domingo, 5 de enero de 2014

Crónica semanal de El Grito de la Lechuza (V).


La Lechuza ha celebrado el cambio de año como una auténtica lechuza: desde su árbol, girando la cabeza trescientos sesenta grados cuando un acontecimiento lo requería, y cazando todos los insectos que a su vera revoloteaban, salvo los que nos gobiernan que ya han adquirido tal tamaño que más que insectos son alimañas.

Dos hechos desea destacar la Lechuza en este fin de año.

El primero le entristece, pero hay lo que hay. Este país exporta hasta sus miserias. Las globaliza. Al caso SACYR y el Canal de Panamá se refiere la Lechuza. Consiguen la licitación reventando precios, y ahora que ya están con las manos en la masa exigen subir el presupuesto en más de un cincuenta por ciento bajo la amenaza de suspender las obras.
Es decir, amenazan y no plantean ni siquiera dialogar. Al más puro estilo Partido Popular, Gobierno de España.
¡¡¡ Exportamos estilo, amigos lechuzos !!!
La marca España va a quedar retratada “in secula secolorum”.
Después vendrá a nosotros, los lechuzos publicitarios, para que creemos una campaña exitosa a nivel mundo mundial para convencer a las gentes de que España es solidaridad, honestidad, convivencia, seriedad humana y profesional, acogedora, civilizada, receptiva, amén de los consabidos sol, deporte, tintorro, fútbol, cultura (¿y Wert qué pinta al lado de esta extraña y mal sonante palabreja?).
El Gobierno ya se ha desplazado a Panamá, no sé si a consumar el desatino o a abundar en el mismo, para ¿dialogar? con las Autoridades del Canal y del país. La Lechuza opina que el problema es esta forma de hacer que asola al país desde hace un par de décadas y que se llama gangsterismo, chorizeo, pelotazo, oportunismo, latrocinio y ausencia total de escrúpulos y de ética personal y profesional. Estos y no otros son hoy en día los cimientos de España.

Y para completar el espectáculo de fin de año la Lechuza escucha las declaraciones del Ministro del Interior, Fernández Díaz, que en su calidad de barcelonés, y por tanto conocedor de lo que en su ciudad y sociedad ocurre, declara sin ningún tipo de rubor que la sociedad catalana, incluso las familias, se fracturan (llega a decir que celebraciones como los familiares almuerzos de Navidad no se celebran a causa de esa fractura que él conoce en su profundidad barcelonesa y catalana).

Señor Ministro: esta Lechuza también es catalana, y aquí no hay ninguna fractura. Debe vivir usted en la Barcelona de la luna (que seguro que allí hay una) porque en esta ciudad, y por extensión en este país, hay pareceres diversos e incluso divergentes, pero la gran mayoría, por no decir todos porque la Lechuza no quiere pecar de exagerada, queremos, deseamos que las urnas nos indiquen lo que nuestra sociedad quiere, sociedad que creo no es la suya.

No engañe, no mienta, no invente, Señor Ministro.
Aquí  no hay ninguna disputa salvo las que usted y su Partido provocan y alimentan.
Las fracturas nunca se producen en sociedades democráticas. Las fracturas se producen cuando gobiernan dictaduras. Las fracturas se producen cuando manda los de pensamiento único. Y es así porque, afortunadamente, siempre quedaremos algunos, como esta Lechuza, que cuando no estemos de acuerdo diremos NO, democráticamente NO, y entones salen ustedes y dicen que las opiniones diferentes son fractura.

Usted, Señor Ministro, y los que son como usted, sí son rupturistas. De la convivencia democrática, porque sólo lo que ustedes piensan es válido y aceptable. De la diversidad, por que los que no son como ustedes son los equivocados y confundidos. Porque ustedes aman la homogeneidad y detestan y crucifican la heterogeneidad. Porque ustedes están en posesión de la verdad y los demás erramos en todo.

Señor Ministro: le deseo pese a todo, y en particular a ese afán de crear falsas opiniones sobre Catalunya que tienen usted y los suyos, un buen y feliz año 2014, aunque la Lechuza no tiene puesta ninguna esperanza en que ustedes cambien algunos criterios y actitudes, porque, me permito una pequeña licencia en catalán, “on no n’hi ha, no hi raja” (usted, que es muy catalán, me entenderá bien).

Y para terminar, y también en catalán y con todo el cariño del mundo, esta Lechuza les desea para el recién iniciado 2014, “salut i força el canut”.

2 comentarios:

  1. Vamos, que donde no hay mata no hay patata. ¿Lo ha entendido bien la de la Castilla profunda?

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  2. Lo entendiste en toda su profundidad, zamorana!!!

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