miércoles, 27 de enero de 2016

Lo igual y lo opuesto.

 
Ojeo “La Vanguardia” de hoy, 27 de enero de 2016.
Me detengo en la sección CARTAS de los LECTORES, y concretamente en la FOTO del LECTOR.
La foto de Gemma Surribas es la que ha hecho que me detuviese.
Muestra un escaparate de un comercio con un papel blanco enganchado en el cristal y con una frase escrita a mano y con todas las letras en mayúsculas.
El pie de foto dice que en su población, que es Torelló, tienen un comerciante (un “botiguer”, en catalán) que cada día escribe la FRASE del DÍA, una máxima o una sabia reflexión de algún personaje conocido, y la engancha en su escaparate para darla a conocer a sus clientes y vecinos.
El texto del pie de foto continua diciendo que esta iniciativa del comerciante es de agradecer, antes de finalizar proclamando un Viva el Comercio de proximidad.
La frase escrita por el comerciante y fotografiada por la cliente dice: “Nunca he conocido a nadie que fuese tan ignorante que hiciese imposible que aprendiese algo de él”.
Es de Galileo Galilei, y así consta en el cartel del comercio.

Se me ocurre decirle a Gemma y al “botiguer”, y espero que les llegue por telepatía o por algún camino desconocido, que ya somos por lo menos dos los que tenemos la misma costumbre o afición.
Yo escribo y difundo a mis amigos por comercio electrónico la “Píldora de la luna de los lunes”, donde recojo una frase, máxima, pensamiento, sentencia,… de alguna mente preclara y le añado algún que otro comentario, no tan preclaro, de mi cosecha.
Y cada día, en unas pequeñas pizarritas que me regaló una de mis hermanas, hago un dibujito, que fotografío con el móvil, de algún personaje de la política nacional o algún monigote de mi invención y lo acompaño de alguna de mis ¿sagaces?, ¿irónicas?, ¿estúpidas?, ¿iletradas? reflexiones, antes de enviarlo a los mismos de la "Píldora de la luna..." por guatsap.
Pienso que cuánta razón tiene aquél que dijo que todo está inventado ya.

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En el mismo ejemplar de “La Vanguardia”, en la página siguiente a la CARTAS de los LECTORES, la articulista Joana Bonet, en su columna “El runrún”, escribe bajo el título de “Enferma de amor” que millones de mujeres se han empeñado históricamente en creer las palabras que un día les dedicó un hombre que amaban o creían amar.

Pues resulta que a mí, ¿recientemente?, ¿o hace ya mucho?, ¿siempre?, ¿a veces? me sucedió exactamente lo contrario, ya que me creí las palabras que una extraordinaria mujer me dedicaba.
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Si antes éramos por lo menos dos los que hacemos lo mismo, habrá también otro que se cree lo que una hembra le dice.
¿O en este caso sólo soy yo?
Seguro que hay muchos iguales a mí, pero me gusta la singularidad, la mía y la de los demás.

lunes, 25 de enero de 2016

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

En muchas ocasiones, y sobre todo en mi época de publicitario, he pensado en el mejor método para ser más creativo, para desarrollar ideas novedosas, impactantes, y sobre todo, con resultados.
En otras épocas profesionales, como cuando dirigí una red de distribución de una multinacional de seguros o cuando colaboré con una Organización especializada en el mundo del head-hunting, pensé en cómo hacer las cosas de forma que fuese más efectiva, y para ello concluí que la única forma era siendo diferente del resto (para ofrecer eso que llaman “valor añadido”), exhibiéndolo y consiguiendo que lo que se valorase fuese por los resultados obtenidos en los diversos encargos y objetivos que perseguía.

Para ello encontré una máxima que me apunté a fuego en mi cabeza, para que rigiese mi forma de pensar cuando enfrentaba un tema o un problema:

“Todo progreso depende del hombre irracional.”
Bernard Shaw. (Dublín, 1856 – Ayot St. Lawrence, Reino Unido, 1950)
Premio Nobel de Literatura 1925

Aquel que tiene como objetivo ser racional, ser un ser normal, equilibrado, consolidado, lo único que conseguirá, en el mejor de los casos, es ser uno más, ser del montón, ser socialmente aceptado como una persona correcta, incluso ser respetado por coherente y lógico.
Nunca, nunca, conseguirá progresar más allá de lo que es habitual entre los normales, entre los hombres de patrón clásico, ni él, ni su negocio (sea de su propiedad o sea asalariado) o su Organización.
Para progresar, para crecer, para ir más allá, hay que aceptar que se va a sufrir: incomprensión, escarnio, burla, desprecio, marginación incluso.
Sólo al final se conseguirá el reconocimiento por los resultados obtenidos, si es que se consigue, porque también es común y habitual opinar que lo logrado es fruto de la casualidad, del azar, de la conjunción de factores ajenos a ti, nunca porque tu “mirada” diferente, creativa, pasional (que es lo contrario de lo racional) haya sido la clave del éxito.

Pero si deseas subir la montaña lo más alto posible, no lo olvides: contempla y analiza las causas, los problemas, las oportunidades, las soluciones,… con una mirada diferente, positiva, creativa, revolucionaria, y para ello trabaja en equipo, escucha, piensa, discute, compara, y si a la primera no lo consigues y fracasas, sigue, sigue, no te detengas, no te amilanes, no dudes… porque los resultados se presentarán cuando menos lo esperes, pero llegarán.

Ser diferente no es fácil, porque está reservado a unos cuantos escogidos, y tú puedes ser uno de ellos.
Ánimo, y feliz semana para todos !!!

domingo, 24 de enero de 2016

La infidelidad.

 
“Alma almita, mi dulce amor”.

Nabokov fue infiel a su esposa con una actriz.
Quedó más devastado que ella por esa infidelidad puntual.

El que ama con intensidad siempre es el destruido, porque como dijo Shakespeare al abandonar el cielo te quema el sol.

Su esposa no sufrió el aniquilamiento porque también el que ama sabe perdonar.

Ella no sufre. Ella no sufrirá.

viernes, 22 de enero de 2016

El objetivo.

 
El objetivo era tan descomunal
que antes de empezar me sentí perdedor.

Me alejé mentalmente de él
y se fue empequeñeciendo poco a poco,
y justo al empezar me sentí seguro ganador.

jueves, 21 de enero de 2016

La escalera.

 
Era una escalera tan sensible
que cuando subías por ella se quejaba lastimosamente,
y cuando descendías emitía suspiros de alivio.

miércoles, 20 de enero de 2016

Ventanas.

 
Dedicado a una amiga trashumante por naturaleza pero con el alma llena de amores sedentarios que tanto me ha ayudado desde que nos hallamos, y que en estos meses en los que he optado por la vida en soledad también me ha enseñado algo que ya sabía pero que había olvidado, y que es aquello que dice que “los amigos los escoges tú y ellos te escogen a ti, porque es tu derecho y también el de ellos”.


Abrí la ventana y entró el calor.
Cerré la ventana y se instaló el frío.

Así son las ventanas del alma.

martes, 19 de enero de 2016

Días incompletos.

 
Me dijo que el día que no hablaba conmigo era como si le faltase algo,
como si fuese un día incompleto.

Yo le dije que a mí me pasaba lo mismo.

Ahora que ya nunca habla conmigo,
¿todos sus días son incompletos?
¿vive en días mutilados?
¿vive en otra dimensión que carece de días?

¿o fui yo el que se marchó a otra dimensión,
a la mutilación o a la ausencia de días,
a los días interminablemente incompletos,
y los suyos ya son de nuevo días completos?

lunes, 18 de enero de 2016

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Charlaba distendidamente el otro día con un amigo, JPS, sobre los muchos cambios que se avecinan en nuestra sociedad y en prácticamente todos sus ámbitos, y en nuestra reflexiones apareció, como no podía ser de otra manera, el concepto MIEDO.
Siempre aparece el tema del miedo cuando se avecinan o detectamos que llegan cambios. Y creo que es normal, porque el hombre tiende a situarse en las zonas confortables, y los cambios presentan dudas de que esa confortabilidad se mantenga, y es en ese preciso momento cuando aparece el miedo, y concretamente, el miedo al cambio.
Fue en ese contexto cuando mi amigo me lanzó a modo de reflexión una frase que pronunció John Cage, frase que a mí me sirvió para reflexionar durante un buen rato una vez dimos por terminada nuestra conversación.
A los pocos días mantuve otra conversación, virtual en este caso, con otro buen amigo, JGF, sobre un tema de orden político que también afrontaba, pero desde otra perspectiva, el tema del cambio, por lo que apareció de nuevo de forma recurrente el MIEDO, y eso me hizo recordar de nuevo la frase de J. Cage, frase que le remití a mi amigo JGF, y se que también le hizo reflexionar por la respuesta por correo electrónico que me hizo llegar.

Me centro en lo que quiero decir en esta Píldora de este lunes de enero.
Es cierto: van a venir muchos cambios, y llegarán porque todos queremos que lleguen, porque todos nos pasamos el día diciendo y diciéndonos los unos a los otros “esto no puede seguir así”, “las cosas tiene que cambiar”, “debemos luchar para cambiar las cosas”, “tenemos que exigir cambios drásticos”,…
Bueno, pues al igual que JPS hizo conmigo cuando reflexionábamos sobre ello, y después yo con JGF cuando hablábamos virtualmente de política y de cambios, voy a trasladaros la frase de J. Cage para que vosotros podáis reflexionar sobre ella, y en consecuencia disponer vuestra actitud de forma coherente con ese cambio que tanto decimos que deseamos:
“No puedo entender por qué la gente está asustada con las nuevas ideas. Yo lo estoy con las viejas”.
John Cage (Los Ángeles, 1912 – Nueva York, 1992)
Compositor, músico, escritor, filósofo, artista, pintor,…

Aquí lo dejo.
Que cada lector piense y actúe como le plazca.
Pero si tú, amigo mío, deseas realmente el cambio, que las cosas cambien, que la sociedad y nuestra forma de entender la vida cambie, no te limites a decir simplemente que las cosas tiene que cambiar: acumula el valor suficiente para hacer y aceptar las cosas de forma diferente.
Buena semana para todos!!!


jueves, 14 de enero de 2016

Crónica de el Grito de la Lechuza post-investidura.

 
Me convoca la Lechuza para hacerme conocedor de algunas reflexiones post-investidura de Carles Puigdemont.
Me avisa de entrada de dos aspectos de importancia para el redactado de mi crónica: que ha dejado transcurrir un par de días para poder expresarse con la mente fría y evitar así los calores mentales que provocan las reacciones inmediatas, y que su reflexión, en esta ocasión, ha querido fijarse en algunos detalles y no en el corazón de la investidura, ya que para eso suficientes cronistas y analistas políticos los hay aquí y allende Catalunya.

Y comenzó su exposición formulándome una pregunta: “Cronista, ¿hemos perdido irremisiblemente la educación y el respeto, y lo que es peor, el sentido del saber estar y de la responsabilidad?”
Y sin esperar respuesta por mi parte, así se explicó:
“Después del acto de investidura del nuevo Presidente de la Generalitat de Catalunya sucedieron algunas cosas que por habituales ya no nos llaman la atención, pero que no por ello dejan de decir muchas cosas pese a no servirse de las palabras y sí en las actitudes y en los comportamientos.
Una vez nombrado como nuevo President por la Presidencia del Parlament de Catalunya los diputados prorrumpieron en una sonora ovación que no fue secundada, OBVIAMENTE, por los grupos parlamentarios contrarios a la investidura. Es lo normal y habitual.
Pero esos detalles a los que me refería, querido cronista, están aquí, en el OBVIAMENTE.
¿Por qué nos parece obvio que los que hubiesen preferido otro President/a no aplaudan,  cuando ese aplauso no es más que una felicitación a quien accede a la mayor responsabilidad política de un país, cargo al que cualquiera de los allí presentes (salvo invitados y familiares) desearía acceder como culminación de su carrera política?”

Piensa la Lechuza que lo obvio sería únicamente que no se partiesen las manos por la fuerza, potencia y persistencia de sus aplausos, pero ¿no aplaudir? ¿No es eso una falta de respeto y de consideración enorme? ¿No es eso de una bajeza moral y de espíritu brutal?
Es como si un compañero de trabajo, con el que a veces trabajas en equipo y en otras ocasiones compites,  te invita a una copa de cava en celebración de su onomástica, y tú, en vez de agradecérselo, vas y le dices (con palabras o con tu comportamiento y actitud), ¡No, yo no bebo tu cava, me sentará mal!
Difícil de entender, ¿verdad? Difícil de comprender, de aceptar,  dice muchas cosas del que no acepta esa copa de cava. Pues en política nos parece OBVIO. ¡Qué pena, pues parece que los que están expuestos a la mirada y la observación pública son los que más deberían cuidar estas cuestiones, porque en muchas ocasiones son espejo de comportamiento para otros!

El segundo detalle que me comenta la Lechuza sucedió instantes después.
Como cierre de la sesión de investidura, el Parlament en pie entonó en Himno Nacional de Catalunya, “Els Segadors”, y los partidarios del nuevo President lo cantaron sentidamente, incluso otros grupos contrarios, como el P.P. de García Albiol o el PSC de Iceta. Cantaron sin mucha efusividad, es cierto, pero pudimos ver como interpretaban pasajes como “Bon cop de falç” que permiten una fácil lectura de los labios. Pero cantaron, con respeto, con consideración.
Sin embargo, Inés Arrimadas y sus correligionarios de C’s, no cantaron. Se mostraron hieráticos, impasibles, fríos, ausentes, despectivos, ajenos.
Se pregunta la Lechuza si es que no son catalanes o si es que no conocen la letra de “Els Segadors”, o pero todavía, si es que para ellos sólo existe un himno (que, por cierto, no tiene letra), lo cual diría nuevamente muy poco de sus actitudes y comportamientos democráticos. O tal vez, piensa la Lechuza, es que simplemente son lo que ya ha manifestado antes: son maleducados e irrespetuosos con contumacia y alevosía, como si ello fuese una virtud en vez de un defecto.

Concluye la Lechuza comentándome que estas reflexiones, que el análisis de estos “detalles” de la sesión de investidura le recordaron un artículo de José Ignacio González Faus en “La Vanguardia” del pasado 11.01.16, titulado “Año irracional”, y donde decía cosas muy sabias e interesantes como que “por paradójico que resulte hay pocas cosas más irracionales que la razón, o por lo menos, el uso que solemos hacer de ella”.
E ilustraba su comentario con reflexiones como las que siguen: las pasadas eyecciones generales dieron un balance de empate a 160 escaños, por lo que cómo es posible que el Sr. Sánchez proclame que el pueblo ha pedido el cambio; la Presidenta andaluza se desgañita diciendo que no hay que dialogar con nadie que atente contra la unidad de España, y no se da cuenta de que su cerrazón al diálogo es tal vez la mejor arma para romper esa unidad; el Sr. Romera proclamaba tras el 27-S que tenía mayoría suficiente en escaños y votos, y esa mayoría es sólo de un escaño más y menos del 50% de los votos; Rajoy es el político que más desigualdad ha creado entre los españoles tanto a nivel individual como entre Comunidades, pero se llena la boca diciendo que él no puede consentir ninguna desigualdad entre los españoles; desautorizamos a la CUP llamándolos “anticapitalistas” cuando a lo mejor deberíamos llamarlos “racionales”  ya que tiene las ideas bastantes claras aunque pequen de ilusos y en ocasiones de incoherentes y contradictorios; y así González Faus nos ilustraba con algunos ejemplos más para demostrar la irracionalidad de la razón, y piensa la Lechuza que es posible que ahí esté a respuesta a los interrogantes que ella misma se planteaba cuando observaba los “detalles” que me comentaba en relación a la investidura catalana.

Y llegados a este punto la Lechuza se retiró a su rama para proseguir con sus elucubraciones, y este cronista, como siempre, se limita a transcribirlas lo más fidedignamente que le es posible.

miércoles, 13 de enero de 2016

Coleccionista de suspiros.

 
En muchas ocasiones a lo largo de mi vida me he descubierto emitiendo un suspiro.
Y cuando eso ocurría, ocurre todavía, claro, siempre me sorprendo.
Me ocurre como con el bostezo, que además de ser una pequeña obsesión ya que cada día controlo si bostezo o si por el contrario paso un día sin bostezar, que no deja de sorprenderme por mucho que se repita de forma constante y persistente.

El suspiro también me obsesiona, incluso más, porque a diferencia del bostezo, cuyas características principales son la oportunidad del mismo, la duración, la sonoridad, la apertura que provoca en la mandíbula y poca cosa más (alguna vez el bostezo aparece acompañado de alguna que otra triste lágrima seca y áspera, pero eso es en contadas ocasiones y es más por motivos de baja alcurnia, como es el caso del apretujón de párpados que se hermana con los grandes bostezos, y no es por causa noble como las lágrimas húmedas y grasas de las grandes emociones), el suspiro presenta una variedad de prestaciones y presentaciones casi infinitas.
Soy de la opinión de que alguien, un científico por ejemplo, debería dedicarse al estudio y clasificación de los suspiros.
Yo me he limitado a coleccionarlos.
Hoy en día hasta me sabe mal que con ocasión de la renovación del documento de identidad no te pregunten la profesión, porque yo me declararía “Coleccionista de Suspiros”.

Recuerdo muchos suspiros emitidos por mí mismo y también por otros (ahora mismo me vienen a la cabeza alguno de los suspirillos que emitió Carles Puigdemont, nuevo President de la Generalitat de Catalunya, en el cierre de su discurso de investidura, y que interpreté como suspiros de persona algo abrumada por la responsabilidad del cargo que acepta), pero los que realmente me han marcado con mayor intensidad son, en un ejercicio que no me correspondería hacer a mí, si no al científico que analizase y clasificase los suspiros, aquellos que han sucedido en momentos importantes de mi vida.

Algunos de los de que iniciaron mi colección son suspiros ya viejos por remotos en el tiempo, pero no por ello olvidados en las nieblas y telarañas de mi memoria.
Son los suspiros de adolescencia, que eran soplos y bufidos de cansancio de estudios y de aprendizaje y, sobre todo, son los lamentos de primeros amores no correspondidos por aquella niña ya moza de la ciudad que veraneaba en el mismo pueblo cerca del mar donde mis padres se instalaban aquellos tres largos meses del estío.
Y también los suspiros de la infancia, que eran sollozos porque en la Fiesta Mayor del pueblo el padre negaba las monedas para disparar cuatro perdigones en la parada del tiro o para un viaje más en los auto de choque.
Eran aspiraciones y espiraciones lastimeras, porque aunque fuesen irrelevantes eran sinceras, y hacían padecer y en ocasiones hasta compadecerte. Por eso la memoria los guarda a buen recaudo, porque esos suspiros enseñaban cosas y las cosas que se aprenden en la infancia y la juventud jamás se extravían ni se olvidan, como el aprendizaje de rodar sobre la bicicleta de dos ruedas.

Recuerdo asimismo los suspiros que eran jadeos de los partidos de fútbol sala y los de campo grande de tierra y piedras entre los vecinos del pueblo y los veraneantes, de altísima rivalidad y odios y resquemores profundos como los de las clases sociales, jadeos que podían acabar en sofocos y resoplidos bien por falta de resuello bien por el dolor que sufrían los miembros del cuerpo apaleados en las batallas campales en las que acababan las contiendas entre los enemigos ancestrales.

Pero los que más me han perforado y me han horadado las entrañas son los suspiros nacidos de la ansiedad y los que brotan del amor y el desamor.
La ansiedad que aparece cuando se desea lo que sea con tanta fuerza que provoca aspiraciones fuertes y largas y espiraciones sonoras y breves, entrecortadas y sincopadas.
Son llanto silencioso y pena silenciada, queja chirriante y grito helado por el dolor del alma, y quejidos profundos y jadeos y gemidos hondos empapados de placer.
Los primeros hieren como puñales de filo metálico y afilado y los segundos golpean con sangre las sienes y los corazones de los amantes.

Estos suspiros son los que hoy me acompañan porque se acomodaron en mi alma impúdica y desvergonzadamente, y afloran en la oscuridad terrosa de muchas noches, imitando al topo, cuando mi pensamiento se pierde en el recuerdo de las mujeres de mi vida, mujeres que hace unos años me abandonaron a mi suerte sin dejar de acompañarme asiendo mis manos con la calidez de las suyas, y estos días camina junto a mí algún que otro suspiro de amorío reciente que alivió mis soledades y que ahora se aloja entre los de mi colección porque me  ha “dolío como un quejío” cuando partió y me dejó ese suspiro que se incrustó como el alquitrán entre los cristales rotos de mis sentimientos y emociones.

Son los suspiros de mi vida, son los que a veces sólo yo mismo y los que mucho me conocen detectan e incluso alcanzan a oír cuando se escapan sin solicitarme permiso alguno porque son tan libres como mis vibraciones y sensaciones.

lunes, 11 de enero de 2016

Píldora de la luna de los lunes.

 
Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

En la misma línea de las dos últimas "Píldoras de la luna…", la que cerró el 2015 y la que abrió el 2016, me voy a permitir lanzar CINCO CONSEJOS PARA LA VIDA, que extraigo del “Dayli Health Gen” (que ofrece más consejos, concretamente hasta veinte, pero he seleccionado los cinco que siguen porque me parece que son relativamente fáciles de poner en marcha y tampoco debo extenderme en exceso ya que sería abusar de vuestra paciencia).

Vamos allá:

1. Haz sonreír a tres personas cada día.
2. Siéntate en silencio durante al menos diez minutos cada día.
3. Sueña mientras estés despierto.
4. Nadie está a cargo de tu propia felicidad, excepto tú.
5. No importa como te encuentres. Levántate, vístete y enfréntate a la vida.

“Dayli Health Gen”
Tips for healthy living (Consejos/Pautas para una vida sana).

Que magníficos consejos!!!
Yo soy de los convencidos de que la práctica continuada, permanente y persistente de estas recomendaciones mejorará nuestras vidas.

Así que, VAMOS A POR ELLO !!!

Feliz semana para todas y para todos.

miércoles, 6 de enero de 2016

Día de Reyes.

 
Hoy ha amanecido nevando.
El jardín está blanco.
Las ramas de los árboles están repletas de guirnaldas blancas.
Un mirlo negro y de pico amarillo hollaba la nieve detrás de mi ventana.

He mirado al cielo y he visto la figura bellísima de mi compañera.
Su cabellera es del color del cobre intenso como el fuego, sus ojos verdes como esmeraldas colombianas, y su rostro se muestra salpicado de infinidad de pecas, muchas más que nunca.
Ella me ha explicado que es porque vive cerca del sol, y mientras reía me ha lanzado una bola de nieve. La he recogido, la he besado y se la he devuelto instalada sobre las alas del mirlo negro.
Nos hemos mirado y nos hemos sonreído con la placidez y el calor de la blanca nieve.

El mirlo de mí se alejaba y a ella se acercaba.

lunes, 4 de enero de 2016

Cuatro de enero.

 
Esta mañana me he levantado llorando.
El cuerpo y el alma saben leer y tienen memoria.

Fuera llovía.
Dentro hacía frío, mucho frío.

He salido al jardín y las lágrimas que descendían de mis ojos calientes se han confundido con la lluvia fría del cielo que me caía encima.
El contraste ha sido como un hachazo en mis ojos y en mi cuerpo.

Yo quería mirar al cielo y sonreírte a ti.
Pero no he podido.
La congoja me sobrecogía.

Este anochecer he vuelto a salir del calor de casa.
He mirado al cielo ya oculto y he sonreído, te he sonreído, amor.
Tú también sonreías y te mareabas de rojos y verdes de atardecer.

Me ha costado siete años.
Te he buscado entre las nubes que enrojecían mi vergüenza,
entre el sol que dejaba de amarillear como una rosa mosqueta mustia,
entre la luna que crece orgullosa repleta de plata blanca,
y he encontrado tu mirada sencilla, abierta y húmeda de dulzura como el rocío,
y nos hemos sonreído hasta que una tórtola con un collar negro
dibujándose en su tenue color tibio ha recogido mi tímida sonrisa
para llevártela al cielo que habitas.

He vuelto a buscar el calor del hogar.
Fuera sigue lloviendo.
Dentro hace frío, mucho frío.

Mi alma brinca de alegría
y llora de soledad compungida.

domingo, 3 de enero de 2016

Píldora de la luna de los lunes.


Píldora de la luna de los lunes.
Cavilaciones, reflexiones e introspecciones.

Hoy es el primer lunes del nuevo año 2016, que por cierto, es un Año Triangular.
Año Triangular significa que es la suma de una secuencia de números que empieza con el uno y, en el caso de 2016, finaliza con el 63.
Es decir, 1+2+3+4+5…+61+62+63 = 2016
Y si gráficamente hacemos este ejercicio,

                                                                 1
                                                               1+2
                                                             1+2+3
                                                           1+2+3+4
                                                       ……………….
                                                  1+2+3+4+5…+62+63

                              resultará un magnífico triángulo equilátero.

Recuerda que el último año triangular fue el año 1953 y el próximo será el año 2080. Es decir, que fácilmente muchos de nosotros sólo viviremos una año triangular durante nuestra vida. Y los expertos dicen que los años triangulares son años de bonanza, de suerte, de amor, de salud,…

El último lunes de 2015, en la “Píldora de la luna de los lunes” hablaba de los deseos, de los propósitos que todos nos hacemos al llegar estas fechas de fin e inicio de año.
Decía exactamente “Para cambiar tu vida por fuera debes cambiar tú por dentro. En el momento en que te dispones a cambiar, es asombroso cómo el universo comienza a ayudarte y te trae lo que necesitas”.

Pues hoy quiero seguir en la misma línea.
Aquí tienes tres ejercicios de felicidad, porque, por si no lo sabes, la felicidad se puede entrenar:
1.   Reserva cada día quince minutos de tu tiempo para revisarte.
2.   Que no se te disparen cuatro emociones que te visitan a diario: miedo, odio, inferioridad y culpabilidad.
3.   Captura fotos mentales de cosas buenas y antes de irte a dormir revísalas y atesóralas.

Tu capital eres tú. No te subestimes. Cultívate. Échate al camino de la felicidad y camina.

Estos consejos los extraigo de las enseñanzas de Olivier Bouyssi, francés de Marsella, navegante que sufrió el sida, infartos, cuatro cánceres y otros males.
Creo que vale la pena hacerle caso!!!

Monterroso.

 
Me encuentro con gente con un libro bajo el brazo y hablo con ellos. No los conozco, pero les hablo. De literatura, de novelas, de autores.
Llegado un punto siempre les hablo de Augusto Monterroso.
Les recomiendo a Augusto Monterroso.
Y lo hago con una doble intención.
Primero porque es un escritor que merece ser leído por su sublime escritura y su extraordinario pensamiento, que plasma en sus cuentos breves con enorme maestría, y segundo para comprobar que sigue siendo un escritor desconocido para el gran público, y eso a pesar de que hace unos años le otorgaron el Premio Cervantes.
Por ello, por su desconocimiento, es un escritor de culto, porque es un escritor oculto.

Y yo lo celebro.

Es una manifestación de mi egoísmo literario, porque que sea de culto y oculto para muchos significa que Monterroso es algo mío.

sábado, 2 de enero de 2016

Se muere como se vive.

 
Si es verdad que se muere como se vive, ¿yo moriré deprisa como viví gran parte de mi vida o moriré lentamente  como la fase de mi vida por la que ahora transito?
¿La muerte sabe de tantos por ciento?
¿O la muerte actúa sin tener en cuenta ni la vida, ni los períodos de la misma, ni las épocas por las que pasamos, ni tiene en cuenta nada de nada porque es más libre que la propia vida?
Creo que la muerte es simplemente infinita.