viernes, 24 de enero de 2014

Reflexión de El Grito de la Lechuza.


Ayer por la noche la Lechuza agarró por segundo (¿o tercer?) día consecutivo un insomnio como una lechuza, quiero decir como varias lechuzas juntas (por lo grande del insomnio) con todos sus insomnios concentrados en una sola lechuza que es la de nuestra amiga El Grito de la Lechuza, porque de todos es sabido que las lechuzas por la noche sufren de insomnio porque tienen el sueño cambiado como algunos niños y por eso duermen durante el día.

Como que en su tronco ya no sabía que postura adoptar para ver si conciliaba algo, que no el sueño porque repito que por las noches las lechuzas no duermen, optó por buscar algún CD en un agujero que en el tronco central practica un pájaro carpintero amigo que se llama José y que ella reconvirtió en despensa de música para noches de posturas complicadas.

Y encontró el Concierto en el OLYMPIA de París del 2 de diciembre de 1969 del juglar Paco Ibáñez, en el que cantó poemas y letras de grandes poetas españoles, y se dedicó a escucharlo mientras buscaba la postura correcta para pasar la noche rapaz y siempre, como es su costumbre, ojo avizor.
Y esa música y esas letras, sobre todo, le llevaron a una reflexión, o varias. Pero vayamos por partes, para mejor orden de esta exposición y mejor comprensión de los lechuzos lectores.
Transcribo en primer lugar algunas de las letras, conocidas desde hace años pero no siempre recordadas, que llamaron la atención del oído de la Lechuza.

“Cuanto más rico es uno más grande es su valor,
quién no tiene dinero no es de sí señor.
… de verdad hace mentiras,
de mentiras hace verdades.”
Arcipreste de Hita

“Ellos, los vencedores.
Caínes sempiternos,
de todo me arrancaron
me dejan el destierro”.
Luis Cernuda

“Si abrí los ojos para ver el rostro
puro y terrible de mi patria.
Si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra”.
Blas de Otero

“Siento esta noche heridas de muerte las palabras”.
Rafael Albertí

“…
Yo no pienso, pues, hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño.
No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe, no”.
G. Brassens / Paco Ibañez

“La tierra toda, el sol y el mar,
son para aquellos que han sabido
sentarse sobre los demás”.
José Agustín Goytisolo

“Nosotros somos quienes somos.
Basta de Historias y de cuentos!
Allá los muertos.
¡ Que entierren como Dios
manda a sus muertos!”
Gabriel Celaya

“¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón”.
Antonio Machado

“Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos…
Estamos tocando el fondo, estamos tocando el fondo”.
Gabriel Celaya



La Lechuza no encontró la postura, más bien se encontró con mayor impostura e incomodidad.
Porque la reflexión son unas pocas preguntas, y las respuestas debe aportarlas cada uno de los lectores:
¿No suenan de algo estas letras de hace muchos años e interpretadas por el juglar hace … ¡ 45 años ¡?
¿No ha transcurrido el tiempo suficiente como para que la vigencia de la letra de los poemas sea gloriosa historia de la poesía y no rabiosa actualidad?
¿No ha habido evolución en 45 años en este país y las reclamaciones de un juglar exiliado en París podrían repetirse exactamente igual hoy en día?
¿Pero que está pasando y si asa lo que la Lechuza se teme, nadie hace nada para impedirlo?

La Lechuza deja las respuestas a sus fieles y admirados lectores, si bien desea abrir sus alas a un futuro en donde de nuevo la luz de la inteligencia regrese para morar entre nosotros.
Y para ello, recuerda la letra de una de las últimas interpretaciones del juglar y recupera par de citas que la Lechuza cree vienen a colación.

“Las tierras de España, las grandes, las solas,
desiertas llanuras.
Galopa, caballo, galopa,
jinete del pueblo, que la tierra es tuya.
A galopar, a galopar
hasta enterrarlos en el mar”.
Rafael Alberti


Stendhal, y la Lechuza se permite la licencia de modificar la persona de los artículos, en algún lugar dijo: “Dios mío, si existes, apiádate de su alma, si es que tienen”.

Y el poeta griego Constantino Kavafis escribió, cuando en su narración el discípulo en el arte de la escritura le decía al maestro que tras muchos esfuerzos sólo había escrito una frase fuera del común de la gente, que hay muy pocas personas que puedan empadronarse en el país de las ideas, por lo que ya podía sentirse muy satisfecho.

La Lechuza finaliza.
Ojalá dios, si existe (y me temo que no, aunque en este caso la Lechuza casi lo celebra) se apiade de esos a los que cantó Paco Ibáñez y a los que hoy podría cantar lo mismo, ¡45 años después!, y está claro y meridiano que ninguno de ellos podrá jamás empadronarse en el País de las Ideas (y no es preciso explicar por qué).

Pero la esperanza reside en saber que otros vendrán que sí podrán.

Y ahora, a buscar vuestras respuestas, amigos y queridos Lechuzos !!!

2 comentarios:

  1. Como Mayo del 68 y el concierto de los Beatles en Madrid, este es uno de esos acontecimientos que más mentiras ha generado con el "yo estuve allí".
    Me encantan las dos de Goytisolo, cuyo lobito bueno ha maltratado a varias generaciones de corderos en mi familia. Y Celaya, el ingeniero del verso.
    Pero en otro estilo diferente mi preferida del concierto es "Y ríase la gente" de Góngora: mantequillas, pan tierno, bellotas, castañas, morcilla que en el asador reviente...y qué manera sublime de hilar los versos!!
    Después de esto, lechuza, habrá que darle un merecido repaso también a Serrat cantando a Machado y a Miguel Hernández. Digo, ya que estamos...

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  2. Estoy completamente de acuerdo contigo.
    En mi calidad de cronista de las inquietudes, desánimos, esperanzas, opiniones, desamores, discusiones, disgresiones, sentimientos, añoranzas, sensaciones, criterios, pareceres, contrastes, sensibilidades,… de El Grito de la Lechuza creo que ella estará encantada de recuperar las letras de grandes poetas como los que citas musicadas por parte del cantautor, trobador y juglar Serrat.
    Y si además eso lo hacemos juntos y en compañía, pues la dicha será mejor si cabe.
    Cuídate mucho, amiga de las lechuzas, o de la mía, de la que escribo sus crónicas, como mínimo!!!

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