Carretera y manta.
Para ver a los míos.
Para estar con todos.
Para estar a su lado.
A mi lado siempre viajaba mi compañera. La enfermedad se la
llevó hace cinco años. A mi lado viajan ahora mis hijos, nietas, hermanos,
amigos. Siempre a mi lado.
Suena el móvil.
En una décima de segundo el cerebro emite miles de
pensamientos.
Me dice con un grito sordo que un despiste de una décima de
segundo puede traer la fatalidad.
El móvil ya guarda silencio.
Hoy no habrán otros momentos difíciles.
Todos van a mi lado y yo voy hacia ellos.
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