Hoy no conseguí conciliar el descanso en la siesta y acabé
pensando en mis últimos análisis médicos. Creo que le llaman analítica, para
confundir, ya que sería más fácil llamarle análisis de sangre. Pero a los
médicos les gusta que nadie les entienda y así creen que se hacen los
interesantes. Por eso no hablan con los pacientes.
Y llego a la conclusión de que no consigo madurar a mis
sesenta y dos años, cumplidos el pasado noviembre. ¿Lo lograré algún día? Me
temo que ya no.
Tengo las transaminasas, ahora denominadas Gamas GT o algo
parecido para demostrar que la investigación prospera y nosotros los humanos
cada día somos más tontos e ignorantes ante la prepotente clase médica, subidas
a la Torre de Pisa, en todo lo alto y en todo lo torcido o inclinado que ello
representa para mi salud, tengo artrosis en mis dos rodillas, en el hombro
derecho, que me jode bastante para dormir apoyado de derechas, y también en mi
pulgar izquierdo (izquierdo por compensar a la derecha que se hace más evidente
con el conservadurismo creciente propio de la edad y que yo intento evitar), he
echado una tripa cervecera considerable,… ¡pero no consigo tener colesterol!.
Y eso es una evidencia y un signo claro de mi falta de
madurez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario