Primer consejo para mi nieta que hoy cumple su primer aniversario.

 

Vive como la mariposa que inhala perfumes.

Ve y vuelve como las golondrinas.

Crea madrigueras como los castores.

Toca la guitarra como la cigarra

y llena tu despensa como la hormiga.

Lucha como el león,

Corre como el guepardo,

Observa como la lechuza,

Silencia tu caminar con almohadillas de tigre,

Despliega todo tu color como el pavo real,

Escucha como la tórtola,

Alivia tus penas con el habla como la marmota,

Sueña como la mosca que quería ser águila.

Aprende magia de los mejores druidas de la vieja Europa,

no para que desaparezcan objetos

sino para que irradies alegría,

contagies felicidad,

impregnes ilusión y encantes a hombres y mujeres.

Y cambia lo que sea necesario de tu vida

como cambia de color el camaleón.

Y que todas tus acciones las presida siempre

el soplo del Duende, el Duende que llevas contigo,

el Duende de tus padres,

el Duende de tu nombre, Susana,

que es el Duende que nació contigo

y tal vez ahí encuentres la felicidad.

Tú disiparás las sombras de mi alma,

Sombras del color del membrillo y el oro viejo,

Y yo te llevaré a los altos lagos y al río

y a las montañas que acarician el cielo

junto con Montoya y Montoyita

que son juegos de amor para risas y caricias.

Vuela alto como las águilas y deja en tierra a las gallinas,

Susana.

(Nota: Montoya es mi osito de peluche y Montoyita es otro osito de peluche pero muy pequeñito, juego de mis hijos y de mis sobrinos que yo provocaba en nuestras excursiones veraniegas por la Cerdanya. Todavía me acompañan).