sábado, 31 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XLIII).

 
He conocido a una persona que se apellida Espejo.
Y no me he portado bien, porque mientras me hablaba yo pensaba en otras cosas. Por tanto, no se lo que me ha dicho.
Mientras ella hablaba yo divagaba pensando que alguien que se llama Espejo tiene dos grandes problemas en la vida, a saber:

UNO: Sólo puede hablar consigo mismo ( y yo soy la prueba) porque mire donde mire siempre se ve a sí mismo.

DOS: Si por casualidad, desgracia o simple mala suerte se le rompe el Espejo, cada conversación que mantiene (consigo mismo) tiene que repetirla tantas veces como el número de pedazos fracturados del Espejo, y eso es una lata y, además, agota.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Un pensamiento y una visión (y creo que el primero erróneo y la segunda equivocada).

 
Escucho y veo en la TV de la terraza que ocupo (es casi final de año, pero hace calor al sol) que Madrid es la primera ciudad de España en aplicar restricciones de tráfico en función de las matrículas de los vehículos.
Inmediatamente a esas imágenes del locutor que narra la noticia, aparece el portavoz del P.P., un tal Rafael H., y nos dice que la medida a él y a los suyos les parece una solemne tontería ya que se ha demostrado su ineficacia en otros ciudades europeas como Londres, París, Roma,…
Se me pasa por la cabeza que este Portavoz estúpido del Partido que gobierna por la estupidez de este pueblo tiene muchas posibilidades de aspirar y alcanzar la Presidencia de este país de rajonianos estúpidos.

En la mesa de enfrente unos ojos de transparencias azules lindísimas me cautivan y hacen que olvide al estúpido portavoz y a los coches de Madrid y su polución.
¡¡¡Bellísimos ojos!!!
Una mano retira de esos ojos un mechón de pelo negro azabache que el aire ha movido de su lugar correcto, y observo unos finos dedos con unas cuidadas uñas terminadas en un blanco excelso, brillante, poco natural.
Es evidente que las uñas son postizas, y me produce una sacudida en todo mi ser, porque lo postizo, por falso, esconde lo verdadero, y lo verdadero pueden ser unas uñas mordidas, deformadas e incluso sucias.
Pienso en paralelo que el azabache de su melena negra puede ser teñido, y puestos a hundirme algo más, pienso también que el azul cristalino de sus ojos puede que sea el de las lentillas que hoy utiliza la muchacha.

Decido hundirme en la cerveza que me acompaña para no deprimirme y me pido otra ronda pero con el recipiente más grande de que dispongan en la terraza a fin de ahogar mis pensamientos sucios de polución y de postizos de falsedades, o atragantarme hasta que la tos aniquile mi mente divagante, pero mi confusión aumenta cuando la camarera que es del color negro del ron del Caribe me pregunta si la cerveza que quiero la deseo rubia o tostada.

No atino a responder a pesar de tener la boca más abierta que nunca y perfectamente adornada por una expresión que roza la más soberana de las expresiones de un idiota.

La camarera se va con la sensación de que ya estoy borracho o de que soy un estúpido completo.

Pensamiento Fittipaldi (XLII).

  
Érase una vez un cangrejo díscolo.
Se lo estuvo pensando un tiempo, y al final se decidió: no caminaría nunca más hacia atrás, sino que lo haría hacia adelante.
Su decisión se debía únicamente al sentido común: si alguien te persigue y tú caminas hacia atrás te encontrarás indefectiblemente; sin embargo, si caminas hacia adelante y lo haces más de prisa que tu perseguidor, tienes posibilidades de escaparte.

No tuvo suerte.
El primer día que empezó a caminar hacia adelante, los de su grupo decidieron que era un díscolo revolucionario y un irresponsable que se posicionaba en contra de la opinión de la mayoría, y decidieron acabar con él dándole muerte.
Y como que no tenía suerte, no tuvo la buena suerte de la oveja negra de Augusto Monterroso, que por ser negra la pasaron por las armas para erigir una escultura en su memoria y que así los jóvenes artistas se ejercitaran en el noble arte de la escultura.
Y así lo hicieron por los siglos de los siglos con las ovejas negras que aparecían de tanto en cuanto en el rebaño.

Y como que la mala suerte lo perseguiría hasta después de muerto, el pobre cangrejo díscolo nunca tuvo un seguidor que fuese muerto, ni pasado por las armas, ni que tuviese una escultura, ni nunca un cangrejo sirvió de inspiración a los jóvenes artistas.

Fue sólo un cangrejo díscolo al que pronto todos olvidaron porque ni historia fue capaz de hacer.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XLI).

 
El guionista, escritor y crítico literario Ramón de España (Barcelona, 1956), escribe en su último libro, “Idiocracia. Cómo cargarse una democracia en sólo treinta años”,  que este concepto, la idiocracia, es hoy de aplicación “urbi et orbi” en nuestra sociedad.

Hasta aquí es una opinión tan respetable como otras muchas.
Lo curioso del tema, o así me lo parece a mí, es que utilizó este término para describir la sociedad justo semanas antes de la triple imbecilidad del Brexit, el triunfo de Trump y la nueva entronización de Rajoy.

Creo que esos tres acontecimientos le dan mucha o toda la razón, con la salvedad de que tal vez deba buscar un término más potente y contundente que supere el acuñado “idiocracia”.

¿Gilipocracia? ¿Estulticiacracia? ¿Cretinocracia? ¿Catetocracia? ¿Majaderocracia? ¿Asnocracia? ¿Cenutriocracia?
Pensaré en ello durante estas fiestas, Ramón.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XL).

 
La soledad, el silencio, incluso el autismo social, son algunas de las pocas fórmulas para soportar la decadencia que impera en el global de la sociedad, y en especial en el mundo occidental, y en concreto en el latino que es la cuna de la cultura, hoy gobernado por ineptos y gente de escasísima altura intelectual.

Aún así, estoy confirmando que soy un optimista indestructible (¿o es sólo supervivencia?), porque la mediocridad que nos invade y rodea en todos los ámbitos no consigue que me deprima.

Me felicito, porque la ausencia de esperanza, que es la desesperanza, conduce a la mayor de las frustraciones, que es indefectiblemente mortífera para el alma y el espíritu.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XXXIX).

 
(Dedicado a mi buen amigo Pedro L.O.)

Mantengo una buena amistad con un recio y honrado castellano manchego al que muchos le retraen que tiene opiniones y pareceres diferentes del común de la gente, y él, que podría responder de diversas formas y maneras porque verbo no le falta, se limita a decir que “celebra no encajar”.

Yo me apunto a ello, porque como dijo en una ocasión el gran poeta Kavafis “no todo el mundo puede empadronarse en el país de las ideas”.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XXXVIII).

 
Hay días que tengo la conciencia de que me estoy muriendo, lenta pero inexorablemente.
Y no siento nada.
Ni rabia, ni agobio, ni padecimiento alguno, ni rebelión, ni tampoco ansiedad.
No siento nada de nada.
En todo caso, algo de satisfacción.
Cuando esté muerto ya sabréis si estoy satisfecho.

Creo que mis sensaciones actuales son las resacas de mis muertes.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Fallece un tertuliano de Sarriá.

 
Ayer murió un antiguo tertuliano mío de los bares de Sarriá.
Yo le llamaba “Marqués”, porque siempre vestía con elegancia y saludaba de forma cortés y caballerosa, antes de pedirse un gin tonic, que consistía en un buen chorro de ginebra y unas gotas de tónica (creo poder asegurar que un botellín de tónica le era suficiente para cuatro gin tonics), de la que decía que le sobraban las burbujas porque restaba espacio para la ginebra.

Marqués, prometo que hoy me tomaré un gin tonic cargadito como los tuyos y mientras lo consuma pensaré con mucho cariño en tu persona.
Levantaré mi copa al cielo, y todas las estrellas del firmamento, que recorreré con la vista, serán burbujas para ti. Se que te reirás por lo bajini y tu mueca maliciosa bailará por todo tu rostro hasta detenerse en tus ojillos algo anegados de ginebra.
Y espero que no se me enturbien los míos, porque me gustará decirte que te aprecié de corazón, como se que tú me apreciabas a mí, porque lo manifestábamos ambos en nuestras largas conversaciones de hombres solitarios en una barra de nuestro barrio, que no es un pueblo pero que huele como si lo fuese.

Mi brindis será por ti y por tu descanso, Marqués, apreciado “Marqués”.

sábado, 17 de diciembre de 2016

martes, 13 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XXXVI).

 
(Dedicado a mi joven amigo JGF).

Este pasado fin de semana estuvieron en mi casa unos amigos.
A ella la conocí con ocasión de su visita.
A él ya hace tiempo que lo trato y se que es una persona gigante.
Ahora está pasando por momentos difíciles, y eso le ha supuesto, transitoriamente, convertirse en un ser humano, porque está abrumado, triste, superado, incluso algo desorientado.
Le recomendé que cada mañana, antes de la ducha, se mire en el espejo y se sonría, y que se dedique mensajes de optimismo escribiéndolos en el vaho del espejo tras su aseo.
Empezará el día con la fuerza que ahora precisa y que a veces el desánimo te hace dudar de si dispones de ella.

He pensado hoy en él al leer en la prensa que la poeta rusa Ana Ajmátova contestó a la pregunta “¿Puede escribir sobre esto?” que le formuló una mujer que hacía cola un frío invierno en Leningrado para ver a su hijo preso por los bolcheviques.
La poeta respondió con un simple “Puedo”.
Eso es poesía, porque sólo dos sílabas pueden hacer poesía, y es una declaración de intenciones, la de la lucha a través de la escritura por los grandes valores que tienen los seres humanos gigantes.

Y tú eres un ser humano gigante, JGF, por lo que no tengo ninguna duda de que podrás, amigo.  ¡¡¡ PODRÁS !!!

lunes, 12 de diciembre de 2016

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

“Empatía, amigo, empatía.
Es la única manera de entender el mundo que te rodea.
A la mayoría de la gente le importa una mierda lo que sucede a su lado, y eso no es bueno para nadie”.

Luís Tosar (Actor. Lugo, 1971).

Te creo, y con absoluto convencimiento, Luís.
Estoy seguro que la empatía es lo único que nos puede ayudar a comprender este mundo despiadado, inhóspito y mediocre que nos envuelve con sus tentáculos de pulpo insaciable.

Y mi empatía, o la que intento practicar, a veces con fortuna y otras con fracasos, radica en que todo lo que les ocurre a las personas que comparten algún momento, instante, algunas horas conmigo me preocupen y me ocupen hasta hacerme solidario y partícipe de sus alegrías y de sus desdichas.
Sólo puedo ofrecerles mi compañía y mi empatía, y eso es lo que intento.
Cuando yo lo he necesitado muchos y muchas ahí han estado, y soy muy consciente de la enorme ayuda que eso ha significado para mi estado de ánimo y mi espíritu.
Es por eso que me atrevo a pedir a todo aquel que se acerca a mi persona que trabaje y profundice en la empatía.

Tal vez por ese camino consigamos salir de la miseria en las que nos han sumido aquellos que se dicen líderes de nuestra sociedad, desde ámbitos tan dispares como el político, el religioso, el sociológico, el artístico, el intelectual, el empresarial,…

Somos nosotros mismos los que debemos trabajar para salir airosos de esta aventura en la que nos encontramos. Nada debemos ni podemos esperar de los que se llaman regidores de destinos y de almas, porque ya nos han demostrado hasta la saciedad que sus objetivos son cortos de miras y altos de egocentrismo, y estratosféricos por sus ansias de poder personal propio o de sus afines.

En nuestro comportamiento está el cambiar las cosas, y es posible que una vía válida sea la empatía, el saber “calzarse los zapatos de los demás”.

Buena semana para todas y para todos, amigos !!!

Pensamiento Fittipaldi (XXXV).

 
Hemos sido, los de mi generación y la de los que nos sigue, objeto de tantas decepciones, de tanta mediocridad y de tantos fraudes, que luchar por el ideal de una causa es casi ya imposible.

martes, 6 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XXXIII).

 
(Revisión y/o matización del Pensamiento Fittipaldi nº XXXII)


En algunas ocasiones de mi vida me han querido distinguir con aplausos, y yo, muchas veces, los he recibido como bofetadas.

Siempre eres tú, tu exigencia y tu espíritu de superación el que decide la naturaleza de los gestos.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Pensamiento Fittipaldi (XXXII).

 
En algunas ocasiones de mi vida me han querido distinguir con aplausos, y yo, muchas veces, los he recibido como bofetadas.