Píldora de la luna de los
lunes.
Cavilaciones, reflexiones
e introspecciones.
Hace unas semanas falleció Muhammad Alí, llamado antes de su
conversión al Islam Cassius Marcelus Clay, que además de ser el mejor boxeador
de todos los tiempos (ese que bailaba con más de cien kilos como una mariposa
pero pegaba con sus puños aguizonazos de abeja), fue un gran defensor de los
derechos civiles (se negó a ir a la guerra del Vietnam cuando fue reclutado por
los EE.UU.) y de los derechos (y deberes) de las mujeres y hombres de su raza
morena.
Pues como gran hombre que fue, también dejó alguna que otra
sentencia que creo sigue teniendo una enorme validez también hoy en día, tanto
para la vida corriente como para la vida de los ejecutivos/as en sus gestiones
diarias de negocio/s.
Esto dijo mi admirado Muhammad Alí, Cassius Clay, al que yo
seguía en ocasiones por la TV con mi padre desde nuestra casa de veraneo en
Cabrils, en el Maresme barcelonés -me permito decir que yo no tenía ni idea de
boxeo, y sigo sin saber ni entender nada, y pienso que mi padre tampoco, pero
el baile y la belleza del cuerpo sudoroso y por eso mismo con un brillo excelso
de ese atleta, era maravillosamente sublime, y te hacía sentir, pese a los
terribles puñetazos que se atizaban, como si asistieses a un recital de poesía
o a un concierto de ópera o a una rosaleda para percibir los perfumes de sus
flores multicolores-.
“Cuando tienes razón,
nadie lo recuerda.
Cuando estás equivocado,
nadie lo olvida”.
Muhammad Alí.
Oro Olímpico de los pesos pesados y Campeón del mundo en
diversas ocasiones.
Estoy seguro de que no hacen falta mis aportaciones escritas
para confirmar ni la fortuna de la frase ni sus aplicaciones en la vida diaria
y en la vida empresarial o profesional.
Estoy tan convencido de ello que me las ahorro y dejo que
vuestras mentes piensen en ello sin intentar condicionarlas ni influirlas.
Buena y feliz semana para todos !!!
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