La pasada madrugada intenté darle un susto al miedo.
Pero el miedo se mostró impertérrito y me dejó un poco
cohibido.
Y, además, me asustó.
Es un enemigo duro, acérrimo y persistente.
El día que no me espere, lo venceré, por sorpresa.
Y por convicción, que no por necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario