jueves, 2 de agosto de 2012

Alitas de pollo de Tarancón

 Tarancón. Cuenca. Castilla La Mancha.

Equidistante entre las capitales de la provincia de Cuenca y de Madrid.
En esa población de aproximadamente 17.000 habitantes, de los cuales la mitad son gitanos portugueses y moros, vive y trabaja mi hijo (¿será entones taranconero mi hijo según las tesis de Jordi Pujol a pesar de nacer en Catalunya y de familia catalana?) y mi nuera (taranconera de raíz y cepa) y da sus primeros pasos mi nieta (conquense por nacimiento en el Hospital de Cuenca y en el futuro el Pujol de turno ya nos dirá de dónde es).

En Tarancón, como en muchos otros pueblos y ciudades de Castilla La Mancha y de todas partes de este país roto y disléxico y envidioso y de chusqueros y de zonas profundas y de otras meridionales y de chorizos y de políticos de tres al pelo y con más pecados capitales que los siete que se citan como principales, hay muchos bares.
Dicen que los bares son todos iguales pero no es verdad porque en los bares de Castilla La Mancha cuando pides una caña te sirven la caña y una tapa que no cobran para acompañar a la cerveza y eso no se hace en otras zonas ni en los bares que son iguales pero no es verdad porque la tapa si la quieres la pagas.

Las tapas son de lo más variado y variopinto, ya que te pueden poner patatas chips o fritas o calamares romana o mollejas o asaduras o riñones o boquerones o ensaladilla rusa o cachitos de lomo de Orza o aceitunas de Campo Real o alitas fritas de pollo o pimientos asados o incluso, si te conocen por ser cliente habitual, se permite que escojas la tapa y esa que solicitas te la sirven para acompañar a la cerveza, y si repites caña y vuelves  a repetir y ya van tres, pues tres tapas que te regalan y te regalas al estómago y al gaznate.

Antes de empezar el año1954 la Química Grünenthal comercializó un fármaco denominado “Contergan”, basado en el fármaco denominada talidomida y que favorecía la conciliación del sueño, y ayudaba a pacientes con resfriado o tos o asma o dolor de cabeza o incluso con ansiedad.
La misma Química en 1954 experimentó con ratas y conejos y gatos y perros y descubrió que no había ningún síntoma de intoxicación y sí efectos  de sedación poderosos.
En sus investigaciones constataron que su producto sin efectos nocivos en animales y con grandes prestaciones como sedante podía ayudar a las hembras humanas cuando sufren de mareos y vómitos y nauseas y malestar general en los tres primeros meses del embarazo.
Y empezaron a comercializar su combinado químico para embarazadas en el año 1958.
En el año 1963 autoridades mundiales de la sanidad prohibieron el fármaco ya que verificaron que un número elevado de embarazadas que habían consumido el producto para evitar en los primeros tres meses los mareos y vómitos y nauseas y el malestar general parían criaturas con malformaciones congénitas ya que carecían de pies o manos o bien estas terminaciones de las extremidades surgían directamente del tronco.
Fue lo que denominó “El desastre de la Talidomida”.

En el Bar “El siete blanco” de Tarancón y con nombre impuesto por el dueño fanático seguidor del jugador de fútbol Butragueño también sirven cañas con tapa incorporada.
Desde hace un tiempo la tapa favorita de los parroquianos no pueden servirla porque ya no tienen alitas de pollo y por consiguiente no pueden ofrecer alitas de pollo fritas.
En la explotación de pollos a la que adquirían las alitas de pollo se declaró una revolución.
El gallo o pollo Jefe, que era el de la cresta más roja y con las alas de mayor envergadura cuando en el gimnasio le hacían extenderlas para medirlas y además seguidor del eterno rival del equipo en el que jugaba el futbolista Butragueño siete blanco, leyó “Rebelión en la Granja” de Georges Orwell.
Y decidió actuar.
Y decidió que Pepe el del “Siete Blanco” no serviría más alitas de pollo frititas aunque no se sabe bien si tomo la decisión por respeto a la dignidad de su raza o porque él era del equipo máximo rival del de Pepe del “Siete blanco”.
Su plan que no necesitó ser aprobado por ninguna Asamblea ya que él era el líder de la democracia parlamentaria de la Granja consistía en contactar con la Química Grünenthal y convencerlos con argumentos de solidaridad y de respeto a la diversidad de los pueblos y a sus creencias y religiones para que le vendiesen Talidomida, aunque fuese en Mercados alternativos pero que eran justos por la causa social a la que se destinaría el objeto del comercio.

Y así fue como todos los pollos de las embarazadas pollas de la Granja proveedora del Siete blanco nacían sin alas que son sus extremidades superiores y de esta manera Pepe el del “Siete Blanco” se quedó sin sus alitas y otras tapas tuvo desde entonces que servir a sus clientes que debieron de acostumbrase a consumirlas y a olvidarse las alas de pollo fritas.
Y esto se conoce en Tarancón y los pueblos colindantes con Tarancón como “El desastre de las alitas de pollo y la Talidomida”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario