “El Coto” a tomar una cervecilla, y paré porque es el Bar que frecuenta mi hijo Aleix y su mujer Alicia, taranconera de cuna y raza, y su hija Susana, tanto para el primer café del día como para la cerveza de después de echar el cierre a su establecimiento y antes del retiro a su domicilio, el viejo me llamó la atención.
Empecé a fijarme en él porque desde siempre he admirado la época de la vejez porque la consideré como los años de la paz, el sosiego, la tranquilidad y la sabiduría, a pesar de que conforme yo me acerco a ella pienso que en todo me equivoqué salvo en el tema de la sapiencia, porque esa sí es como fruto de la experiencia y de muchos años de trotar y dar tumbos por esos mundos. Los otros atributos que yo entendía que adornaban el final de la vida se han ido al carajo, porque salvo algunos privilegiados con dinero en el bolsillo y sin enfermedades en sus cuerpos desvencijados, el resto que es mayoría viven atribulados por que carecen de recursos económicos o se los han recortado desalmados que se llaman gobiernos y, además, les asolan males que se manifiestan en quejidos y malestares tanto del cuerpo como de la mente y el alma.
Y en mis observaciones caí en la cuenta de que el anciano era realmente muy pero que muy viejo, y que posiblemente por ello manifestaba una sordera descomunal que salvaba sólo en alguna ocasión por los berridos que le proferían algunos lugareños para intentar darle un poco de conservación o interesarse por su estado general.
Observé también que detrás de su oreja derecha y en el interior de su pabellón auditivo pasaba el rato un “sonotone”, y que poca función hacía o de vacaciones estaba ya que ni a gritos de los parroquianos atendía el anciano.
El silencio era como una aureola que rodeaba su cabeza, pero estimé que así era porque cuidaba con cierto celo su silencio como símbolo de su intimidad y de la riqueza de un espíritu que yo intuí fuerte y labrado tras años de duro esfuerzo. Eso me pareció  entender o eso es lo que yo quise entrever.

Antes ya me había apercibido de que con absoluta regularidad ocupaba siempre el taburete de patas negras y forro de símil de piel negra también que se sitúa al final de la barra de “El Coto”, en el lugar más alejado de la puerta de entrada al Bar-Restaurante que regenta la gaditana Rafi.

El abuelo vestía con la misma ropa día tras día. Cazadora de piel falsa de color negro, pantalones de franela color marrón oscuro, calzado tipo mocasín barato y gastados, de color negro y faltos de crema para el mantenimiento de la piel y el color, un sencillo bastón de madera y empuñadura curva con algún adorno dorado en su parte alta, y boina oscura sobre la mollera escondiendo una presumible calva que aún mantenía algunos pelos blancos que desbordaban encima de las orejas y en el cogote.

En su rostro, mal afeitado como el de los abuelos que olvidan rasurar partes de su rostro tal vez por mala visión o por temblores del pulso que dificultan la labor del afeitado, que se ve surcado por arrugas profundas y pliegues y pellejos de piel flácida, sobresalían dos ojillos pillos de pupilas extremadamente claras, en su juventud posiblemente de un color azul cielo manso y sincero pero penetrante si la vista se fijaba en algo o alguien concreto. Un pequeño velo parecía cubrir esos ojitos listos e incisivos, al modo de las cataratas de muchos de nuestros ancianos, y esa mantilla le daba una apariencia de paciencia y bondad infinita.

El primer día, cuando alcanzaron las agujas del reloj las seis y media y algunos minutos más y el viejo se levantó cansinamente y por la puerta se marchó en solemne y humilde silencio, le pregunté a Reme, la empleada de Rafi en “El Coto”, si alguna cosa sabía del abuelo ya que se me había despertado un enorme interés por conocer cosas de la historia del anciano.
Ella fue la que me indicó que era muy conocido en todo Tarancón y sus alrededores por el sobrenombre de “Tío Lejía”, y que ese apodo pesaba tanto que pocos conocían su nombre verdadero.
Ella me dijo que ese sobrenombre obedecía a que el hombre se ganó la vida con una fábrica de lejía que fundó hacía muchos años, y que eso le dio suficiente dinero como para mantenerse a sí mismo y a su mujer, y que hoy en día subsistía gracias a los beneficios que obtuvo, a su jubilación, con la venta de su fábrica a su empleado más fiel y próximo, que atiende al nombre de Pablo el Zarzeño , por ser su madre de Zarza de El Tajo, aunque él es de Leganiel.

Su mujer, ahora que la mencioné, se llamaba Rosario Álvarez Muñiz y nació como Baldomero en 1920, pero en el mes de abril. Estuvieron desposados durante sesenta y seis años, y si a ellos le añadimos cuatro más de noviazgo resultará que estuvieron juntos durante setenta años.
No averigüé que hizo en su vida su mujer, porque hijos no le dio al “Tío Lejía”, pero sí sé que lo enamoró hasta las cejas, porque Baldomero me dijo que a su lejía la bautizó como Rosita, “Lejía Rosita”, en honor de su mujer.
Tampoco sé si eso fue por la corrosión que la lejía le debió provocar y que se asemejaba a la que algunas mujeres causan en algunos hombres (y viceversa también) o bien por el enorme amor que por ella sintió toda su vida. Creo que el nombre de la lejía obedeció a su pasión por su mujer, al corazón de terciopelo que ese hombre rudo y duro de la meseta albergaba en su corazón.
A ella, me dijo, siempre le fue fiel, tal vez no con el cuerpo, lo cual no es más que una cana al aire sin mayor importancia porque desfogarse es de necesidad para el pertinaz currante, pero sí con la mente, que es lo importante en el hombre y en general en el ser humano.
Enorme reflexión de un hombre bueno que amó y supo amar.

El “Tío Lejía” fundó su empresa en 1950 y durante los primeros catorce o quince años recorrió con su furgoneta todos los pueblos de Albacete, Madrid y Cuenca, y añade Asturias, pero me permito una duda porque eso no cae por estos aledaños y su edad, noventa y cinco años que no cuadran porque si es del 1920 va para los noventa y cinco y tiene ahora, por tanto, noventa y cuatro, le permite algún que otro desliz.
Comenta Baldomero con un orgullo impropio de los tiempos en los que estamos que en todas esas correrías diarias por Castilla jamás tuvo el más mínimo incidente con otro vehículo o peatón alguno. Dice él que tuvo suerte, mucha suerte, y yo le digo que la persistencia en la fortuna no existe, que eso se debe a la pericia o la prudencia en la conducción y que eso hay que anotarlo en su haber, pero él, erre que te erre, dice que no, que tuvo mucha suerte, que fué afortunado.
En su viajera furgoneta llevaba, me explica, un cartel rotulado con el título de “Tío Lejía” y por eso así se le conoce en todos estos pueblos, poblachos y villarejos que visitaba para vender la “Lejía Rosita”.
Insiste en ello haciéndome saber que ni una sola denuncia tuvo en todos sus años de conductor de su furgoneta. Orgullo castizo de hombre de apariencias ásperas pero corazón de algodón.

Le pido, a gritos, claro, que me cuente alguna anécdota.
Se resiste porque es tosco y romo en la expresión.
Le invito a un vino para que suelte la lengua, pero lo rechaza diciéndome que para él ya no sin tiempos de vinos.
Pero de golpe, inesperadamente, me suelta que en una vez, en el Puente de Arganda, cuando regresaba de vender su producto en Madrid, le detuvo la Guardia Civil o la Policía, ya no recuerda, porque en la capital habían matado a un general o a un preboste capitalino (Carrero Blanco desfila con la timidez de la muerte por mi cabeza), y que al ver en el rótulo que portaba en su furgoneta que él era el “Tío Lejía” lo dejaron pasar sin molestarlo mas, y eso a pesar de que transportaba un peligro llamado cloro y sin el correspondiente permiso para transportar esa peligrosa mercancía.

Después se calló, como un sepulcro.
Reposó, o eso me pareció..
Descansó porque hablar le cuesta esfuerzo.
Y hacer memoria más.
Sus ojos escudriñaron en su propio interior. Parece que buscaba algo en sus recuerdos que son sedimento en algún lugar de su cerebro.
Miró fijo al frente, a un lugar indeterminado, y se arrancó de nuevo con otra anécdota que me señala fue importante para él.
Se carteó y se fotografió, en un tiempo y por escaso tiempo, con el Obispo Inocencio Rodríguez, de Cuenca. Eso, a su juicio, pocos podían explicarlo. Rió suavito y se le inflamó un algo la vista pilla  con su velo azulado sin poder disimular su orgullo.

Después de esta confesión íntima, y mientras el “Tío Lejía” parecía haberse sumido en un estado de letargo, Reme, la camarera, me comentó que un cliente habitual de el Coto, Antonio, podía explicarme cosas de Baldomero, y además darme la referencia del “Tío Ramiro”, gitano que viste de negro y usa sombrero tipo bombín también negro, posiblemente porque trabaja en calidad de no sabe qué en una de las dos funerarias de Tarancón.
Me dijo que lo encontraría con facilidad en su ruta habitual de bares, concretamente en el Keller, el Havana y el Bar Antonio, todos ellos en la Avenida Miguel de Cervantes, arteria comercial y principal de la población.
Decidí que al día siguiente buscaría al “Tío Ramiro” para conocer otros aspectos de la figura y la vida del “Tío Lejía”.

Y así lo hice, pero tuve uno de esos días en que uno llega tarde a todos los sitios.
Empecé por el Bar Keller, y allí, Juan Ramón, un madridista confeso al que exasperé durante un breve rato declarando mi amor por los colores blaugrana y mi desprecio por el equipo de color blanco y el preferido por el dictador, me dijo que llegaba cinco minutos tarde, pues el “Tío Ramiro” hacía exactamente ese tiempo que había marchado del Bar. Pero que posiblemente lo encontraría enfrente, en el Bar Havana.
Así que dejé de molestar con mis declaraciones antimadridistas y mi fiebre culer y me dirigí con premura al Havana.

La señora tras la barra que me atendió me dijo con cara algo apenada que no hacía ni cinco minutos que el “Tío Ramiro” había estado allí tomándose su vino tinto, pero que ya había partido y que con toda probabilidad lo hallaría en el “Bar Antonio”, saliendo a la calle a la derecha a escasos metros.
Tras darle las gracias y comentarle que estaba llegando cinco minutos tarde en mi persecución del “Tío Ramiro”, me fui veloz al “Antonio”.

Allí se repitió la historia. Hacía cinco minutos que había partido, casi con toda certeza al mercadillo de los jueves, en el barrio extremo de Corea.
Me señalaron cómo llegar a Corea, ya que ni mentarlo había oído en mi estancia taranconera, y después de visitarlo, comprar un kilogramo de aceitunas en salmuera de Campo Real para el Bar “El Coto”, para consumir yo mismo junto con Rafi y Reme, no conseguí dar con el “Tío Ramiro”, por lo que abandoné mi misión porque estaba cada vez más claro que si alguien me indicaba como toparme con él, yo llegaría a la posible cita cinco minutos tarde.

Antes de mi expedición, el día anterior, por la ruta de los Bares del “Tío Ramiro” y del barrio de Corea y su mercadillo, el “Tío Lejía” decidió, desde su ubicación en la barra de “El Coto”, recogerse, y para ello abandonó su taburete, agarró su bastón, y, como siempre, sin decir nada, se encaminó hacia la puerta para dirigirse a su Casa Tutelada, que es donde habita a la espera de limpiar con su lejía la casa que Rosario tiene en el cielo desde hace seis años, porque ella le está esperando, a él, al “Tío Lejía”, que tanto la quiso que a sus noventa y muchos años todavía conserva pelo blanco que asoma bajo la gorra, porque lo que se dicen canas, esas canitas que a veces se echan por ahí, pocas, pocas echó Baldomero.

Yo también me levanté para ir a esperar a mi hijo, a su mujer y a mi nieta para cenar, y mientras recorría el breve trayecto del Bar “El Coto” a la casa de mis hijos me descubrí silbando el estribillo de “El puente sobre el río Kwai”, que no sé por qué razón y desde hace mucho asocio al optimismo.

Desde este atardecer esa música, por siempre, será la del “Tío Lejía”, y recordaré su sonrisa de caramelo cuando antes de alcanzar la puerta de salida del Bar se giró hacía mí, levantó un brazo a modo de saludo de despedida y empezó su lento caminar hacia su Casa Tutelada, donde le aguardaba la cena, la cama y su almohada rellena de dulces recuerdos de su Rosario Álvarez Muñiz, que dió nombre al producto con el que se ganó la vida y a él la vida entera le regaló.


P.D.: Hoy, domingo, 19 de octubre de 2014, desayuno en el Bar “El Abuelo”, de Tarancón. De pronto se me acerca un hombre que se identifica como Mariano, y me dice que sabe que estoy interesado en conocer cosas del “Tío Lejía”, y me dice que lo sabe porque en los pueblos todo se sabe. Que la semana próxima me llevará a conocer a Pablo “El Zarzeño”, porque él conoce todos los detalles de la vida del “Tío Lejía”, e incluso tiene algunos recuerdos físicos de los años en activo del Tío, y que está dispuesto a entregárrmelos ya que le emociona que un forastero como yo se interese por su exJefe, exSocio y siempre Maestro en el arte de fabricar lejía.
Quedamos que nos buscaremos antes de que yo regrese a Barcelona, y después de darme la mano y encaminarse hacia su puesto de parroquiano en la barra caigo en la cuenta de que lo que suena en esos momentos en el hilo musical de “El Abuelo” es la música silbada de la película “El puente sobre el Río Kwai”.

Estoy seguro de que es el “Tío Lejía” quien ha hecho sonar esa música en ese preciso instante, y que escondido donde esté sonríe cansinamente mientras le brillan esos ojillos traviesos de un azul celeste remanso de paz.