Sabías que una Universidad de UTAH, en los EE.UU. de América,
en el Departamento de mecánica de fluidos
se ha dedicado, a través de dos de sus especialistas, a calcular cómo
deben mear, ¿orinar es más fino?,
los hombres para no salpicar el suelo?
Te recuerdo, amigo, que por la noche es muy importante,
porque muchos, yo me encuentro entre ellos, vamos a orinar (hay que fino que
soy!!!) descalzos y las desviaciones afectan al pie y es un engorro de madrugada.
Sabías que sus estudios acaban diciendo, después de variar
la distancia y el ángulo de choque de la orina (entre nosotros, los cursis, el
pipí, para entendernos) y concluyen que si meas a 38,1 cms. salpicas 967,74
cms. cuadrados?
Sabías que si te acercas a 12,7 cms. la rociadura es mínima
y así salvas uno de los pies del desvío urinario o de fregar con papel
higiénico el suelo, lo cual no deja de ser una cochinada?
Sabías que si en vez de mear, perdón, orinar (qué manía con
ser excesivamente pedestre cuando el lenguaje nos faculta para decir las cosas
de forma elegante), recto apuntas a un lado y hacia abajo, algo así como 30
grados de desvío de la línea recta, reducirás las salpicaduras en un noventa
por ciento?
Sabías que nunca en un WC debes apuntar tu meado (uyyy, que burdo que soy) al agua que hay en el fondo porque la colisión entre un líquido
y el otro crea más salpicaduras que un líquido contra la porcelana?
Sabías que la trempera marinera, que es trempera pero no
verdadera, es amante de mear fuera del tiesto un día sí y el otro tambien?
Bueno, eso sí que te acepto que lo puedas saber, porque ya estoy oyendo los
gritos de GUARRO!!! de tu compañera, amigo.
Venga, no me digas que sí, que el resto sí lo sabías, que no
te creo.
Ahora sí lo sabes.
Vale?
P.D. 1: Agradezco esta información a Quim Monzó, que publica
detalles de meados en La Vanguardia y es profesor en la materia.
P.D. 2: Por tanto, y a partir de este momento, lleva siempre
contigo un centímetro en tu bolsillo cuando vayas a mear, estés donde estés,
camarada, y si puedes también un transportador de ángulos, para eso de 30º de
desviación, ¿verdad, Quim?
Vamos por partes:
ResponderEliminarYo también agradezco a Quim Monzó y a la Universidad de UTAH la inspiración para tan surrealista artículo.
Pero la segunda parte es que son ganas también por parte de la susodicha universidad de gastar dinero en "mesejante" asunto. Todas las mujeres del mundo sabemos que la forma de no salpicar es que de una remaldita vez os acostumbréis a mear (perdón, origgggnar) sentados. Creedme, ganaríais muchos puntos cara a vuestras compañeras de piso...
Así, sin investigar ni gastar dinero. De nada...
Creo que rtenes toda la razón del mundo, queridísima amiga lectora. Pero yo prefiero mear, orinar es más pijo y acorde con mi consición, perdón, de pie, y a ser posible en el monte, no en el WC. Por qué? Porque me permite apuntar, disparar, cortar el meado, dibujar en la arena, ilustrar el suelo receptor de orina, incluso mear hacia el cielo para crear un mini arco iris en torno a mi pene,... o sea, que me encanta mear de pie y si me mojo un pie o un zapato todavía me divierto más y más porque me permite escupir unas cuantas blasfemias por mi mala puntería.
ResponderEliminarAsí que, ni amada lectora, seguré meando de pie aunque a mi compañera le disguste un poquito, aunque cuando le explique las virguerías que hago con mi pito de meará ella también de pie, por la risa!!!
Vale Maribel, sssstupendo, ahora te tienes que felicitar a ti misma por haber conseguido que la respuesta sea todavía más surrealista que la entrada del blog...así que, FELICIDADES!!!
ResponderEliminarHaces bien en felicitarte, amiga del alma mía, porque tus comentarios me inspiran.
ResponderEliminarMira si eso es cierto que orinando en el lavabo de casa se me ha ocurrido hacerlo hacia el cielo, que es el techo del lavabo, y... EL DESASTRE HA SIDO TOTAL!!!
Pero lo que me he reído no lo sabe ni dios!!!