martes, 28 de enero de 2014

Crónica semanal de El Grito de la Lechuza (VIII).

 
La Lechuza desea empezar disculpándose por este retraso de dos días en la publicación de la Crónica que me encarga redactar cada semana, pero una fuerte tortícolis le invadió todo el fin de semana, impidiéndole girar la cabeza los 360º propios de toda lechuza en buen estado.

Las causas de esa inmovilidad giratoria la Lechuza ya las ha identificado, y serán explicadas a lo largo de esta Crónica.

En la Crónica semanal la Lechuza podría hablar, pero no va a hacerlo, del desembarco del Partido Popular en Barcelona y del supuesto Plan Rajoy para frenar la consulta catalana, plan que ha quedado reducido a un festival de amenazas contra todos los separatistas, independentistas, federalistas, regionalistas, catalanistas,… es decir, amenazas de diversos calibres e intensidades contra todos los que no pertenecen al ¿pensamiento? único de los recalcitrantes populares; o dicho de otra manera, el Gran Mentiroso que responde al gallego nombre de Mariano Rajoy prosigue con sus mentiras, porque al parecer y así los hechos lo demuestran, Plan, lo que se dice Plan, ninguno.

También podría hablar la Lechuza sobre la imputación del Diputado Cañas de Ciutadans por posible fraude fiscal, pero no va a hacerlo, porque resulte cierto o no el fraude, estamos ya tan acostumbrados a estos espectáculos de latrocinio y escarnio público que deja de ser noticia para convertirse en el “pan nuestro de cada día”, y en la Facultad de Periodismo la Lechuza aprendió a discernir entre lo noticiable y un hecho habitual, y que por esa misma consideración no merece la categoría de noticia.

O la Lechuza podría referirse a la progresiva descomposición del otrora gran partido catalán, los socialistas del PSC, pero tampoco lo va a hacer, porque era conocido por todos que los tres díscolos de la formación sufrirían el acoso sigiloso y lento derribo por las huestes del ¿líder? Navarro y sus nuevos palmarios, léase Lucena y otros minusválidos de la alta política.

Podría centrar sus comentarios la Lechuza en ciertas divergencias internas en el PP por la fastuosa Ley del Aborto, ya que hasta el gallego de lengua enrevesada y pastosa comenta en escenarios públicos que hay algunas posiciones divergentes en el seno de su formación, pero no será en esta ocasión referencia de importancia de la Lechuza, ya que duda si la noticia es esa diversidad en el cogollo del pensamiento único o en ese ejercicio de cinismo brutal y apoteósico de Gallardón cuando comenta que tal vez su Ley sea buena para la economía española al frenar el descenso de la tasa de natalidad.
¡Se puede ser cínico, pero estos niveles merecen la creación del Nobel del Cinismo y la candidatura única de Ruiz Gallardón! ¿O debe ser el Nobel de la Estupidez, Memez, Imbecilidad y de la Mamarrrachería Supina vs. Cinismo y otros tributos?
Pero lo dicho: la Lechuza no se referirá, por el momento, a estas cuitas.

Podría disertar también la Lechuza sobre la dimisión de Sandro Rosell, o la separación de la Trierweiler y F. Hollande, porque a pesar de declararse culé empecinada y empedernida no considera que deba prestarse atención a quien abandona el barco por su propia debilidad aumentando así la rumorología cavernaria y mesetaria sobre operaciones económicas fraudulentas en el “més que un Club”, ni tampoco mucho le interesan los asuntos de entrepierna de Hollande por muy Presidente de la Republica Francesa que sea, ya que la Lechuza ama la libertad y en este caso se traduce en que el caballero se acueste con quien la apetezca y ella se lo permita, y a disfrutar que son tres días (¡y ya han pasado dos!).

No, de todo eso no les hablará hoy la Lechuza a través de esta Crónica que me encarga redactar siguiendo su pensamiento y dictamen.

La Lechuza quiere referirse a la causa de su tortícolis, causante, y valga la redundancia, del retraso de 48 horas de la aparición de esta Crónica.
La rigidez de su cuello giratorio se produjo por el asombro y pasmo que le causó comprobar cómo el Gobierno Central y el de la ¿Comunidad? (¡cuanto interrogante enmarcando palabras y conceptos en este artículo!) valenciana clausuraban las señales radiofónicas impidiendo así toda emisión en lengua catalana en el mencionado territorio, privando a muchos valencianos de su ¿Comunidad? de medios de difusión en su propia lengua (ya cerraron TV3, ¿recuerdan?).
La sorpresa, aún a pesar de saber bien de las animaladas de estos ¿señores demócratas? fue tan mayúscula que provocó de inmediato un estado catatónico del cuello de la Lechuza, conocido como tortícolis en el lenguaje popular.
¿Alguien en su pleno sentido común duda de que no se trata más que de un burdo, soez y salvaje ataque a la lengua catalana?
¿Alguien tiene alguna duda de que no es más que una de las múltiples ramificaciones de una campaña orquestada contra todo lo que huele a catalán?
¿Hay quien pueda pensar que esta medida obedece a una política cuya finalidad es consolidar la España de las autonomías que consagra esa Constitución que con tanto ardor defiende esa derecha retrógrada y casposa, o a superar la crisis económica que parece ser es el eje de toda su actividad política, o a apostar por la convivencia y la tolerancia de las diversidades que constituyen la nación española que mencionan con la boca llena cada ve que tienen una oportunidad?

¡Suerte que el Ministro de Hacienda declara que España está superando la crisis gracias a Catalunya!

¡Suerte que no quieren que los catalanes nos marchemos porque nos aprecian y estiman con mucho amor y pasión!

¡Suerte que valoran Catalunya como una de las regiones con mayor productividad, iniciativa, liderazgo y capacidad de integración de España!

¡Porque si fuese lo contrario, que sería de nosotros, catalanes y lechuzos de Catalunya!

Vamos, que la Lechuza no se extiende más porque sólo volver sobre esos hechos acentúa su rigidez en el cuello impidiendo que desarrolle con eficacia la tarea para la que fue creada: observar con  atención todo lo que su cabeza giratoria le permite, con la finalidad, entre otras, de denunciar esos abusos de poder de esas clases de ¿seres? que dice ser los garantes de la convivencias y de la nación española, cuando muchos ya sabemos que son ellos los que rompen las normas básicas de la convivencia entre diferentes y crean las guerras entre pueblos y personas sólo por tener y mantener puntos de vista diferentes, que es exactamente la riqueza de la vida, la vida que ellos impiden con el objetivo de favorecer a las élites y castas a las que pertenecen y defienden a costa de la sangre, si es necesario, y la aniquilación y el sufrimiento de los demás.
La Lechuza es consciente de que en momentos le abruma la épica, pero es que desconoce otras maneras de manifestarse ante tanta barbarie.

Recordaba en la anterior crónica la Lechuza las palabras de Machado: “Una de las dos España ha de helarte el corazón”.

Y de qué manera, amigos lechuzos!!!

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