domingo, 7 de octubre de 2012

Nueva Salida de Tono o Cambio de Registro (6)


 “…decadencia de la denominada clase política.”
Un juez de la Audiencia Nacional decide archivar las diligencias instruidas contra ocho personas imputadas por haber organizado las protestas frente al Congreso de los Diputados el pasado 25-S.
Las reacciones de la denominada clase política no se han hecho esperar: el portavoz adjunto del PP en el Congreso califica al juez de “pijo ácrata, indecente, impresentable e intolerable” y le responsabiliza de cualquier agresión que a partir de ahora pueda recibir un diputado, el nuevo Presidente de la Comunidad de Madrid opina que la frase del Juez “está fuera de lugar”, el Secretario de Formación del PSOE se pregunta  si “Habrán quitado los espejos en los juzgados” y realiza un pareado entre el apellido Pedraz del Juez y el calificativo de lenguaraz, y para terminar, la Defensora del Pueblo comenta que la terminología clase política "es muy fea y vulgar".

El auto del Juez asume los motivos de la protesta y dice, textualmente, “No cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ante la convenida decadencia de la denominada clase política”.

Creo que sobran palabras que añadir a este nuevo espectáculo nacional y con especial  participación  “de la denomina clase política”.
Pero aún así, aporto tres comentarios o reflexiones:
-       la respuesta de la clase política se basa exclusivamente en la descalificación, la agresión verbal, el insulto personal y no analiza en ningún momento los posibles ataques a la libertad de expresión, uno de los fundamentos de la Constitución,  que conllevaría un auto de signo diferente al del Juez Pedraz, que sólo se refiere a las personas autoras de los llamamientos a la manifestación del 25-S y no a las actuaciones que se produjeron con ocasión de la misma, actos que caso de ser delictivos precisarían de la  intervención de la Justicia ordinaria.

-       destaco la utilización del calificativo “convenida” antepuesto a “decadencia de la denominada clase política”. El Juez da por supuesto con esa utilización que la mayoría de los ciudadanos de este país convienen en el sentimiento de que existe, hay, es palpable la decadencia de los políticos. 
      Creo que acierta plenamente: la gran mayoría de la ciudadanía opina que la clase política, los políticos, vamos, dejémonos de castas ahora mismo, son una de las grandes enfermedades de la sociedad actual y esa enfermedad se denomina Partidos Políticos, se llama corrupción de los políticos, se la menciona como la estafa permanente y constante de los políticos de este país, se dice a voz en grito y no se cuchichea que son unos ladrones, unos advenedizos, unos arribistas, malhechores de guante blanco, es opinión común decir que olvidaron que están al servicio del pueblo y no de su bolsillo,… 
      Destaco también el sentimiento generalizado y tal vez no excesivamente manifestado de que ya era hora de que alguien de la importancia de un Juez de la Audiencia Nacional diga las cosas por su nombre: la clase política es absolutamente decadente. 
      (Lástima que la clase judicial y la Justicia de este país esté también denostada y presente una carencia de respeto total por parte de la ciudadanía, y se sitúe en el primer lugar del ranking de Instituciones desprestigiadas).

-       demando de la sociedad un ojo avizor constante y permanente sobre las intenciones del actual Gobierno de la nación en sus afanes por proseguir con el recorte de las libertades básicas del individuo y por extensión del colectivo de ciudadanos. Se oyen campanas repiquetear con insistencia sobre proyectos de Ley para controlar, en el amplio sentido de esta palabra que puede caer fácilmente en la deriva de la prohibición, cualquier tipo de manifestación o expresión que la autoridad considere inadecuada, excesiva, o atentatoria contra conceptos carentes de toda universalidad por su manifiesto partidismo y oportunismo político. Tal vez el Juez Pedraz, con su auto, esté anticipándose a lo que se nos viene encima.

Confiemos en que entre nuestro pueblo existan y aparezcan muchos pedraces lenguaraces.

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