Con ocasión de estas Navidades de 2014, El Grito de la
Lechuza no es en esta ocasión ni crítico ni ácido ni punzante, y de ahí esta
excepción en el título al sustituir el “Crónica” por “Mensaje”.
Y este es el Mensaje de la Lechuza:
“Un niño siempre puede
enseñarle tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar
siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que
desea.”
Paulo Coelho.
Ojalá estas Navidades, que son tiempo de familia pero
también de reflexión, y sobre todo, el año que empezará pocos días después, sea
el año en el que todos recuperemos algo de nuestra infancia, como por ejemplo
la sinceridad, la candidez, la naturalidad, la capacidad de sorprendernos, de
observar, de valorar las cosas simples, de reír y sonreír como norma habitual y
no como excepción, de abrir muchos los ojos y la boca para exclamar con todo el
rostro ¡¡¡ oooohhhh !!!!, de amar sin condiciones, de tocar y tocarnos porque
estamos a punto de perder el tacto entre los humanos, de mirarnos sin codicia y
sí con la animosidad del que busca al amigo, de echar una mano desinteresada a
quien nos necesita, de cantar porque sí, de llorar porque también sí, de
abstraernos en ensoñaciones, de bailar porque te da la gana (la real gana dice
una amiga mía), de dialogar sobre lo abstracto que es lo importante porque lo
otro es la rutina, de emocionarnos porque otra mirada se cruza con la nuestra,
porque una mano se extiende abierta para acoger manos que pueden ser caricias,…
Ojalá en algún momento del año podamos ser una ratito los
niños que fuímos y que se nos olvidó!!!
Este es el deseo de El Grito de la Lechuza, y mi obligación
es trasladaros lo que ella me explica y comenta.
Y así lo hago !!!
Paco Riera.
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