lunes, 9 de julio de 2012

Prosa poética cromática para mi mujer

Esto escribí cuando después de algo más de un año del fallecimiento de mi mujer le organizamos un concierto con mis amigos de "Alopecia Terminal", gracias a las gestiones de un extraordinario amigo como J-F.-Cid.
Sé que cuando mi amiga del alma (creo) lea estas líneas me dirá que debo ya olvidar (creo), pero no puedo, necesito recordar y no olvidar (creo). Yo describo mi forma de escribir como PROSA POÉTICA CROMÁTICA, porque es evidente que no tengo la altura de los poetas pero sí creo que algo de poesía incluyo en mis escritos, y le añado, o lo intento, color (creo).


¡Que enorme orfandad me inunda y me asola!
Me abandonan las mujeres de mi vida,
la que me la dio y la que me robó el alma,.
Quiero que permanezcan en mi medio ser,
porque soy la mitad de lo que era antes.

El día de Reyes de 2009 el cielo entero se derramó
de tristeza sobre Barcelona.
La semana de tu agonía final el agua de las nubes
no te abandonó.
El agua de tu muerte regará todas las primaveras,
y con ella brotarán las flores
y germinarán todos los cultivos de las tierras yermas.
Alguna de esas lágrimas, blandas y espesas,
se hospedaron en mis ojos
y debo verterlas para que empañen el recuerdo de tu rostro.

No sé si me acordaré de vivir sin ti.
No sé si sabré vivir con tu ausencia.
Voy,
pero no vuelvo,
porque no sé dónde volver.
Se vuelve a casa,
y mi casa eras tú.
Y tú ya no estás.
¡ no sé dónde volver !

Te fuiste porque eras un ángel,
y los ángeles mueren pronto.
Aún así, ¿por qué te has ido?
¿por qué te has ido, mi amor?
Viviré para enseñar a dibujar alas de ángel a mi nieta Paula.,
las alas del ángel que cuidó de mis días,
mientras tú enseñas a volar a la amiga
a la que se le quebraron las alas hace unos días.

Te despediste repartiendo besos breves,
sentidos, profundos, misteriosos, leves.
Te despediste diciendo, muy despacio,
"tenéis que quereros muchos más entre vosotros".
¡Que mensaje más generoso,
amor entre nosotros!

Vuela, Susan, vuela, y en tu vuelo contempla el Mediterráneo,
el mar en el que te bañas desde Alejandría
y hasta el Puerto de Santa María,
y en algún lugar me encontrarás,
porque quiero lamer el mar
para encontrar en sabor de tu piel.

Y no dejes de teñir todos los atardeceres con el rojo de tu melena,
y cuando apunte la penumbra dibuja líneas verdes en el horizonte,
como la rallita verde que adornaba tus ojos.
Yo, mientras tranto,, te observaré desde la montaña,
en el valle de la Cerdanya,
en el agua del río y del lago,
en tu huerto,
y después me sentaré con Augusto Monterroso
frente al mar inabarcable para contemplar el atardecer vinoso.

De regreso, ya al amanecer,
seguiré dejándote mensajes en el vaho de nuestro espejo,
para que cuando los descubras cada nuevo día
surja nuevamente tu sonrisa,
ese sonreír tuyo trabquilo, cómplice y sereno.

A las 10 y 10 del 4 de enero de 2009 golpeé varias veces tu pecho,
para evitar la parálisis de tu corazón,
y la última lágrima de tus ojos cayó por tu mejilla como una estrella,
y se depositó en la constelación a la que ya te fuiste a vivir,
entre el cielo azul marino y el mar azul claro,

Susan,
te hablo bajito, porque estoy llorando ahora.
Yo no te quería, to te adoraba !!!
Las imágenes de ru muerte quedarán grabadas mudas en mi memoria.
Sólo tema la vacío, porque el vacío siempre grita.
Y temo ver un atardecer sin el barniz
del cielo del color de la mandarina,
porque ese día sé que habré perdido la esperanza,
y el peor de los sentimientos es la desesperanza.

Está pasando un ángel entre nosotros.
Lloran pequeñas lágrimas.
Son las del agradecimiento de Susan
por todo lo que le disteis cuando nos acompañó.
Vuela, Suan, vuela.

De todos nosotrps, todo para ti, Susan.
que lo eras todo para mí,

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