Parece que esta semana lo único importante que ha acontecido
en Barcelona es la boda de los indios esos que no saben que hacer con el
dinero.
Parece que ha sido una buena semana para Barcelona porque el
remanente económico que deja el casorio de marras es de algo así como de
sesenta millones de euros.
Parece que hasta las Fuentes de Montjuic brindaron su baile
de luces a los novios.
Parece que hasta el Museo Nacional de Arte Contemporáneo se
cerró para atender los festejos nupciales de los indios y dejó a muchos
visitantes con cara de pasmo.
Los altos cargos del país, que suelen tener la agenda
complicada, encontraron hueco para asistir al banquete y ceremonia de los
novios indios.
Pues a la Lechuza le parece una obscenidad, un exceso, un
sin sentido, una vergüenza, y piensa la Lechuza que si con el dinero no saben
qué hacer ya les gritará cosas de interés, algunas de ellas en su propio país.
Para hacer el indio, piensa la Lechuza, que se vayan a las
Indias, que aquí ya hacemos el indio solos, y en exceso.
Este bodorrio impresentable lleva al Grito de la Lechuza a
otra reflexión, pero antes quiere aclarar algunas cosas. Vamos a dejarlas
claras.
La Lechuza es culé.
Forofa. Inofensiva, pero de sangre y plumas blaugranas.
Antimadridista. No se debe ser anti nada, pero qué quieres,
los sentimientos son así.
Ha muerto el preso 46664.
Nelson Mandela nos dejó. La Lechuza no desea extenderse en
consideraciones sobre este HOMBRE, así, en mayúsculas, que fue capaz de no
aceptar la libertad si su pueblo seguía sufriendo el racismo.
Uno de los pocos referentes que nos quedaban, porque los que
ahora quedan no hacen más que los de la boda, el “indio”.
Y sus compatriotas nos dicen que no están de duelo, que
están de celebración por la vida y la obra de Mandela.
¡ Cuánto debemos aprender de esta gente maravillosa !
Y en el año 2007, otros “indios” que en ese caso eran
jugadores del Barça, salvo cinco de ellos, prefirieron quedarse durmiendo en su
Hotel de cinco estrellas y pico antes que ir a una recepción que Mandela les
había concedido. Debían tener sueño, o pereza.
Otros niñatos sin corazón ni entrañas ni alma como los
indios nupciales.
La Lechuza es de sangre culé. Forofa. Inofensiva.
Antimadridista.
Pero las cosas, en su sitio.
La Lechuza grita, pero esta semana gime, que es menos
ostentoso.
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