La Lechuza ha celebrado el cambio de año como una auténtica
lechuza: desde su árbol, girando la cabeza trescientos sesenta grados cuando un
acontecimiento lo requería, y cazando todos los insectos que a su vera
revoloteaban, salvo los que nos gobiernan que ya han adquirido tal tamaño que
más que insectos son alimañas.
Dos hechos desea destacar la Lechuza en este fin de año.
El primero le entristece, pero hay lo que hay. Este país
exporta hasta sus miserias. Las globaliza. Al caso SACYR y el Canal de Panamá
se refiere la Lechuza. Consiguen la licitación reventando precios, y ahora que
ya están con las manos en la masa exigen subir el presupuesto en más de un
cincuenta por ciento bajo la amenaza de suspender las obras.
Es decir, amenazan y no plantean ni siquiera dialogar. Al
más puro estilo Partido Popular, Gobierno de España.
¡¡¡ Exportamos estilo, amigos lechuzos !!!
La marca España va a quedar retratada “in secula secolorum”.
Después vendrá a nosotros, los lechuzos publicitarios, para
que creemos una campaña exitosa a nivel mundo mundial para convencer a las
gentes de que España es solidaridad, honestidad, convivencia, seriedad humana y
profesional, acogedora, civilizada, receptiva, amén de los consabidos sol,
deporte, tintorro, fútbol, cultura (¿y Wert qué pinta al lado de esta extraña y
mal sonante palabreja?).
El Gobierno ya se ha desplazado a Panamá, no sé si a
consumar el desatino o a abundar en el mismo, para ¿dialogar? con las
Autoridades del Canal y del país. La Lechuza opina que el problema es esta
forma de hacer que asola al país desde hace un par de décadas y que se llama
gangsterismo, chorizeo, pelotazo, oportunismo, latrocinio y ausencia total de
escrúpulos y de ética personal y profesional. Estos y no otros son hoy en día
los cimientos de España.
Y para completar el espectáculo de fin de año la Lechuza
escucha las declaraciones del Ministro del Interior, Fernández Díaz, que en su
calidad de barcelonés, y por tanto conocedor de lo que en su ciudad y sociedad
ocurre, declara sin ningún tipo de rubor que la sociedad catalana, incluso las
familias, se fracturan (llega a decir que celebraciones como los familiares
almuerzos de Navidad no se celebran a causa de esa fractura que él conoce en su
profundidad barcelonesa y catalana).
Señor Ministro: esta Lechuza también es catalana, y aquí no
hay ninguna fractura. Debe vivir usted en la Barcelona de la luna (que seguro
que allí hay una) porque en esta ciudad, y por extensión en este país, hay
pareceres diversos e incluso divergentes, pero la gran mayoría, por no decir
todos porque la Lechuza no quiere pecar de exagerada, queremos, deseamos que
las urnas nos indiquen lo que nuestra sociedad quiere, sociedad que creo no es
la suya.
No engañe, no mienta, no invente, Señor Ministro.
Aquí no hay
ninguna disputa salvo las que usted y su Partido provocan y alimentan.
Las fracturas nunca se producen en sociedades democráticas.
Las fracturas se producen cuando gobiernan dictaduras. Las fracturas se
producen cuando manda los de pensamiento único. Y es así porque,
afortunadamente, siempre quedaremos algunos, como esta Lechuza, que cuando no
estemos de acuerdo diremos NO, democráticamente NO, y entones salen ustedes y
dicen que las opiniones diferentes son fractura.
Usted, Señor Ministro, y los que son como usted, sí son
rupturistas. De la convivencia democrática, porque sólo lo que ustedes piensan
es válido y aceptable. De la diversidad, por que los que no son como ustedes
son los equivocados y confundidos. Porque ustedes aman la homogeneidad y
detestan y crucifican la heterogeneidad. Porque ustedes están en posesión de la
verdad y los demás erramos en todo.
Señor Ministro: le deseo pese a todo, y en particular a ese
afán de crear falsas opiniones sobre Catalunya que tienen usted y los suyos, un
buen y feliz año 2014, aunque la Lechuza no tiene puesta ninguna esperanza en
que ustedes cambien algunos criterios y actitudes, porque, me permito una
pequeña licencia en catalán, “on no n’hi ha, no hi raja” (usted, que es muy catalán,
me entenderá bien).
Y para terminar, y también en catalán y con todo el cariño
del mundo, esta Lechuza les desea para el recién iniciado 2014, “salut i força
el canut”.
Vamos, que donde no hay mata no hay patata. ¿Lo ha entendido bien la de la Castilla profunda?
ResponderEliminarLo entendiste en toda su profundidad, zamorana!!!
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