miércoles, 24 de septiembre de 2014

ANEXO a la Crónica puntual del El Grito de la Lechuza en el inicio del otoño.


Esta mañana la Lechuza, que parece que en este regreso de las vacaciones estivales le ha cogido afición a la lectura de la prensa diaria, ha dado con una noticia que le ha llenado de una extraña satisfacción.

Digo extraña porque en un primer momento ha llenado sus plumas de una alegría tranquila y sosegada, pero en un segundo momento, el que sucede a una breve reflexión le ha entristecido profundamente.
Lo explico inmediatamente.

La alegría ha erizado sus plumas cuando ha leído que el Ministro Gallardón, el antiabortista, presentó ayer su dimisión, o lo forzaron a dimitir, o lo echaron, o lo retiraron, que más da el término, y que además, en sus declaraciones post-dimisión declaró que sus tiempos en la política han finalizado, y abandona el Ministerio, su acta de diputado y su puesto en el Comité de Dirección del Partido Popular.
Es decir, se retira, lo deja todo, o lo retiran del todo, lo abandonan, los suyos, los de su partido, sus congéneres.
Vuelve a las catacumbas, vuelve al siglo XIX, vuelve al lugar del cual nunca debió salir y menos para dedicarse a la cosa pública, ya que el llamado por la Lechuza imitando a una gran amiga de ambos, de la Lechuza y mía, “pelocoñete” (¿acertado, cierto?) jamás pensó en alguna de sus actuaciones en los demás o en la cosa de todos, sino en sus intereses personales y partidistas, y para ello y dada su condición qué mejor que ser un carpetovetónico, retrógrado, ultraconservador y negacionista de las libertades individuales y colectivas.

Cayo Lara, de IU, declara a raíz de la marcha del Ministro que “entró en el gobierno como el más “progre” y se va como el más “carca”. Enhorabuena  a las mujeres y la sociedad”. La Lechuza se apunta a esta sentencia.

Esta noticia llenó de gozo a la Lechuza, y sus primeros pensamientos se dirigieron hacia los Wert, Saénz de Santamaría, Cospedal, Montoro, De Guindos, Fernández Díasssss (así se pronuncian estos apellidos en catalán, tranquilos, y el Ministro en cuestión es catalán), por supuesto Rajoy, porque ya se ha ido el primero y a él otros de su especie le pueden seguir. Y eso sería para celebrarlo y de verdad (con cava catalán, por supuesto).

Pero la siguiente reflexión le ha causado una enorme tristeza: tristeza que llegó a sus plumas cuando cayó en la cuenta de que Rajoy lo ha dimisionado, lo ha echado o ha prescindido de él, no porque considere excesiva su Propuesta de Ley del Aborto, si no porque tal y como está planteada le resta votos en algunos sectores de su partido y de la sociedad conservadora en general, le posiciona excesivamente a la derecha de la derecha, y en poco más de unos cuantos meses hay Elecciones Municipales y Generales en el medio plazo, y no se la puede jugar.
Es por ello que ha metido en la nevera la Propuesta de Ley de Gallardón, perdón, de “pelocoñete”, y no por amor a las libertades individuales, no por respeto a las decisiones de la mujer, no por involucración personal para proseguir con la modernización del estado en todas sus instancias.
No, ninguna de esta razones u otras muchas que podríamos enumerar están presentes en la decisión del Presidente del Gobierno, ni siquiera su promesa electoral de reformar la Ley del Aborto que aprobaron los socialistas.
Lo único que priva es el voto, es el bien del Partido, son las elecciones y el aferro al poder de esta gente.

¡¡¡ Cuanto daño al país hace esta dinámica política de los Partidos !!!

Pero así es, y mucho se teme la Lechuza que pasará mucho tiempo antes de podamos ver otras estructuras más acordes con lo que la sociedad exige.

Pero seamos optimistas, se dice a sí misma la Lechuza desde su rama observatorio y su cuello de giro de 360º: de momento uno de estos, el “pelocoñete”, se las ha pirado y parece que definitivamente, porque con esta gente nunca se sabe, y les resulta muy sencillo decir diego donde dije digo.

Pero no deja de ser cierto que el que no se conforma es porque no quiere.

N. del A.:  El apelativo "pelocoñete" de invención de una enorme amiga y de utilización y aplicación en este caso personal mía es cariñoso, un poco festivo, al estilo de otros como "pelopincho", o "bolita" para un gordito, pero carece de mala idea y en ningún caso busca la ofensa.
Confío en que el ex-Ministro, que ya carece de muchas cosas, disfrute de un amplio sentido del humor, que como todos sabemos empieza por reírse de uno mismo.

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