miércoles, 8 de febrero de 2017

Erecciones (pocas) y eyaculaciones (menos), con el permiso de Bukowsky (Charles) (VI).


En los últimos días me he cruzado diversos mensajes y escritos con mi amigo Pedro L.O. sobre la democracia que nos está tocando vivir en estos convulsos años en el mundo en general, en España en particular y en Catalunya con especial profundidad e incidencia (hoy mismo empieza el Juicio, político evidentemente, contra tres exrepresentantes de los ciudadanos de Catalunya, entre ellos el propio President, por poner unas urnas para conocer la opinión de sus conciudadanos).

Nos hemos cruzado escritos y reflexiones dos desengañados de la democracia, de los políticos y de la Política, del sistema en su globalidad sin que ello signifique que seamos antisistema (aunque sobre eso reflexionare otro día, porque no sé yo si…),… y afortunadamente siempre surge alguna idea que creo merece la pena entretenerse un poco en ella.

Concluíamos Pedro y yo mismo que nuestra actual democracia consiste fundamentalmente en ir a votar cada cuatro años, votación que sirve para que un Partido u otro, o la suma de varios partidos, hagan lo que les de la gana una vez concluidas las elecciones, porque todos sabemos que las propuestas que plantean durante la campaña no se cumplen nunca ni sirven siquiera como referencia para su gobierno de la res pública.
Y decíamos, sobre todo Pedro, que votamos aquello que nos permiten, y no nos dan otra opción de voto salvo la ausencia de voto, o sea, la inasistencia a las urnas, o el voto en blanco, que es un engaño monstruoso porque esos votos se suman a los de los ausentes geográficamente, los enfermos, los mal censados,….

Es en este punto donde me permito esta reflexión: ¿qué tal si se instaurase el Voto Auténtico de Castigo (VAT, para los amantes de las siglas), que no es el voto en blanco ni la ausencia de voto, sino una lista de personas o partidos que queremos expresamente que no nos gobiernen?
Como se instrumenta este tema ya es otro aspecto (¿listar los 25 primeros nombres de las anteriores listas de todos los partidos que concurrieron a las elecciones?, ¿listar todos los nombres de todos los políticos que aspiraban a ser diputados?, ¿listar sólo a los diputados del último Parlamento, incluidos los miembros del Gobierno y sus Directores Generales y Subsecretarios?, ¿no citar a ninguno y dejar que los ciudadanos elaboren su lista de vetados?, ¿vetar exclusivamente a Partidos políticos concretos?,…) que habría que pensar con detenimiento, pero el objetivo radicaría en que cada ciudadano pueda expresarse libremente sobre qué partidos y qué individuos no desea que puedan optar a gobernar nuestras vidas y nuestro futuro.

Mientras escribo estas líneas celebro en mi intimidad haber bautizado esta serie de escritos como “Erecciones y Eyaculaciones”, porque es muy posible que esta idea del VAT no sea más que una erección al estilo de las “tremperas matineras” (todos los catalanes sabemos desde jovencitos que esas erecciones no son tremperas verdaderas sino tremperas de pixera) y una eyaculación precoz y fuera de lugar.

Pero ahí queda escrito por si alguien quiere seguir con su propia erección y sus consecuencias siguientes.

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