… son días de viento en la Cerdanya.
Sopla el viento, a veces al trote y otras cadencioso, sopla
el torb y sopla el mestral, sopla el viento del firmamento.
Susurra mensajes de recuerdos del pasado que persisten para
herir también el presente.
Pero son heridas nobles como masticar la yema del huevo, de
hiel dulce y sabor de eternidad impregnando las papilas de la lengua y del
paladar y el cristalino de los ojos que se torna viscoso.
El viento del firmamento acaricia mi cabellera y alborota mi
melena, y me repite la letanía que dice que en todo gran amor va implícita una
pérdida, porque el amor es una incógnita grave y oscura, guerrera y
pacificadora, lacerante y curativa, y que eso yo ya debería saberlo,… ya
debería saberlo,… debería saberlo… porque es el mensaje del viento del
firmamento…. mensaje del firmamento… del firmamento…
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