miércoles, 7 de marzo de 2012

A mamá, que fue mi primer ángel

Mai et va sapiguer greu el ser petiteta,
perque també ho son les flors
i ho son les estrelles,
i ho es aquell Deu que l'amor goberna.

Quisiste ser pequeñita en todo, en los ojos y en tu mirada,
en tus manos, ¡ llenas años y años de hilos y de lana !,
en la gesticulación, en tus silencios y en tu risa...
¡y cómo me gustaba hacerte reír!

Quisiste ser pequeñita hasta en las palabras,
y por eso me las regalaste todas,
para que yo hiciese el ruido que tú no querías.
Quisiste ser pequeñita incluso en la debilidad
de tu minúsculo corazón,
pero tu latido permanecerá en mi memoria
como reloj de cuco y así sonará,

TIC TAC mamita mía
TIC TAC Fina Fina
TIC TAC abuelita Fina
TIC TAC mamita mía

Los recuerdos cálidos que habitan los corazones pertenecen a la infancia,
y los míos arden con el fuego del amor que me entregaste.

¡Me gustaría vestirme de nuevo de Ramallets escapulado y correr,
perseguido por el revoltoso Llin, por el verde césped del Pasaje Fontanellas de Sarriá!

Me gustaría pedirte mil veces más,
mientras mi llanto inundaría las escaleras centrales del Loreto de la calle Mallorca,
que me mirases, que no dejases de mirarme,
¡mírame, mamá, mírame, por favor!,
porque yo me quedaba huérfano,
solo, desolado, con Sor Casilda y la Madre Ana.

Mamá, recuerdo, ya en la adolescencia,
qué triste estabas a veces y los demás no lo sabían,
y que alegría trajiste y tú no lo sabías.

Mamá, i el 14 de novembre jo que faré?
A qui le regalaré niçes, xocolata i marrón glacé?

¡Qué enorme orfandad me inunda y me asola!
Me abandonan las mujeres de mi vida,
la que la me la dio y la que me robó el alma.
Quiero que permanezcáis en mi medio ser,
porque soy la mitad de lo que era antes.

Descansa, Mamá, y desde tu balcón mira el Mediterráneo,
el mar en el que Susan se baña desde Alejandría y hasta el Puerto de Santa María,
y en algún lugar me encontrarás,
porque quiero lamer el mar para encontrar el sabor de su piel.

Quiero estar en la arena de la playa y en la montaña,
en la llanura y en la altiplanicie, en el agua del río y en la del lago,
quiero fundirme con la línea del horizonte
e impedir que las lágrimas espesen en mis ojos y empañen los recuerdos
de las mujeres de mi vida.

No sé si me acordaré de vivir en estas ausencias,
pero quiero seguir vivo para enseñar a dibujar alas de ángel
a mis nietas Paula y Susana,
las alas de los dos ángeles que cuidaron de mis días.

Déjame que te pida una cosa, Mamá:
cuando en los atardeceres te encuentres con mi amada,
ayúdale a teñir el cielo con el rojo de su melena,
mientras mi mujer se afana pintándose la rayita verde de sus ojos.

Después, recuérdale a Papá
que mai et va sapiguer greu el ser petiteta,
perque d'un res de llavor s'en fa una arbreda,
d'un sol espurnic s'en fa una foguera,
d'un tris gra d'encens s n'omple una esglesia.

Mamá, voy a hablarte bajito, porque estoy llorando ahora!

TIC TAC mamita mía
TIC TAC Fina Fina
TIC TAC abuelita Fina
TIC TAC mamita mía.

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