jueves, 9 de noviembre de 2017

Greguerías de un inconformistas (XXXI).

 
Si dormir es morir un poco, soñar es vivir varias vidas.

Yo soy de esos, de los soñadores, porque sueño por la noche y además todas las noches, sueño durante el día porque sueño despierto, sueño los sueños y los escribo y los modifico para vivir a mi antojo.
Y unos sueños son bellos, y yo cuando los explico a mis amigos los convierto en bellísimos, y otros son feos y los transformo en amables unas veces, y otras no, porque así doy cumplida satisfacción a mis bajos instintos, como lo son la venganza, la envidia, la inquina, el desprecio y otros muchos que detesto aunque aparecen en cuanto pueden asomar la cabeza, y así ya no tengo que cumplir con ellos en la vida real porque los aborto en mis sueños.

Yo sueño y quiero seguir soñando, porque es una oportunidad que la vida nos ofrece a todos, y los románticos como yo seguimos en el convencimiento de que los sueños sueños son, pero creemos que muchos de ellos, todos, se pueden realizar.

Y se realizan. Así es.
Es sólo una cuestión de fe.

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