Píldora de la luna de los
lunes.
Cavilaciones, reflexiones
e introspecciones.
Hoy me atrevo, con toda mi desfachatez, a lanzar una
recomendación a los jóvenes empresarios y/o emprendedores, recomendación que
vale también para los viejos empresarios (aunque estos difícilmente cambiarán
ya de registro), para una satisfactoria dirección de sus negocios.
La frase es de Gabriele Romagnoli (1960), periodista y
escritor que asistió a su propio funeral en Naju, Corea del Sur.
Me explico.
Corea del Sur es uno de los países con mayor índice de
suicidios del mundo, y una empresa tuvo la ocurrencia de “crear” falsos
funerales para intentar disuadir de suicidarse a personas con alto de riesgo de
ello.
Te introducen en un féretro, lo clavan con tachuelas o
clavos y te dejan allí unos minutos, para que reflexiones.
El italiano se apuntó y durante su breve estancia en el
féretro pensó en su vida y cayó en la cuenta de que un ser humano pasa 23 años
durmiendo, otros veinte trabajando, seis años comiendo, cinco esperando, cuatro
pensando, 228 días lavándose la cara y los dientes y apenas saborea 46 horas de
felicidad.
Conclusión: hay que aumentar las horas de felicidad !!!
Y ello implica al trabajo, lógicamente.
Romagnoli no se considera ningún gurú, por lo que dice que
le cuesta dar consejos, pero este que yo leí me impactó y pensé que podía ser
un buen consejo para los nuevos empresarios… y también para los empresarios
consolidados y experimentados con la mente abierta a la innovación.
“Necesitamos un poco menos
de uno mismo, y sustituir la ambición vertical por la horizontal.
En lugar de una carrera,
experiencia;
en lugar de
reconocimiento, conocimiento”.
Estoy convencido de que si muchos empresarios atendiesen a
este concepto sus empresas mejorarían de manera importante, y la felicidad de
sus empleados aumentaría de forma considerable, y eso siempre es beneficioso
para la productividad.
Buena semana para todos !!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario