martes, 18 de diciembre de 2012

Ryan Lochte

 
Hay algunos tipos en el mundo que se dedican a meter su cuerpo en un rectángulo lleno de agua y a intentar nadar más deprisa que los otros.
Bracean o hacen algo así para que su cuerpo se desplace en el agua más rápido que el del otro tipo que está en la otra calle que no es una calle si no que es más agua al lado de unas pelotitas azules y blancas que hacen de separación entre los tipos esos que golpean el agua como si con ella se hubiesen enfadado mucho.
Y parece que hacen eso durante horas y horas y días y días y semanas y semanas y meses y meses para que al final les cuelguen una medalla con una cinta en su pecho, y normalmente y al final suelen ser medallas más feas que la puñeta, aunque a ellos y a ellas les encanta porque se emocionan y lloran y besan la medalla no sé si para que se convierta en algo bello o por la lástima que les da el que sea tan fea.
Nunca lo he entendido pero ahora ya sí.
Un tipo de esos que se llama Ryan Lochte y que se peleó con el agua en Estambul en los Campeonatos del Mundo de peleas de brazos en el agua dulce cada vez que sube unos escalones que se llaman podio se cuelga del cuello una medalla, y cuando se baja de esa escalera rara se la quita y se la mira, ¿será por lo fea que es la pobre?, se va a una gente que sentaditos en más escaleras de cemento frío lo miran pelearse con el agua y escoge un niño o una niña y va y le regala su medalla de Campeón del Mundo.
Y yo he entendido por qué este tipo que se llama Ryan Lochte se pelea cada día y cada semana y cada mes con el agua porque he visto lo mismo que él, no en directo pero sí por la televisión: he visto el brillo de los ojos de ese niño o esa niña que se cuelga al cuello la medalla de Ryan Lochte y eso vale un imperio, que diría mi abuelo.
Por el brillo de los ojos de esos niños de medallas de Ryan Lochte yo también sería capaz de estar días y días y semanas y semanas y meses y meses peleándome con mis brazos contra el agua.
Para ver el brillo de los ojos de un niño.
Gracias Ryan por entrenar todos los días.
Sigue haciéndolo durante muchas horas y muchas semanas y  muchos meses y muchos años.

3 comentarios:

  1. ¿Nunca te he dicho que esta es una de mis entradas favoritas? Me encanta la historia, claro, pero sobre todo cómo está escrita

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  2. Me emociona que te guste.
    Me emociona qur Messi cada vez que marca un gol, y mira que los marca y muchas veces a pares, levante los dedos índicee señalando al cielo y se los dedica a su abuela que murió y ahora no lo ve en los estadios sino desde el cielo.
    Me emociona que haya gente que piense más en los demás en que sí mismo.
    Eso me motiva para seguir creyendo que la felicidad y el amor entre los humanos es posible y no un imposible.

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  3. Acabo de releer este escrito sobre el nadador que se pelea en el agua que está contenido en una caja cuadrada que perdió la tapa para regalar medallas a niños que abren los ojos como platos y también tu comentario y me temo que el agua que menea el nadador se me ha metido en los ojos y ahora me pican un poco bastante!!!

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