miércoles, 10 de agosto de 2016

Despacito y con buena letra.

 
Aunque no me escuchas, ni me lees, ni me escribes, ni nada deseas saber de mí, yo te escribo, en silencio y despacito.
Me corrijo.
Aunque no me quieres escuchar, mi me quieres leer, ni me quieres escribir, ni nada quieres saber de mí, yo te escribo calladito y en silencio.
Yo te quiero, te sigo queriendo.
No supe quererte en su momento, y de ello me arrepentiré toda mi vida.
Me arrepiento cada amanecer y cada atardecer, que es cuando tus ojos negros me vienen a los míos. Calladitos. Serenos. Escasos de luz.
Pero los ojos tuyos que son míos.
Me arrepiento cada día.
Debí saber quererte, pero no fui capaz.
Será un dolor que arrastraré el resto de mis días.
Aunque no me escuches, ni me leas, ni me escribas, ni nada desees saber de mí, yo a ti me dirijo, en silencio y despacito, con buena letra.
Yo te quise y te querré, porque yo soy así, nervio, fuerza, destemple, pero hoy estoy hablando contigo  despacito y con buena letra, eso que nunca he sabido hacer bien.
Hoy se que te quiero, con buena letra y despacito.

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