Esta pasada noche he vuelto a soñar con ornitorrincos.
Me he despertado con un sobresalto, y lo primero que se me
ha ocurrido ha sido palpar con tiento mi cuerpo con mis dedos y la palma de la
mano, pero entonces me he acordado de Kafka y me ha entrado la risa.
Me he vuelto a dormir sin saber qué hora era pero con una
sonrisa vagando por mi habitación, pero no he podido averiguar si era mi
sonrisa, la de Kafka, la de su escarabajo, o la del ornitorrinco austral.
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