Una bibliotecaria asmática pudo descansar al fin el día que,
en uno de sus paseos por el parque de la ciudad cercano a la Biblioteca donde
ejercía sus funciones y que le ayudaba a airearse un poco del viciado ambiente
propio de los locales cerrados donde se apilan y conservan cantidad ingente de
libros, manuscritos, documentos, mapas y papiros, amistó con una cobra que por
allí zigzagueaba a la caza de algún pequeño roedor para saciar su apetito.
Amistaron rápido porque la bibliotecaria comprendió que allí tenía una posible
forma de disminuir su sufrimiento diario. Amistaron tanto, decía, que la
bibliotecaria convenció a la cobra para que fuese su compañera en la Biblioteca
municipal, donde gozarían de la recién creada amistad y la cobra podría
satisfacer sus necesidades alimenticias sin problema alguna con extrema facilidad.
La función de la cobra consistiría en pasearse sin descanso
entre los bancos de los numerosos lectores que todos los días visitaban la
Biblioteca evitando las muchísimas rupturas del silencio, obligado en toda
Biblioteca, por algunos de los visitantes que cuchicheaban en exceso, y que
perjudicaban de manera notable la necesaria concentración de los silenciosos en
la lectura.
Así que la cobra pasaba el día entre las bancadas de la
Biblioteca municipal emitiendo su característico SSSHHHHTTTT ¡ en cuanto
empezaba a oír los bisbiseos de algunos, y la bibliotecaria podía descansar de
aquello que tanto la fatigaba a consecuencia de su asma.
Pero ocurrió que, de cuando en cuando, la cobra desaparecía
por espacio de alguna semana, y eso preocupaba a la bibliotecaria porque
deseaba ver a su amiga y la ausencia de ella la obligaba a ser ella quien
emitiese el SSSHHHHTTTT ¡ con las funestas consecuencias que ello representaba
para su asma.
Nunca supo a qué se debían esas ausencias, a pesar de que
con el paso de los años observó que descendía el número de asistentes
habituales a la Biblioteca municipal al tiempo que aumentaba el número de
ratones que en los atardeceres y anocheceres campaban a sus anchas royendo
algún que otro documento y cazando algún que otro insecto despistado.