martes, 13 de marzo de 2012

Cuento de colores

 Este es un Cuento que escribo para mis nietas Paula y Susana, cuento de color y candor escrito con calor de canícula y color de amor y umor, que escribo sin hache porque es muda y ahora la he pintado en este Cuento de Colores de blanco, y blanco sobre blanco no se ve, je,je!!!

Una noche, os lo prometo mis nietas, nos escaparemos los tres para pintar la tierra entera, y a sus moradores, que se llaman mujeres, que son la sensibilidad, y a sus hombres, que algunos son rudos pero también los hay nobles de corazón y espíritu, y a los animales, los de compañía y los que también acompañan pero lo hacen de otra manera, a la suya, desde la selva, la estepa, el desierto que repta, el río que discurre o el hielo y el agua salada.

Empezaremos por la noche, ya que ella cubrirá nuestra travesura, y por la blanca luna, que es el reflejo de la verdad en poesía de Lorca ya que es creciente, menguante, al final desaparece… y renace.
Y la pintaremos no de azul, que ya es el color del cielo, ni negra, porque dejaríamos de verla, ni tampoco roja, porque se quemaría un poco, ni de tonos naranjas porque se los ha quedado el sol, ni verde, porque ya los tienen las hojas de los árboles y el césped de los prados y de las montañas.
Vamos a pintarla del color del arco iris, en círculos concéntricos, que se fusionen y estallen en un chirimiri universal de colorín colorado que este cuento empieza y no se ha acabado, y luego otra vez, porque al estallar quedará descolorida, y así toda la noche.

Y conseguiremos una
luna iridiscente,
luna que salpicará,
luna que escupirá color,
luna infantil, que es verdadera y pura, y se volverá virgen porque así restituiremos el honor que perdió porque unos hombres la hollaron para que otros de su misma especie sintiesen algo tan nocivo como la envidia.

Vosotras, Paula y Susana, veréis la misma luna pintada desde Terrassa y desde Tarancón, porque yo, a medio camino de la una y de la otra, tiraré serpentinas de colores y estiraré de ella para que vuestros ojos vean la misma luna coloreada por nuestras travesuras de entusiasmo y alegría.




Y después de pintar la luna, nos iremos a los árboles y colgaremos reclamos para imitar el canto de los pájaros, el de la alondra que habita entre la hierba y el cielo, el pinzón que es pájaro de otoño y del color del fuego, el del zorzal que es discreto y pasa desapercibido, el del mirlo negro y de pico amarillo que viste del color oscuro de ceremonia, el de la golondrina que es viajera pero regresa para amistar con los poetas, el de la tórtola que es al igual que la paloma compañera fiel y es amiga de Enveitg y se alimenta en casa, o el gorrión que es humilde porque quiere ser luna y es pequeño toro alado y de ella también enamorado, y así poder pintar esos cantos seducidos por los reclamos, porque pintando el aire se pintan los cantos si tienes el atino de la coincidencia del trino con el pincel.

Y las hojas de los árboles, también las pintaremos aunque en el almendro sean ahora de variados colores, ahora de dos o tres colores en el ciruelo, en el manzano de un solo color porque su fruto ya se tizna de muchos tonos, en la higuera pintaremos los higos que son redonditos y pintados parecerán globitos, y en las palmeras mancharemos del color del oro y la plata cada una de sus hojas y dátiles, que son mediterráneos y egipcios menos algunos que se los apropió la Dama de Elche y otros se fueron a Cabrils.

Saldremos, después, en una barca pequeñita de color blanco y azul, para pintar cada cabrita del mar de colores diferentes: azul que es mujer bonita, verde que es el color de la esperanza de la esmeralda y el color de ojos que sueñan, amarillo de sol y pasión, violeta que es el color de mi amiga del mar de todas las estaciones, marrón que es color denostado pero noble y elegante, rojo que es pasión y sangre y también rubí, naranja que es levantino,… y al romper en la arena de la orilla se disolverán en un magma de miles de colores que bañarán y dejarán sus pinturas en los pies de nuestras mujeres y también de nuestros hombres amigos y cosquillearán los dedos pequeños de pies de los niños marineros..

Y en la selva le pintaremos de color fosforita las orejas al gran elefante gris, y al hipopótamo sus colmillos y bostezos que son tan grandes que son fecundos, y a las cebras les pintaremos las rayas blancas de amarillo taxi de Barcelona para que los monos que imitan les hagan la parada y se nos escapen las risas, y al ñu le pintaremos únicamente la ñ que es letra de imperio, y a todas las panteras las pintaremos de “pink” al  modo de la que se convirtió en estrella televisiva,  y al rinoceronte el cuerno de unicornio que no existe pero él lo tiene, y a la hiena la h para que se vaya de paseo un rato ya que es casi impronunciable y si la aspiras te da hipo también con h.



Y después seguiremos con los animales de compañía, como las moscas, también poéticas y a quienes les pintaremos de colores sus alitas que son grises y aburriditas, y a los gatos sus bigotes del silencio y la cadencia de almohadilla, y a las tortuguitas les pintaremos su casita y les construiremos una chimenea pequeñita de la que brotará humito de colores vivos y les dará el colorcito que no es más que el calor de nuestro cariño, y a los perros les pintaremos sus ladridos que en el hogar hacen familia.
Y a los demás animales que nos encontremos, ¡ ya decidiremos !

Y en la ciudad seguiremos con las casas: en la Barceloneta, blanquiazules, que hace mar, en Les Corts, blaugranas, porque se contagian del Barça, en Sarriá y Pedralbes de purpurina oro y plata que hace de ricos, en las Ramblas del color de Ocaña que es el de la diversidad del pintor al que se añora, en el Eixample de color Ilde y Fonso, que es el color del orden y la logística, en Vallvidrera de muchas tonalidades verdes que es montaña y pulmón de la urbe contaminada, en el Poble Sec del color del guijarro gris que es propio del río que allí discurría o de guitarra de seis cuerdas que es la de Serrat, en Lesseps de negro, el color de las plazas duras que el Ayuntamiento crea, y en Sants, donde sale el tren, no pintaremos las casas de ningún color porque el alcalde no sabe qué hacer con esa desgraciada plaza.

Y también pintaremos la arena de las playas de Sant Sebastiá, Barceloneta, Nova Icária, Bogatell, Port Olímpic, y la tierra y las piedras de la Montaña Sagrada de Montserrat las pintaremos de senyera estelada o no, que más da, ya que las banderas no sirven para nada porque el color auténtico está en el corazón y en el alma y los más afortunados también disfrutan de color en su mirada.
Y las aceras de nuestras ciudades, Barcelona, Tarancón y Terrassa las pintaremos con cuadrados de colores, y triángulos también coloreados, y con círculos y con dragones, y pintaremos las caras y manos y las fajas escalera de Els Minyons  castellers de Terrassa, y en el mes de septiembre pintaremos de devoción y color el manto de la Virgen de Riánsares, los viñedos de la Estacada y las crines del caballo del amor de la Cervalera.
          
Y además nos inventaremos un aerosol que no dañe el aire ni el ozono, que se estropea porque con tantas os se le hacen muchos agujeros, y que dispare chispas de colores al cielo, y así, aunque sea durante unos instantes, tendremos sobre nuestras cabezas un chisporroteo de lluvia coloreada que manche nuestras risas, y los que nos vean empinarán la barbilla para ver el cielo feliz de nuestro divertimiento y sonreirán sus labios y serán felices.

Y nos reiremos mucho con lágrimas de la alegría que saltarán en aluvión de colores porque las lágrimas son muchedumbre  y los colores multitud.
Y también el llanto de los que sufren, que son legión, mis niñas, y también serán lágrimas que lucirán como las estrellas del día porque serán con los colores del amor y la compresión y enviarán destellos de agua que dejarán de ser de sal para enviar la miel de su agradecimiento.

Y, por la mañana, cuando salgamos de nuestras casas, lo haremos con la punta de la nariz pintada de color, y otro día con una oreja, o las dos, con colores vivos, mediterráneos, intensos,…y también el pelo, pero no a lo punk sino a lo Tortell Poltrona, que ríe y hace reír y contagia felicidad que es color.

Y todo será de colores, que es la vida y la alegría, el amor, la pasión y el entusiasmo.

Y que no se nos olviden dos cosas más: no hace falta ir a pintar el Cañón del Colorado, porque sería como llover sobre mojado, y eso no hace falta.
Y sabed que vuestra abuelita también ha participado, ya que ha acercado este verano el planeta Rojo a la Cascabelera, y así tiñó, que es propio de Arabia y sus zocos, el mundo del color de su melena, y se divierte porque participa con nosotros de nuestras travesuras.


Y este CUENTO de COLORES no se acabará nunca porque siempre habrá lugares y cosas que pintar, pero ahora y por un ratito se ha terminado, porque los potes de pintura se nos han acabado!!!



Agosto de 2011, mes que he pintado este CUENTO muy agusto desde la Cerdanya.

3 comentarios:

  1. Con este cuentito me descubriste tu arte... qué bien que dejes que los otros también lo disfruten!

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  2. Tuve la suerte de compartir el embrión de este cuento. Me encanta que haya visto la luz, lo tenía guardado como oro en paño.
    Besitos

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  3. Sí, me decidí finalmente a hacerlo público para que mis nietas ya estén en la red y las conozca toso el mundo y todo el mundo sepa que ellas y yo seremos los que lo pintaremos todo de colores muy vivos para alegrar aquellos ojos tristes que en excesivas ocasiones vemos en este mundo de políticos grises, economía gris, empresarios más negros que grises, educación en las letras gris,.... Demasiado gris para que algunos no luchemos para recuperar el color, que es fuente de vida y de alegría.

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