viernes, 20 de noviembre de 2015

Insolación.

 
Ayer me invadió una tristeza enorme. Llegó como una marea. Inesperadamente.
Una ola me preguntaba qué es de Susan que no lo se yo.
Otra decía dónde está que yo no lo se.
Y yo embadurnado y tintado de desasosiego!
Qué invasión de desapego.
Qué lucha más estéril la mía!

Pero debo seguir, hacia no se dónde, pero debo avanzar.
Debo caminar, debo hinchar mis pulmones, respirar, transpirar.
Qué lentitud me abraza y me oprime!
Qué parálisis me sobrecoge!

Despertaré y amaré de nuevo, porque ya lo hice cuando hace poco padecí un eclipse mental, y llegó un amor que de tanta insolación se frustró.
Pero amé, y lo volveré a hacer, porque mi capacidad de amar quiero que sea infinita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario