viernes, 21 de junio de 2013

Opiniones sobre la Crisis.


Leía, hace unos días, un artículo de los economistas Vicenç Navarro y Juan Torres a raíz de la publicación de su último libro.

Desde hace días me da vueltas en la cabeza algunas de las cosas que manifestaron, ya que según mi parecer lo que dicen tiene todo el sentido del mundo.

Además, a mí personalmente, me convencen sus argumentos respecto de que todo está controlado por las clases poderosas para conducirnos allá donde les conviene para sus intereses, que obviamente son de orden económico, político y social.

Nos avisan de que a la Banca le interesa que a los ciudadanos nos vaya mal económicamente hablando, ya que así recurrimos a ellos para endeudarnos y poder satisfacer nuestras necesidades.
Los gobernantes vocean continuamente que habrá que recortar las pensiones porque el sistema público no es viable, y basan su argumentación en que el número de cotizantes a la Seguridad Social se reduce de forma constante y eso provoca esa inviabilidad, pero opinan Navarro y Torres que ese no es el argumento, sino que el argumento central es cómo se debe financiar la  Seguridad Social.
Lo que realmente pretenden con esas voces alarmistas es que el ciudadano recurra a los Planes de Ahorro Individuales con la Banca, y ahí está el negocio de las Entidades Financieras,  ante el peligro de sufrir una pensión insuficiente.
Conclusión: a la Banca con la crisis le va mejor que nunca.

Las medidas que los gobiernos aplican en cuanto a  bajar salarios o aumentar la precariedad del empleo tienen repercusiones directas en la economía y en la sostenibilidad del Estado del Bienestar porque se generan menos recursos, y debemos observar que son ellos mismos los que crean un problema para después ofrecer la solución que conviene a sus intereses, como por ejemplo privatizar las pensiones, y ya tienen hecho el negocio.
Así de fácil y sencillo.

Hablan de muchas más temáticas y acciones y conclusiones erróneas por parte de los Gobiernos, pero aquí sería excesivo citarlas todas, por lo que me inclino por subrayar recomendaciones que nos lanzan y que nos sitúan en el meollo de muchos de los problemas que sufrimos actualmente.

Estas recomendaciones las suscribo totalmente (soy consciente de que yo suscriba esto pues carece del más mínimo interés, pero si con ello consigo que los que lean este artículo reflexionen unos instantes, me daré más que por satisfecho):
-       nos dicen que debemos buscar, encontrar, o crear partidos políticos que no tengan las manos atadas por el poder financiero, ya que en la actualidad hay soluciones a la deuda del Estado que no se solventan porque los políticos y sus partidos tienen tratados firmados para que la banca obtenga rentabilidades del 7% cuando se podría conseguir dinero al 0,25/0,50%
-       opinan que si conseguimos que el Banco Central Europeo financie directamente al Gobierno evitaríamos pagos de intereses monstruosos que ahogan nuestra economía y que el Gobierno intenta superar a base de recortes en los diferentes Ministerios y con repercusión directa en la ciudadanía a través de la Sanidad, la Educación, el Deporte, la Tercera Edad, los desfavorecidos, impedidos, minusválidos,…
-       exhortan a la ciudadanía a que se manifieste y se movilice, ya que ella es la única que puede cambiar el signo de las cosas. Si a los ciudadanos no nos importa, mal vamos.
-       recomiendan que no invirtamos en Planes de Pensiones, ya que comportan mucho riesgo (léase, entre otras, preferentes). Animan a que pongamos nuestro dinero en la Banca Cívica, y por lo menos sabremos que ese dinero no se va a malgastar ni a invertir en actividades dudosas.

Creo que merece la pena que escuchemos con atención a los economistas Vicenç Navarro y Juan Torres. Nuestro futuro, y el de las generaciones venideras, que son nuestros hijos y nuestros nietos, nos va en ello.

Si no eliminamos el cáncer, y este cáncer tiene nombre y apellidos, de empresas, corporaciones, multinacionales, instituciones, y también de particulares, el cáncer nos eliminará a nosotros.
O actuamos o nos aniquilan.

martes, 18 de junio de 2013

Alma de ruiseñor.


En ese atardecer el alma se volvió nómada, solitaria, tímida y huidiza.
Siendo sedentaria, voló de la humedad frondosa y enmarañada de mi cuerpo en canto sostenido y recio como el gorjeo de un bramido.

Mostró su color del pardo blancuzco al castaño rojizo parduzco reflejado en su rostro de espíritu.

Inició la fuga desde la fragilidad del desfallecimiento hasta el vigor y la fortaleza del agarrotamiento para regresar sedentaria al humedal.

Mi alma se convirtió en ruiseñor o tal vez en ruiseñora que es más completa y más esencia.
Ahora descansa en su nido cercano a la tierra que le ofrece protección.

Seguirá volando y diseñando piruetas y cabriolas desde la intuición de su vuelo algo ajeno a la razón o con la razón de la intuición.

Alma de ruiseñor, vuela, intuye, inventa, canta, crea y regresa.

sábado, 15 de junio de 2013

Garipaus.


Hace unos días me visitó un personaje curioso, muy curioso.
Intentaré describirlo, aunque no creo que me resulte fácil.

Era un Garipau, que ese es el nombre de esa raza.
Es de tamaño reducido, como de unos cinco centímetros desde la cabeza y hasta los pies.
Tiene brazos y piernas, pero carece de un cuello definido al estilo de nuestra especie; quiero decir que el tronco se prolonga hasta la cabeza si bien en el cogote tiene una pequeña hendidura que le da una cierta apariencia de separación entre esas dos partes de su cuerpo.
El tronco es considerablemente más largo que sus extremidades inferiores lo cual en nuestro lenguaje le convierte en algo patizambo y las extremidades superiores alcanzan su cintura al modo de los humanos.
No dispone de dedos en las manos salvo el pulgar, lo que le facilita la posibilidad de asir cosas, y los pies carecen de dedos presentando una apariencia de plataforma uniforme que aún así no afectan a su equilibrio.

El color de su cuerpo es verdoso amarillento salvo en los contornos que son de un verde más intenso.
Carecen de pelo en todo su cuerpo, tanto en el cuero cabelludo como en el resto de zonas habitualmente peludas en los seres humanos.
Disfrutan de una nariz extraordinariamente prominente, ojos grandes y algo oblicuos y una boca que más bien parece un buzón de correos por su enorme tamaño y está exenta de dientes por lo menos a primera vista.
Suelen ir desnudos o bien con un taparrabos pero sólo aquellos que han tenido mayor contacto con la civilización y han podido por tanto viciarse o contagiarse de eso que llamamos pudor.
Existen dudas sobre el sexo, es decir, no ha sido vista ninguna hembra, por lo que hay teorías de especialistas que opinan con cierto fundamento que pueden ser hermafroditas, si bien hay algunos ejemplares con largas pestañas de color rojizo que pueden ofrecer apariencia femenina, pero sin seguridad absoluta ya que jóvenes ejemplares claramente masculinos también disponen de esas pestañas que con la madurez desaparecen fomentando la confusión sexual a la que aludíamos.
Se desconoce asimismo si sus capacidades reproductivas son potentes o promiscuas o más bien parcas y escasas.
En mi modesta opinión y tras años de investigación exhaustiva me inclino por la segunda opción.

En cuanto a sus costumbres, son algo estrambóticas.
Destacan dos comportamientos típicos en la gran mayoría de ejemplares de garipau.
Unos suelen pasear con las manos entrelazadas a la espalda y la cabeza gacha, en práctica del sistema peripatético y como en actitud reflexiva, y acostumbran a hacerlo por la inmensidad del blanco y dejando un pequeño rastro de sus pisadas en esas superficies como de arena blanca que cubren enormes extensiones. Se desconoce hacia dónde se dirigen, caso de que hacia algún lugar se dirijan, ya que existen teorías que abogan porque no hay dirección alguna sino únicamente paseo reflexivo con la mente al igual que la inmensidad, es decir, en blanco.
Siempre hay alguna excepción, por aquello de que hecha la regla hecha la trampa, que no es que en este caso sea trampa pero el dicho ilustra bien lo que ahora os cuento: uno de esos garipaus de paseo por la inmensidad del blanco apareció hace ahora aproximadamente un año en el Paseo de la Bonanova de Barcelona, en casa de JKK y su Fortaleza, si bien se desconoce con exactitud el motivo de que la inmensidad del blanco allí lo dirigiese, pero hemos de concluir que si así fue, es que bien debía de ser así.
Pero no es algo habitual eso de destino prefijado: vagan por la inmensidad del blanco con la mente en blanco y las manos cruzadas a la espalda y desconocemos si su cabeza cuece algo o simplemente pasea en blanco.

De otros se sabe que aún tienen costumbres más curiosas.
Suelen buscar flores silvestres de no excesivos colores, más bien de perfiles verdes pero interior blanco y corazón rojo, para situarlas frente a un periscopio que ubican en su boca y mediante un complejo entramado de tubos frente a sus ojos intentan acertar a ver la flor por una lupa que se sitúan en el ano y de este modo consiguen que tanto el aroma como la belleza de la flor recorra todo su cuerpo desde la boca y la vista hasta el orifico anal pasando por la totalidad de sus entrañas garipauas.
Los expertos opina que de esta forma interiorizan y somatizan tanto la fragancia como la belleza de la flor y ello hace pensar a algunos eruditos que pueden ser perfumistas de una elevada condición desconocida todavía por la raza humana.

Otros se especializan en el trato y servidumbre a Reyes de otras dimensiones, latitudes y galaxias, pero no al modo de eunucos y saltimbaquis de las cortes medievales sino como asesores ceñudos en asuntos de estado como finanzas, diplomacia, legislación y promulgación de decretos, orden público, enseñanza, sanidad y prestaciones sociales.
En este caso suelen organizarse de forma jerárquica y rotativa, esto es, el que ahora ejerce funciones de coordinación posteriormente se somete al dictado de su sustituto en la dirección y así sucesivamente.

Como en todas las organizaciones sociales existen garipaus de nobles intenciones y garipaus torvos y huraños, pero se les distingue con cierta facilidad.
El siniestro suele manifestar tenencias de topo, ya que actúa desplazándose por laberintos bajo tierra y de forma sibilina, ambigua y enigmática, mientras que el noble, franco y leal lo hace siempre de cara, con mirada campechana y cordial y sin muestra de ambigüedades, e incluso intenta volar como las abejas a pesar de que jamás se ha sabido que alguno llegase a conseguirlo aunque sí logran  revolotear como las obreras cuando transitan de flor en flor.

Y una vez descritos los principales rasgos de los dos grandes tipos de garipaus, os explicaré la historia de una princesa que fue cortejada por dos elementos de esta antiquísima raza que decidieron apostar por los amores de la princesa.

La princesa era bellísima y extraordinariamente bondadosa y sencilla, y llamó su atención un garipau más esbelto del común de su especie, guapo donde los haya en su raza, pero presumido, engreído y vanidoso.
Gustaba mientras hablaba y se explicaba de contemplarse en cualquier espejo que localizaba. Parecía que deseaba contemplarse mas a sí mismo que la belleza sin parangón de la princesa.
Aún así, la princesa fue seducida por las virtudes, la gallardía y el atractivo del bonito y esbelto garipau.
El noviazgo se inició ya que pudo más el esplendor que desprendía el encanto del garipau que otras consideraciones que la bella princesa no logró armonizar en su linda cabecita.

Pero hete aquí que al tiempo la princesa conoció otro garipau feíto y pequeñito, más bien poco agraciado, pero honesto y desprendido y desinteresado y también divertido y ocurrente y algo guasón, que rehuía su reflejo en los espejos porque la belleza de la princesa es lo que deseaba contemplar, y que le enseñó a amar y gozar de la literatura y del arte y del amor y la entrega por los demás, y la princesa empezó a sembrar su corazón de dudas ya que si uno era bello también era topo, y sin embargo el otro no era agraciado en su físico pero águila quería ser y se conformaba con laborar como las abejas de la miel para endulzar la existencia de la princesa.

Y así ocurrió que la princesa con el garipau de la miel se marchó y muchos años juntos vivieron y dicen que antes de partir definitivamente cuando en águila se convirtió a sus amigas reinas y princesas les manifestó que feliz había sido con su feíto y pequeñito garipau, y que mientras ella surcase los cielos otra princesa cuidaría de su enamorado, y así os lo podéis creer porque es bien verdad que la bella princesa se ocupó y se ocupa de que su querido garipau esté atendido y mimado por otra princesa tan bella como ella misma lo fue mientras su vida compartió con su garipau  feíto y pequeñito pero honesto, desprendido, desinteresado, ocurrente y compañero guasón que los espejos rehuía para contemplarla antes a ella y ahora a la princesa que ella le envió.

Y esto que os explico es bien verdad, pero si por casualidad no lo fuese, una fantasía muy bella y bonita como la princesa sería.

viernes, 7 de junio de 2013

Lágrimas de madrugada.


Aquellas escasas y espesas últimas lágrimas y que  ya no eran saladas que derramaste una única madrugada silenciosa en la que yo te velaba y estábamos los dos solos y cogidos durante toda la oscuridad de la noche de la mano y me decían que sabías que la vida se te acababa se enclaustraron en mi conciencia y no puedo conservarlas sin derramar yo mis lágrimas impías.

Quisiera tenerlas conmigo pero en el silencio y en la serenidad que tú transmitías y sin embargo me estallan en la cabeza y en los ojos y en el estómago y en la garganta y en muchos amaneceres sanguinarios gritan despiadadamente.

Escribo estás líneas y me sangran los dedos de mis manos y percibo el regusto dulzón y amargo de mi sangre y la tuya en mis entrañas.

Seguiré buscándote todos los días en los cielos de poniente que conocen y aman las lágrimas de bondad y armonía que tú les entregaste.

Siempre serás de mi alma. Siempre yo seré de la tuya.

Amada. Deseada. Adorada. Desaparecida.
Soñada con las lágrimas de cada madrugada.

jueves, 6 de junio de 2013

Sigilo (Capítulo 4 y último)

 
Sigilo se me sube a la punta de la nariz, porque opina que mantenerse en la palma de mi mano es incómodo para mí, y mientras yo pienso que más incómodo es que me haga vizquear por su proximidad pero él va y me narra este cuentecito:

“Una princesa nórdica, de cabellos largos, muchas pecas, cutis muy blanco, y preciosos ojos verdes como el mar del amanecer, se enamoró de un sureño más bien bajito, morenito y algo gitanillo sólo porque un día le dijo que la quería  y que con ella vivir quería.
Se casaron en una Iglesia porque la madre del gitanillo así se lo pidió y después criaron a dos hijos que ella cultivó y más tarde nació del mayor una niña que ella conoció, más a la siguiente que del pequeño era ya no pudo pero su nombre le prestó.
Durante su matrimonio decidió ser sirena y su marido le regaló el mar y algunos la llamaron Rana porque también con charcos nocturnos le obsequió, luego pensó en ser ninfa sigilosa de los bosques para aconsejar sin empujar y eso ella lo consiguió, después hada quiso ser por su belleza y por el don de adivinar el futuro y fijaros si lo logró que supo que más tarde sería nube porque al cielo se marchó y como último consejo nos dijo que todos deberíamos amarnos mucho más entre nosotros, y eso lo dijo la esposa, la sirena, la ninfa, el hada y la  nube que en la que ella se transformó.
Después, su amiga del alma proclamó que ella fue feliz con su gitanillo y eso es lo mejor que alguien puede decir de quien acompañó a la que en nube roja de atardecer se convirtió.
Y en estos días, desde las nubes, desde el cielo y desde la noche de los tiempos a todos nos cuida para que nunca olvidemos el amor que ella nos transmitió”.

Sigilo concluyó explicando que cuando a veces mis ojos llueven son tanto él como Scándalo muy vigilantes, porque las corrientes les llevan  al exterior del cuerpo que les cobija y eso les trastocaría los cuidados del niño que llevo dentro.

Y después, inmediatamente después, Sigilo descubrió una lagrimita que a mí se me escapaba por la narración de su cuento, y en ella se embarcó y en mi boca se introdujo y en mi lengua a correr se dedicó, y con tono de voz más alto que el que conmigo utilizó me espetó que tenía de nuevo que irse a mis entrañas para cuidar…  ¡ al niño que llevo dentro !

Y esta historia que he explicado si no es mentira es que es verdad.
Y si es mentira pues ya está bien, y si es verdad, pues también.

Y esta narración se la dedico a Gabriela Mistral que en su día escribió en su cuento La Dulzura  “…por el niño dormido que llevo mi paso se ha vuelto sigiloso, …Con mis ojos busco ahora en los rostros el dolor de las entrañas, … Hurgo con miedo de ternura en las hierbas donde anidan las codornices, …Y voy por el campo silenciosa, cautelosamente…”.

Y, por supuesto, a las dos mujeres de mi vida, mi madre y mi compañera, que abandonaron esta vida para comenzar con otra en el centro de mi corazón con sigilo, callandito, callandito.

(y se acabó, este cuento que os he narrado ahora sí que se ha acabado).
FIN

miércoles, 5 de junio de 2013

Sigilo (Capítulo 3)

 
Le explico a Sigilo que no soy alto si no más bien bajito, y que todo en mi es algo pequeñito, como los ojos, la nariz, y las manos.
Que suelo ser, a diferencia de su personalidad, más bien escandaloso y que tal vez por eso si fuese de su especie debería llamarme Escándalo, y eso le hace mucha gracia porque dice que el amigo con el que convive en el niño que llevo dentro ya que él es soltero como yo viudo, es decir algo desacompañado, se llama Scándalo.

Nos reímos y mucho los dos.

Bueno, a mí no se si ya me hace tanta gracia, porque resulta que yo sin enterarme de nada descubro que ahora ya tengo dentro de mí a dos gnomos, Sigilo y Scándalo, y además a un niño, que luego y cuando llegue el momento adecuado ya le preguntaré por él, porque vamos a ver si crece mucho y entonces no me cabe en mi interior y tendremos un problema.

Y por ofrecer algún detalle de mi personalidad y que así me conozca mejor le comento que cuando a veces me asalta el pánico busco refugiarme en el olor del perfume  “Eau Sauvage” de la trastienda de la oreja de una mujer pero como que ya no la tengo entonces sufro ataques de miedo terribles, y que lo necesito como un yonqui porque es un olor que está enclaustrado y es prisionero en una esquina de mi cerebelo, que también me pongo enfermo cuando en el servicio no hay papel de water y con los pantalones a la altura de los tobillos hay que buscar un nuevo rollo en el armario del pasillo y que además luego no hay manera humana de que se suelte el inicio del papel, que me importuna doblar una esquina y darme de bruces con una persona que además de rapidez en sus andares lleva la cara y la mirada girada hacia otro lado, y que también me enferma volver a introducir el blister de un medicamento en su cajita porque siempre tropieza con el papelito que  explica no se sabe qué y que no se puede ni leer por letra pequeña y eso te destroza los nervios, que cuando me deprimo algo salgo a la calle con deseos desaforados por regalarme cosas y que una vez compradas se me pasa el mal momento, y que puedo sufrir nauseas espantosas si me como una en apariencia deliciosa ostra en mal estado y contagia todo el paladar de sabores nauseabundos que duran un mogollón, o si el vino tiene el regusto del corcho que enerva totalmente y me quita hasta las ganas de almorzar al mediodía y que suelo solidarizarme con muchos temas pero en el fondo y aunque suene a extraño tengo alma de solitario.

Ya se que es una explicación de mí mismo un poco extraña pero es la que se me ha ocurrido con mi gnomito pequeñito en la palma de mi mano. Tampoco hay que explicarlo todo así como de golpe porque luego ya no tienes mucho más que explicar y los nuevos encuentros pueden llegar a ser aburridos porque descubrirse siempre es divertido.

Me contesta que todo ello ya lo sabe porque lleva cuatrocientos cuarenta y tres años viviendo con el niño que llevo dentro, así que no se por qué me explico porque si ya lo sabe todo sobre mí podría haberme ahorrado mi presentación, aunque no me importa porque como él ya debe saber me gusta parlamentar y dialogar.

Como que me callo, entonces él me explica que Scándalo tiene el pelo rojo pero que pelirrojo no es, sino que como que navega por mis venas se tiñe del rojo de mi sangre, y yo descubro entonces que cuando a veces me enervo o me pongo algo histérico o me enfado es porque Scándalo comete sus fechorías por mis venas porque me las enciende y me calienta la sangre.

Pero Sigilo me dice que Scándalo es un buen gnomo, vamos que es un buen tipo y que cuando por mis venas navega me regala enzimas y me nutre con proteínas.

(continuará)

lunes, 3 de junio de 2013

Sigilo (Capítulo 2)

 
No sabía yo que en mi interior y a mi edad habitaban un niño y un gnomo, pero debe ser así. Siempre nuestro propio cuerpo nos ofrece sorpresas. Siempre tenemos algo de nosotros mismos por conocer.

Realmente es muy pequeñito, tendrá como máximo entre medio y un centímetro.
En ningún caso no más.
Es muy mono, es una monada, y no por la curiosidad de personajillo breve porque es tan completo como otro cualquiera, si no porque me encandila y me fascina su vitalidad y alegría.
Su presencia en la palma de mi mano me maravilla.

Comenta que tiene cuatrocientos cuarenta y tres años pero que siempresiempre ha vivido en ese espacio de mi interior que habita el niño que llevo dentro de mí.
Que ya sabe que no lo entiendo, porque me estaré diciendo que cómo va a vivir conmigo si yo no llego ni a la sesentena de años todavía y él dice tener casi cuatro centurias y media, pero que no me preocupe, que sin deseo de ofensa él ya sabe que todos los hombres no entendemos nada que no sea del estilo de Santo Tomás, de meter en el dedo en la llaga para verificar. Que algún día en que nuestras mentes se abran diferentes ya entenderemos, y que tal vez yo esté ya cerca ya que sabe que en la Cerdanya vive conmigo el gnomo Tobías desde hace años, después de que nos encontrásemos en una tienda de souvenirs del aeropuerto de Zurich.
¡¡¡Y eso es tan cierto como que él está en la palma de mi mano recogido de una lágrima de mi ojo izquierdo!!!

Me explica que a veces se convierte en un oso, pero que es exclusivamente cuando tiene que tomar decisiones de envergadura, grandes decisiones, y entonces gusta de que le llamen Sigiloso, y otras veces debe actuar con rapidez, con extrema rapidez, como el viento, porque hay situaciones que lo requieren, y en esos casos le place que le llamen Sigiliento, y que sabe guardar secretos porque también le denominan Sigilar, y si debe alcanzar acuerdos con parientes, amigos o camaradas entonces el mismo se hace llamar Signar. Dice que los gnomos no tienen apellido pero que caso de actuar con humanos entonces él dice que se llama Sigilo Cauteloso.
Qué gracioso !!!

Por correspondencia decido presentarme yo también y aunque el me dice que no es preciso porque habita en el niño que llevo dentro pero que sí que le hace gracia oír lo que yo pueda decir de mi mismo.

Le explico que yo sí tengo nombre y apellido.
Pero que curiosamente, así como mis papás me llamaban Paco, mi abuela decía Pacorrito, mi abuelo y no se muy bien por qué acostumbraba a decir Paco fuma tabaco qui no en te fuma paper, otro abuelo cada vez que se dirigía a mí bromeaba con Pacorro que se te quema el gorro, y ahora que ya inicio la edad más que madura de la que por el momento sólo acierto a comprender que sí es verdad que me canso más que antes muchas amigas me dicen Paquito cuando antes era más pequeñito y nadie así me mencionaba.

(continuará)

domingo, 2 de junio de 2013

A mi Tía.


Cuando alguna vez se me va un pájaro de la cabeza siempre vigilo que no seas tú, Tía Rosa.
Anidaste en mi corazón cuando de niño siempre decía que quería ser más alto que tú.

sábado, 1 de junio de 2013

Sigilo (Capítulo 1)


Estoy sentado en la arena de la playa de “Los Palomares”, casi con los pies en la orilla del mar, en la costa norte barcelonesa, en el Maresme.

Frente a la mar, a veces me gusta el femenino con el que de él se puede hablar, y en el mismo lugar en el que hace cuatro años, ya al atardecer, casi dominado ya por la oscuridad, lancé una tercera parte de las cenizas de mi amada al mar Mediterráneo.
Me gustó hacerlo casi ya entrada la noche, porque no había nadie y ella era amante del silencio, que aunque puede hacer mucho ruido sólo lo hace para uno.
Ella amaba el sigilo, la serenidad, la compostura, la modestia, la discreción y el recato, al igual que mi madre. 

Paz, sosiego, calma. 

Por eso eran las mujeres de mi vida.
Por opuesto a mi escándalo.

Las otras dos partes, de sus cenizas digo, están repartidas entre “Los Gorilas”, zona de recreo de la finca familiar que ella gustaba de visitar, y nuestra casa de la montaña, en la Cerdanya francesa, en su huerto que yo trabajaba y ella, para satisfacción mía, recolectaba mientras me sonreía silenciosa, sigilosa, cautelosa, y alguna vez enviándome un besito volátil y ligero que yo recibía con un brinco en mi corazón.

Escribo estas líneas mientras los noticieros comunican que la voz cálida y húmeda de Georges Moustaki nos abandonó y a mí me invade una añoranza y melancolía de miel que desciende como una sábana blanca por todo mi cuerpo con la misma parsimonia de aquellos días en los que las caricias y los besos y los arrumacos y el descubrimiento del cuerpo deseado se prolongaba y se derretía antes del amor gracias a sus letras y a su música, y también a esas noches de ojos de musarañas escuchando su guitarra y el pegamento pegajoso y envolvente de su entonación.
Que descanse el sigiloso lamer y masticar musicalidad de sus letras que eran canción.

Pero yo estaba en lo que estaba que era estar sentadito allí en la playa y recordando a mi compañera y se me cayó una sola lágrima sigilosa que se vertió de mi ojo izquierdo y al retirarla con las yemas de mis dedos topé con un bultito que decidí inspeccionar.

En el interior de la lágrima hallé a un minúsculo, diminuto gnomito, con su gorrito puntiagudo rojo y sus zapatitos de fieltro peludito, con su frondosita barba, sus bermellones mofletes, sonrisa de oreja a oreja como sinónimo de bondad, con larga cabellera, todo el vestido de rojo salvo cinturón negro de hebilla plateada.

En la palma de mi mano el gnomo se presenta.

Me dice de entrada que su nombre es Sigilo, y que no me sorprenda porque entre ellos se ponen nombres acordes con sus características y que al ser pequeñito sus padres supusieron que mucho ruido no ocasionaría y por eso Sigilo le pusieron.

Me explica que salió por una de mis lágrimas porque vive en el niño que llevo dentro, en ese niño que vive dentro de mí.
Que otras veces salió por el ombligo y que yo ni me enteré por su sigilo y cautela, pero que hoy me vio derramar una lágrima por mi amada y consideró que salir debía para compartir conmigo que soy su morada algo de su sabiduría.

(continuará)