“…decadencia de la denominada clase política.”
Un juez de la Audiencia Nacional decide archivar las
diligencias instruidas contra ocho personas imputadas por haber organizado las
protestas frente al Congreso de los Diputados el pasado 25-S.
Las reacciones de la denominada clase política no se han
hecho esperar: el portavoz adjunto del PP en el Congreso califica al juez de
“pijo ácrata, indecente, impresentable e intolerable” y le responsabiliza de
cualquier agresión que a partir de ahora pueda recibir un diputado, el nuevo
Presidente de la Comunidad de Madrid opina que la frase del Juez “está fuera de
lugar”, el Secretario de Formación del PSOE se pregunta si “Habrán quitado los espejos en los
juzgados” y realiza un pareado entre el apellido Pedraz del Juez y el
calificativo de lenguaraz, y para terminar, la Defensora del Pueblo comenta que
la terminología clase política "es muy fea y vulgar".
El auto del Juez asume los motivos de la protesta y dice,
textualmente, “No cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas,
por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco
constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas
sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ante la convenida
decadencia de la denominada clase política”.
Creo que sobran palabras que añadir a este nuevo espectáculo
nacional y con especial
participación “de la
denomina clase política”.
Pero aún así, aporto tres comentarios o reflexiones:
- la
respuesta de la clase política se basa exclusivamente en la descalificación, la
agresión verbal, el insulto personal y no analiza en ningún momento los
posibles ataques a la libertad de expresión, uno de los fundamentos de la
Constitución, que conllevaría un
auto de signo diferente al del Juez Pedraz, que sólo se refiere a las personas
autoras de los llamamientos a la manifestación del 25-S y no a las actuaciones
que se produjeron con ocasión de la misma, actos que caso de ser delictivos
precisarían de la intervención de
la Justicia ordinaria.
- destaco
la utilización del calificativo “convenida” antepuesto a “decadencia de la
denominada clase política”. El Juez da por supuesto con esa utilización que la
mayoría de los ciudadanos de este país convienen en el sentimiento de que
existe, hay, es palpable la decadencia de los políticos.
Creo que acierta
plenamente: la gran mayoría de la ciudadanía opina que la clase política, los
políticos, vamos, dejémonos de castas ahora mismo, son una de las grandes enfermedades
de la sociedad actual y esa enfermedad se denomina Partidos Políticos, se llama
corrupción de los políticos, se la menciona como la estafa permanente y
constante de los políticos de este país, se dice a voz en grito y no se
cuchichea que son unos ladrones, unos advenedizos, unos arribistas, malhechores
de guante blanco, es opinión común decir que olvidaron que están al servicio
del pueblo y no de su bolsillo,…
Destaco también el sentimiento generalizado y
tal vez no excesivamente manifestado de que ya era hora de que alguien de la
importancia de un Juez de la Audiencia Nacional diga las cosas por su nombre:
la clase política es absolutamente decadente.
(Lástima que la clase judicial y
la Justicia de este país esté también denostada y presente una carencia de
respeto total por parte de la ciudadanía, y se sitúe en el primer lugar del
ranking de Instituciones desprestigiadas).
- demando
de la sociedad un ojo avizor constante y permanente sobre las intenciones del
actual Gobierno de la nación en sus afanes por proseguir con el recorte de las
libertades básicas del individuo y por extensión del colectivo de ciudadanos.
Se oyen campanas repiquetear con insistencia sobre proyectos de Ley para controlar, en el
amplio sentido de esta palabra que puede caer fácilmente en la deriva de la
prohibición, cualquier tipo de manifestación o expresión que la autoridad
considere inadecuada, excesiva, o atentatoria contra conceptos carentes de toda
universalidad por su manifiesto partidismo y oportunismo político. Tal vez el
Juez Pedraz, con su auto, esté anticipándose a lo que se nos viene encima.
Confiemos en que entre nuestro pueblo existan y aparezcan
muchos pedraces lenguaraces.
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