La Lechuza se descubrió ayer, y prosigue descubriéndose hoy, en un estado semicatatónico y de honda preocupación humana por los
avatares que debe estar sufriendo el pobre Ministro de Justicia de este país de
países que no sabe como ajusticiar (me parece que el verbo correcto y la
expresión correcta es impartir justicia, pero yo me limito a escribir al
dictado de la Lechuza) lo que corresponda porque para algo debe servir su
Ministerio amén de liderar las listas de los más vilipendiados y
desprestigiados del país.
No tenía bastante con el follón que ha organizado con el
tema del aborto que ni en la catolicísima Irlanda se lo creen, que ahora va y
decide proponer al Gobierno modificar el Código Civil para conceder la
nacionalidad española a descendientes de judíos sefardíes o sefarditas (de
Sefarad, topónimo de España en la Biblia hebrea, para los que se puedan
preguntar de dónde procede la denominación de sefardita o sefardí -gentiliza de
la Lechuza-) que de las Españas fueron expulsados en ….
¡¡¡ 1492 !!!
A lo mejor es que con la posible pérdida de los
aproximadamente siete millones de catalanes el Ministro piensa que por aquí ya
soluciona medio problema demográfico, porque en las embajadas israelíes cuentan
que pueden solicitar esa nacionalidad unos tres millones y medio de sefardíes.
O tal vez es que Alberto quiere superar en estulticia
ministerial a Wert, o tiene un ataque de celos de que su antigua enemiga
Esperanza Aguirre sea hoy día head-hunter, gane dineros de la empresa privada,
y hasta algunos trasnochados la añoren en los madriles.
O puede que el Ministro de apellido gallardo quiera ser más
conocido que la del café with leche in de Plaza Real y en botella en vez de
taza para mayor honra de su patronímico.
La Lechuza está triste porque no sabe cómo puede ayudar al
que sufre, y es evidente que Alberto lo está pasando fatal: por una parte se
esfuerza en poner problemas, uno detrás de otro, a la devolución de los Papeles de
Salamanca a sus auténticos propietarios, por otro no quiere saber nada de la
Memoria Histórica que está datada en el período 1936 y 1939 (puede que algún
año más por la persecución postbélica
y los crímenes franquistas), y sin más le ha entrado un ataque disléxico
y para contradecir a los que dicen que es un desmemoriado se remonta más allá
de 500 años en la historia con el tema de los sefarditas.
Y en paralelo la Audiencia Nacional, bajo su batuta
ministerial, dicta orden de búsqueda y captura contra el exlíder de la China
Jiang Zemin y otros altos cargos de su gobierno por genocidio en el Tíbet, y
esta misma tarde se debatirá en las Cortes una proposición del Partido Popular
de Alberto R-G para poner límites al principio de Justicia Universal, es decir,
acotar a la Justicia en los crímenes cometidos fuera de España, como por
ejemplo el asesinato en Irak del cámara José Couto.
Parece que Albertito, el niño bonito de la Justicia
española, tiene bastante sentido de la coherencia: es más importante encausar a
un exlíder chino por genocida que defender de asesinato a un español que
cumplía con su deber como periodista gráfico.
La Lechuza, que como su nombre indica es algo espesa de
mente, se pregunta si no será una burda y basta maniobra de distracción por sus
decisiones contra la libertad de las mujeres de decidir sobre sus propios
cuerpos y sobre sus propias capacidades, maniobra que está cuestionando su
liderazgo en los temas de toga y birrete en toda la Europa civilizada, que no
progresista, y democrática.
Si es así, que la justicia, en cualquiera de sus diversas
formas humanas o divinas, caiga sobre este indeseable justiciero de la derecha
recalcitrante de la España de Machado y de muchos otros que pagaron con su vida
únicamente por pensar diferente de los españolitos de la caverna.
Y sino es así, es evidente que lo está pasando mal Alberto,
mentalmente, claro, se entiende. Y la Lechuza sufre porque el sufrimiento ajeno
le afecta, y más si es de orden cerebral ya que ese órgano rige todos nuestros
atinos y desatinos.
Y por otros andurriales, y para machacar al Ruiz con guión
después, Wert sigue ganándole a pulso el reto de mayor desastre de ministro del
gobierno del Partido Popular, con la salvedad del gallego de boca y lengua
pastosa. La Lechuza se refiere a los Goya, claro.
No hacen falta comentarios, salvo resaltar que de nuevo
estos patriotas del desencuentro patrio (valga la redundancia ya que ellos se
llenan la boca hablando de la patria de todos) insisten en ser reconocidos por
la historia como mentirosos empedernidos, ya que declaró que su agenda estaba
ocupada en esa fiesta del cine español desde hacía tiempo y de todos es
conocido que hace un par de semana pidió audiencia allá donde se fue para no
aparecer por los Goya.
Conclusión evidente: un MENTIROSO, y en esta ocasión más
tonto que el gallego, que a veces hasta intenta disimular contestando en
gallego, o sea, no contestando a nada.
Queridos lechuzos, lectores y amigos míos, aún así no os
desaniméis, que todo es cíclico, y algún día esta gente dejará que vivamos en
paz y cada uno acorde con sus pensamientos y su manera de ser, sea de aquí, de
allá, o de acullá.
Entonces es cuando podremos decir claramente de dónde eran
ellos.
Y nos alegraremos y celebraremos que ya no estén ni sean!!!
La Lechuza dixit. Y yo transcribo fidedignamente sus
pensamientos, no como los Ministros del P.P., y su Presidente que lo es y de
este país por ende.
Sigue, por favor, inventando historias," muchas historietas y muchos cuentos que tendrán el encanto de los duendes y el vuelo etéreo de las hadas y el trajinar de los trasgos"....
ResponderEliminarSaca los hipopótamos de la caja de carton y pálpalos, palpa la vida que te queda por vivir....Y, con humildad te pido, que guardes entre tu colección, mi mirada de admiración envuelta en papel de cariño. Un beso, mi especial y maravilloso "loco" amigo. Elena.