Píldora de la luna de los
lunes.
Cavilaciones, reflexiones
e introspecciones.
Estaba este mediodía dejándome lamer por el sol del cierre
de octubre en una de mis terrazas predilectas, cuando no puede dejar de
escuchar lo que una pareja acaramelada se decían con sus boquitas besuconas muy
cerca la una de la otra.
Agazapado tras mi jarra de cerveza y haciéndome el
despistado pude escuchar claramente algo como “me gustas porque eres como
yo, porque pensamos muy parecido, casi lo mismo,… sí, pensamos igual”.
Me recorrió todo el cuerpo un escalofrío, y no era por el
frío de la cerveza, sino porque la frase me estremeció. Me tranquilizó un poco
observar que era una parejita muy jovencita, y posiblemente por ello se decían
cosas tan terriblemente erróneas.
Tentado estuve de pedir asiento a su mesa y hacerles ver el
craso y monstruoso error de sus afirmaciones, pero me resistí a ello al
recordar que en mi libreta de notas, poco tiempo antes, escribí algo sobre ese
asunto al leer unas palabras de alguien que ahora busco refiriéndose a este
aspecto.
Y lo encontré:
“Me gustas porque eres
como yo.
Y aquel no me gusta porque
es distinto. La simpatía en ese sentido conduce al odio.
Hay que escuchar a la
gente con otros puntos de vista o vamos al desastre”.
Declan Donnellan.
Director de Teatro.
León de Oro 2016 en la
Bienal de Venecia.
Si este principio, en el que creo profundamente, se aplicase
en general en la vida y en especial en la vida política de nuestro país, creo
que otro “gallo nos cantaría”. ¿O no?
Feliz semana para todos!!!
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