domingo, 8 de enero de 2012

Ancora, Delfín, sonrisas y lágrimas.

El día de Reyes leí una triste noticia en la prensa: "Ancora y Delfín", la librería de la Diagonal de Barcelona, cierra sus puertas.
¡ La crisis se lo lleva todo por delante !
Compraba a menudo en esa Librería, y eso a pesar de que en otras tenía descuento y ahí no, pero me gustaba rastrear y comprar en "Ancora y Delfín".
Y no era por su escaparate, casi siempre dividido en base a dos conceptos, novela y resto de temáticas, catalán y castellano, ficción y ensayo, escaparate atendiendo a un orden pero carente de estímulos comerciales y de esas gotas de creatividad que te citan y te animan a la compra.
Tampoco era por la simpatía de sus dependientas, que no es que fuesen lo contrario, pero tampoco se  mostraban excesivamente cercanas, ni cariñosas, ni próximas, sino más bien con exceso de celo profesional, lo cual tampoco está de más cuando ya es norma estar atendido por personal que ni ama ni siente su quehacer.
No era especial la exposición de libros en el interior, si bien criterios de orden y logística estaban bien presentes, pues las agrupaciones eran evidentes: novela, ciencia ficción, ensayo, arte, pintura, ciencia,...
Ni siquiera la arquitectura interior era seductora, ya que la geometría rectangular del espacio no favorecía la búsqueda misteriosa de rincones no fácilmente visibles y la seducción que anida en los mismos.

Nada era especial, pero "Ancora y Delfín" era entrañable, tenía ese alma, ese olor, ese ambiente que los que amamos los libros echaremos en falta en este fangoso año 2012.

Dejo la prensa y me sumerjo en las nuevas tecnologías a través de mi Mac.
¡ Decisión acertada !
Mi exsecretaria martONA Serradell cuenta, ¿me cuenta?, que también en un diario lee que tenemos que SONREIR mucho más. Que para hacer frente a la crisis debemos SONREIR más. Que ya está bien de lamentarnos, de llorar, y de refugiarnos en esta situación que parece que nos sobrepasa.
Es un grito de ¡ Basta Ya ! que deberíamos atender todos y que debería provocar una reacción inmediata.
Gracias, martONA, yo lo sabía, pero hace falta a veces que lo griten otros para que se inicie el movimiento.

Ayer, por la noche, fui al cine.
Fuimos cuatro.
Dos parejas.
Una pareja se cogía y acariciaba las manos. Me hizo pensar cuando yo también lo hacía. Me trajo recuerdos. Bonitos recuerdos. Viejos. Próximos, cercanos y también lejanos. Es difícil el sentimiento intenso.
Esta mañana me ha hecho llorar.
La película, pues bueno.

Acabo de guardar mi arbolito blanco y con lucecitas de Navidad.
Ahora sí ya empieza este año. 
Que haya más sonrisas que lágrimas.

2 comentarios:

  1. No iba a Ancora y Delfín mucho, me gustaba más la Librería Francesa que hace ya tiempo sucumbió y me provocó el mismo sentimiento que ahora tu explicas...

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  2. Ufff sí qué recuerdos!
    Sonriamos pues :-))))))
    Felicidades Paco, te seguiré visitando.

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