Píldora de la luna de los
lunes.
Cavilaciones, reflexiones
e introspecciones.
Prácticamente dos semanas completas son las que su Majestad
el Rey Felipe VI ha necesitado para sus dos rondas de entrevistas con los Jefes
de los Partidos políticos, para oírles, hablarles (no sé si mucho porque este
Rey es tan aburrido y sosainas como todos los Borbones) y proponerle al ínclito
Mariano Rajoy que formase gobierno, para que el gallego le dijese que no está
en condiciones de ello, y a Pedro Sánchez, para que éste le respondiese que lo
va a intentar.
El marco general del encuentro es conocido por todos: una
puerta guardada por un militar que la abre para anunciar “Su Majestad el Rey”,
el personaje de turno esperando a su Majestad vestido con traje oscuro y
corbata menos el podemita Iglesias que iba en mangas de camisa, el Rey
caminando con la mano extendida y también ataviado con traje oscuro, y las
cámaras de TVE y los flashes de la Agencia EFE disparando instantáneas ya son
los únicos medios autorizados a estar presentes.
Todo al estilo de los tiempos ya caducos –afortunadamente, y
aunque algunos no se hayan enterado todavía ni se enterarán- de la Edad de Oro
Y de fondo un tapiz titulado “Alejandro, antes de partir
a la campaña en Asia, reparte sus riquezas entre sus amigos”, fechado en 1550 y tejido según cartón del pintor
Michel de Coxie, católico convencido y abanderado de la Contrarreforma en
aquellos tiempos de apogeo del protestantismo.
Destaco este asunto del tapiz porque según explicó Plutarco
un estratega le preguntó a Alejandro qué le quedaría después de repartirlo
todo, y el macedonio le respondió:
“ Dentro de mí, la esperanza;
fuera de mí, el mundo entero”.
Eso es exactamente lo que me ocurre a mí, no cuando reparto,
porque no dispongo de riqueza alguna para repartir salvo alegría y ganas de
compartir la vida, ahora que espero con enorme esperanza que de la escena política desaparezcan todos los
peperos y peperas y el propio P.P., y así podamos compartir el mundo
entero sin necesidad de que nos digan cómo
debemos hacerlo, sin necesidad de que recorten la cultura, la sanidad, la
enseñanza, el estado del bienestar, sin que nos digan en qué debemos creer,
cómo y de qué manera, y para ello estimo como indispensable que esta gente del
“establishment” desaparezca definitivamente y dejen de legislar y de aprobar
leyes a golpe de decreto ley, a golpe de porque me da la gana porque nosotros
mandamos y hacemos lo que conviene a España, que es lo mismo que lo que nos conviene a
nosotros.
Esa es la esperanza que tengo dentro de mí, y fuera de mí,
el mundo entero para compartir, como Alejandro antes de partir a otras tierras
lejanas.
Feliz semana a todos !!!
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