domingo, 18 de marzo de 2012

Algunas mujeres y algunos olores

 
Pienso en aquella chiquita que ofrecía un ramillete de hermanas y todas ávidas y yo inseguro.
Niña que se mordía las uñas de una manera atroz y aún así me excitaba manosearle unas manos con rasgos de aspereza. De mirada pícara y de taladro. Bonita y pequeña y atractiva.
Me descubrió la seguridad de que podía gustar.
Olía a disolvente de tinta de uñas porque como que no las tenía porque se las comía igual se lo ponía.

Otra también presentaba una infinidad de hermanas y yo pensé que le gustaba porque venía por casa y yo a veces creí que era por mí y no era así ya que seguro que le importé muy poco pero me hizo sentir bien. Olía a grosella y fresa.

Una me despertó apetencias desenfrenadas ya que ella disponía de retenciones nunca satisfechas y olía a pimiento verde y algo de tomate porque era más sencilla pero no por ello menos atractiva.

Y una niña que convirtió sus pies en mis primeras y magníficas sensaciones con mi cuerpo que ya pedía y con la que nunca me atreví salvo discretas excursiones por zonas imposibles que olían a miel y a almizcle de vino blanco añejo aunque ella era tan joven como el almendro en su primera flor.

Esta otra tenía nombre de princesa y excitaba de forma sublime y nunca permitió proseguir investigando posibles encuentros en busca del olor del mandarino o de la flor de la naranja que es más principesco por la suavidad de su fragancia.

Ella venía de la cercanía de la playa cercana y cálida y próxima y caliente y con la que decidí intentar acercamientos y no concretábamos nada. La recuerdo bailando muy cerca y agarrada como una garrapata y con olor a hierba cortada y llegaba de golpe y se pegaba y empujaba y casi golpeaba como en un combate cuerpo a cuerpo. Yo mordisqueaba su oreja derecha  con el olor intenso y penetrante  del jazmín o mordisqueaba lo que ella me dejaba y me gustaba su risa saltarina de olor de regaliz y algo ronca y lenta y líquida y rítmica y sensual e incluso oscura y un punto sorda pero tibia como la madreselva hasta que se entrometió uno y luego otro y se acabó.
No me supo ni bien ni mal. Pasó así y ya está.

Hermana de mi amigo y mayor que yo y entonces y creo que ahora también por su enfermedad como desconocida era cerrada e inaccesible e inabordable y por eso tremendamente apetecible pero lejana para mi corta edad. Muchas noches de cama inútiles. Muchos olores de lavanda.

Divina que me despertó el amor equivocado pero era amor. Un encanto idealizado e irreal porque no era nada de lo que yo pensaba y provocaba en mi cabeza soledad de orgías egoístas de adolescente. Era del olor del pomelo y la lima y el limón.

Y su hermana se confunde y se me enamora y yo sin corresponder pero despedía olores de melón, guayaba y piña y enormes posibilidades que desprecié en acto iniciado e inacabado. Bofetada de piña recibida y merecida. Abandoné. Me fui al Cine de nombre La Concordia en busca de aquello que ella no tenía.

Otra de nombre de repetición siempre a mi favor siempre conmigo siempre en contra de todo lo que no fuese yo. De formas fantásticas y enormemente apetecibles. Sensualidad pura y contenida en muslos tersos y lisos para mis sueño de excitación pura dura y ruda.
Siempre piernas en mis sueños de fantasía !!!
Impenetrable y siempre insondable y con profundo olor a grosella negra y mora intensa y penetrante pero muchas veces frustrante.

Encanto brujo de miopía anestesiante y de precioso embarazo seductor y de mujer de axila fría pero tierna en el cara a cara y brasa en el cuerpo a cuerpo. Con labios de extremada sensualidad aún con la nariz algo caída y de frente excesivamente despejada pero de manos y uñas cuidadas y distinguidas. Carácter difícil y ojos ratoniles. Piel del rubio del inicio de la  mañana de la primavera y pechos preciosos de puro y tierno algodón. De sensualidad de rebote y reverberancia.

Y de demás allá atrás de la adolescencia una de piel satinada y morena agitanada y lisa y como de natural depilada por piel algo aceitunada como de los olivos andaluces lejanos de sus tierras. De boca y dientes feos por tendencia hacia la inclinación interior al estilo castor, pero piel bruna y suave y caliente y excitante aunque de voluntad arisca y levantisca.

También me acuerdo de aquella que sólo dejó placer animal  en mi recuerdo y carne contra carne y cuerpo contra cuerpo y lengua contra lengua y boca de saliva fértil contra boca de arena porque el placer demanda de más cosas.
Nada más. Insustancial. Necesario en el tiempo aquel. Supongo.

¿Y esa que me dejó sin china? Creo que ya la podré perdonar en mis divagaciones de vejez.
Entró sin que le abriese la puerta y me cerró la que buscaba abrir. 

No recuerdo su nombre, pero recuerdo Bossost y la Vall d'Arán y su origen francés.
Nadie podía conseguir su conquista y yo besé sus labios candorosos y creí desvanecer.
Fue una estupidez.
Aposté que yo sí podía lo que otros no y gané un premio que no me correspondía.
Tú colaboraste en mi juego porque eras mucho más inteligente que yo y que todos los otros que pensaban que eran otros pero eran yo.
Fin del  beso.
Aprendí en ese mismo instante que los juegos están para otras cosas.
Pero aún así, gracias desconocida y olvidada y preciosa francesita.

Y llegó por fortuna aquella que olía a naturaleza de tomillo y eneldo y menta y musgo de árbol y almizcle y vainilla y eucalipto y cereza madura y melocotón y que ya sí fue el olor de la mujer de mi vida.
Después se fue la tuya pero me dejaste tus olores.
Una de tus mejores amigas me dijo que te hice feliz porque me olías a pan y a café y a tostada y a miel y a yogur y a mantequilla y a mermelada de cassis.

Eso es lo más importante que me han dicho en toda mi vida y si así fue pues fue así y yo feliz nada más que porque olieses pan café tostada miel yogur mantequilla y melocotón y mermelada de cassis.

2 comentarios:

  1. Menudo curriculum! ;-)
    Ya sabes que yo tengo pocos recuerdos pero uno de ellos es el olor de mi primer gran amor, olía a moto, a moto Impala! mmmm...

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  2. Cualquier olor lleva a muchos sitios, y si tu olor de Impala es de MMMMMMMMMMMMMMMMM, archívalo en tu cabezita y que ahí repose para cuando lo necesites, amiga!!!

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