miércoles, 4 de julio de 2012

Pininfarina

Ayer murió Pininfarina.
Sergio Pininfarina.

Famoso por sus diseños de chasis o carrocerías de los coches Ferrari.
A mí lo coches me importan un pepino. Conduzco porque en esta sociedad que hemos creado  es prácticamente imposible no conducir para poder vivir, y además, y eso sí es importante, para ir a la Cerdanya, a mi casa de Enveitg, el coche es totalmente necesario.

Dicho lo dicho, Pirinfarina es absolutamente imprescindible en el mundo del diseño, y eso sí me interesa y mucho.

Yo no podría conducir un Ferrari, primero porque no tengo el capital necesario para adquirir un vehículo así, segundo porque si lo tuviese no me lo gastaría en un automóvil y tercero, porque dudo de que mis capacidades en el arte de la conducción sirvan para pilotar un vehículo de esas prestaciones.

Pero cómo he gozado con tus diseños, sencillos, majestuosos, simples y curvos y contrarios a las líneas agresivas de muchos cacharros americanos y alemanes con ángulos de muchos grados y excesivamente rectos, y con los colores suaves, tiernos, vistosos, melancólicos con los que pintabas tus Ferraris.

Además creaste miles de empleo en tus oficinas, cosa que los políticos actuales no saben hacer ni con recortes ni con inversiones ni con nada, porque son unos mediocres, mientras tú eras uno de los reyes del diseño y tampoco lo paseabas por el mundillo de la fama porque tú diseñabas y no te mostrabas. ¿Cuántos recuerdan ahora mismo tu figura y tu rostro cuando nos has dejado con más de 85 años?

Cuando he visto alguno de tus diseños, a mano alzada, y luego ya en los coches de esa marca, en lo que denominamos producto final,  he oído la música, he visto a los pájaros y he olido las flores y mi tacto, sin tocar el vehículo porque lo veía en la TV, se volvía dulce, armonioso, melancólico, sutil, sedoso.

La ojos se entrecerraban, los oídos y orejas parecía que se replegaban un poco sobre si mismas y el gusto se paladeaba con extrema lentitud sin saber  de qué se gozaba en un tacto dulce.

Fantástico, Pininfarina !!!

Eso es el diseño, extremo diseño, divino diseño.
A mí me daba igual saber que jamás disfrutaría de ese automóvil, primero por inaccesible, segundo porque no lo quiero, pero qué gozada ver la armonía y la fragilidad de tus diseños.

Maestro Sergio Pininfarina, descansa en paz, y piensa tal vez en pintarle a mi mujer un coche pelirrojo. Yo te lo compraré y a ella se lo regalaré!!!

Hasta tu apellido esta lleno de diseño, Pininfarina.

Descansa en paz.

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