lunes, 6 de marzo de 2017

Erecciones (pocas) y eyaculaciones (menos), con el permiso de Bukowski (Charles). (X)

 
Esta madrugada me levanté con el alba. Llovía y había vuelo a nevar.

Salí al jardín medio desnudo y con una navajita plateada que acompañó mis primeras noches de soledad de hojalata para controlar mis miedos de arena y agua.
Descalzo sobre el agua blanca he extendido las palmas de mi mano para acoger el frío entre mis dedos, y con la mano derecha me efectúe un corte ligero y liviano en el índice de mi mano izquierda.

Opaca sangre de rojo espeso goteó sobre la sopa de espuma blanca helada y mis ojos se anegaron de la luz brillante del alba teñida de salpicaduras de rojo burdeos.
Sólo duró un instante esa belleza de color, porque el rojo amarronó y mis ojos se cegaron con lágrimas de sal.
Apliqué ungüento de hipérico sobre mi yema para acelerar la cicatrización y regresé al calor algo extraviado de mi habitación.

Esta madrugada he sentido la llamada de la naturaleza entre soplos de viento, el viento del firmamento.

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