Me calcé unos zapatos mocasines negros de más de cinco años
y mi pie empezó a emitir quejas que se me escapaban por la boca al caminar porque me dolía
el dedo pequeño del pie derecho.
Me vestí con una camisa de más de tres años habitando mi
armario y me apretaba en diversas zonas de mi torso y conseguía que mi figura
perdiese parte de su presencia y favoreciese aquello de que los años no perdonan y
evitasen que yo pudiese decir será a ti por que a mí no con la boca llena y no
pequeña.
Decidí vestir unos tejanos ya gastados por el mucho uso y me
apretaban el abdomen hasta que lo encogí inflando el pecho para poder abotonar
los botones y casi sufro un proceso de ahogo y congestión que se delataba en mi
cara roja salmón.
Malditos zapatos. Maldita camisa. Malditos tejanos.
¿Por qué me resultan incómodos cuando los calcé y me vestí y
los lucí en innumerables ocasiones?
¡ Suya es la culpa o de la lavadora o de la horma de mis
zapatos que no utilicé cuando los guardé !
Jamás pensé que la causa de mis problemas eran mi pie y mi
torso y mi barriga o tal vez los años acumulados en mi cuerpo ya de 57 años y
no muy cuidado y tal vez un poco abandonado.
No sé quién pero alguien dijo que es fácil ver la paja en el
ojo ajeno y no la viga en el ojo propio y también alguien cantó que se
equivocaba la paloma que se equivocaba.
Ahora que lo veo con mis ojos y mi cuerpo pienso cuán
equivocado estaba el refranero y más aún el cancionero porque la culpa es del
zapato y de la camisa y del pantalón tejano.
Seguro que recuerdas aquel eslogan que decía "no pesan los años, pesan los kilos". Persevera en el gimnasio...aunque yo creo que tus ropas viejas deben de tener vida propia porque como tu dices "eso solo les pasa a los demás" ;-P
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEso les pasa a los demás, pero no a mí.
Esas prendas se han empecinado en fastidiarme un poquito, pero no lo consiguen ni lo conseguirán, porque para empecinado yo!!!