Esta semana la Lechuza no ríe por lo bajini como la semana
pasada cuando escondía la cara entre sus alas, si no que su grito es un
berrido.
Regresamos a la Inquisición.
El Ministro Gallardón y el Gobierno de la nación (que rima
más estúpida) presentan su nueva Ley del Aborto, la más restrictiva de Europa.
Retrocedemos en derechos sociales 40 años o más.
Y nos la explican, la Ley digo, como herramienta de defensa
del ser concebido pero no nacido.
A las mujeres embarazadas y que no desean parir la criatura
de sus (sí, de sus) entrañas que se las lleve el diablo.
Y creen que lo hacen bien cuando la Ley dice que no
penalizará a la abortista si no al médico que el aborto practique. Cinismo en
estado puro.
La Lechuza opina que el Ministro que aspiraba a ser el líder
de una derecha civilizada se le ha pasado el arroz y ahora les da la sopa boba
a los más reaccionarios y comulga con ruedas de molino para conservar el poder
que ya tiene y que nunca será mucho mayor.
Y para ello olvida que la propietaria de su cuerpo es la
mujer, y para ello las obligará a abortar en la clandestinidad, porque ¿alguien
en su sano juicio y con un mínimo de sentido común se cree que los abortos
bajarán en cifras absolutas con esta nueva Ley?
Lo único que ocurrirá es que las mujeres que no deseen al
concebido no querido abortarán en lugares clandestinos y con abortistas de
dudosa cualificación profesional, por no decir con ninguna, y en chiringuitos
de mala muerte exentos de cualquier condición higiénica de mediana categoría.
Eso es lo que conseguirá la nueva Ley de estos bestias.
Recordaba la Lechuza momentos antes de escribir esta crónica
semanal al empresario de una Sala de Cine de Catalunya que para evitar el IVA
cultural del otro Ministro bestia vendía un kilo de zanahorias a un precio
normal, por ejemplo tres euros, y como incentivo regalaba una entrada al cine.
Así evitaba el IVA cultural del Ministro que arrasa con la cultura y la
enseñanza.
O también pensaba la Lechuza en los revendedores de entradas
del Camp Nou del Barça, e imagina que de otros muchos estadios futboleros, que
venden un bolígrafo BIC a trescientos euros y como regalo una entrada del
Barça.
Hecha la Ley, hecha la trampa.
¿Qué trampa deberán hacer las mujeres embarazadas de un no
deseado?
¿Tal vez después de cada acto sexual denunciar en la policía
una violación fingida y realizada por un encapuchado irreconocible en previsión
de un embarazo indeseado?
Tal vez con ella conseguirían estar cubiertas caso de
embarazo real y de paso saturarían a denuncias los Tribunales de Justicia del
Ministro Gallardón (y digo bien: los Tribunales de Justicia del Ministro, ¿por
qué alguien cree en este país en la independencia del la Justicia?).
La Lechuza, en un ataque de generosidad y por sus tendencias
publicitarias, desea proponer al Partido Popular slogan para la campaña que
deberán realizar con ocasión de las elecciones que vendrán (salvo que dicten
nueva Ley en la que ya no haya elecciones para así perpetuarse en el poder, que
peores cosa se han visto en este y otros muchos países):
“Españolidad es clandestinidad”.
Porque entre la Ley del Aborto, la nueva Ley Penal y la de
Manifestaciones y Reuniones (la Lechuza no recuerda el rimbombante nombre con
la que la han bautizado), España volverá a ser clandestina.
La Lechuza, irritada y berreando berridos, se esconde hoy en
el agujero de su árbol porque entre otras cosas tal vez está empezando a
celebrar las fiestas de la Navidad excesivamente pronto y dice y publica cosas
en las que parece que el cava ya se le ha subido a la cabeza.
O no.
Pues en una cosita no está de acuerdo la de Zamora con la lechuza: No creo que al "menistro" ese se le haya pasado el arroz, más bien creo que es imposible pasarse toooda la vida aparentando lo que no se es. En un algún momento acabas mostrándote como eres y, generalmente, con gran estruendo. Nunca me ha parecido que no fuese tan reaccionario como el que más en su partido. Nunca me he fiado de él, con ese pelo coñete.
ResponderEliminarNo me queda otra que darte la razón, mi querida Maribel, pero debes pensar que la Lechuza es cándida y en ocasiones peca de ingenuidad. Pero como cronista de actualidad debería de ser más aviesa y detectar el plumero con rapidez y agilidad a este tipo de individuos.
ResponderEliminarPor otra parte, me encanta tu descripción del tipejo cuando dices "con ese pelo coñete". Genial!!! Si me autorizas te copiaré la fórmula para alguno de mis futuros escritos. Gráfica, ilustrativa y sagaz descripción.