Eunice, ninfa del mar en la mitología griega, dijo que “la
sonrisa está en la mirada”.
Una niña de ocho años cada vez que veía a su padre con
expresión triste le decía “Papi, péinate la sonrisa”.
Mafalda recomendaba “Empieza tu día con una sonrisa”.
Tolstoi estaba convencido de que “lo que se llama belleza
reside únicamente en la sonrisa”.
Mahoma aseguraba que “el que hace reír a sus compañeros
merece el paraíso”.
Yo recuerdo, todos los días al levantarme, la sonrisa
cristalina de mi mujer y empiezo el día con una sonrisa, y me creo a pie
juntillas el proverbio que dice
“Quien no tenga un rostro sonriente no debería abrir una tienda”, porque
yo quiero abrir cada día mi tienda, que es mi corazón, a todos los que en ella
deseen entrar.
Yo te regalo mil sonrisas y me encanta compartir aun las tuyas. Un beso.Elena.
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