Leo en la novela iniciática de Roberto Bolaño, “El espíritu
de la ciencia ficción”, publicada recientemente, una frase que me llama la
atención: “El ojo del enamorado es como el ojo de la mosca”.
Creo entender perfectamente a lo que se refiere el chileno
al hacer referencia a la visión panorámica del ojo del insecto, pero quisiera
matizar que, en mi opinión, el ojo de mosca del enamorado es el del amor no totalmente correspondido, puede que
parcialmente atendido y por tanto dubitativo, pero no manifestado en toda su
plenitud, y por eso ese ojo lo observa todo, con rapidez, con instinto animal y
de forma inquisitiva.
Si ella manifestase el mismo enamoramiento que el de el
enamorado, la mosca y su ojo no pintarían nada en esta historia, porque las
cuatro pupilas se concentrarían las de él en ella y las de ella en él, y el
resto no existiría para ambos enamorados.
Concluyo pensando que en el amor la mosca poco tiene que
ver.
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