Muchas noches durante la duermevela pienso, ¿o tal vez
dormito?, que algunos afortunados crean sus propios santuarios para cuando
precisan refugiarse, y esos santuarios les dan la fuerza para subsistir.
Yo carezco de santuarios por lo que no dispongo de refugios,
y eso comporta soportar los momentos
de angustia, desesperación y depresión en absoluta soledad.
Si lo soportas, te hace muy fuerte, pero si sucumbes, te
destruye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario