lunes, 19 de marzo de 2018

El pensamiento y el descanso.



Pensaba que la propia vida
me ofrecería el descanso,
el sosiego y el silencio
del pensamiento escaso.

Pero acontece que muchos de mis sueños,
que son un tercio largo de la vida de cada día
se convierten en una enorme fábrica de pesadillas
que me impiden el reposo y el silencio.

Y a cada sueño desordenado acuden cada noche
personajes que han frecuentado mi vida
y me provocan despertares de desasosiego
como una sensación del repaso final de mis días.

Durante la jornada recuerdo su baile frenético
que anuncia que es difícil que pueda regresar de mi exilio,
y me refugio en gozar con la narración de cuentos
y leyendas de la comarca de la Cerdanya
en escuelas, residencias y hogares de ancianos,
donde me siento acogido como los gigantes errantes de los montes
y las encantadas de agua dulce de los lagos, ríos y grutas.

Hasta que mi voz sea reconocida en mis paseos por bares,
restaurantes y locales comerciales por regalarla a la radio
me abruma en ocasiones como si el verbo del tiempo
pasado fuese ya mi natural condición.

Pero no debo manifestar queja ni lamento alguno
porque no puedo ni quiero regresar de este mi exilio
porque mi alma y mi espíritu anhelan las ausencias
que sostienen mis soledades de mi media vida,
porque como ya escribí quiero que permanezcan
en mi medio ser porque soy la mitad de lo que era antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario