jueves, 9 de mayo de 2013

"Ens hem begut l'enteniment" (*)


Esta mañana he regresado del sur de Francia a mi piso en la ciudad.
Es un trayecto breve, no más allá de dos horas en el peor de los casos.

Cuando crucé la frontera de Francia con España, allá en la población de Bourg-Madame cuando marida con Puigcerdá, en la primera rotonda me detiene la Policía Nacional.
Nada importante, control rutinario.
Permiso de conducir, papeles del auto, seguro del coche, vistazo al maletero y se acabó el control.

Prosigo con mi marcha y a la altura de la población de Alp, en la Cerdanya catalana, en la rotonda que te obliga a dirigirte bien hacia la Seu d’Urgell bien hacia la ciudad, me detienen los Mossos d’Esquadra.
Control rutinario.
Permiso de conducción, autorizaciones legales para la circulación del vehículo, seguro del trasto de cuatro ruedas.
Comento que el recibo del seguro del coche está en mi domicilio en la ciudad, y el Mosso me indica que no hay problema, que no es obligatorio llevarlo en el coche, pero que debe comprobar si estoy al día de pago. Así lo hace, y cuando regresa para decirme que todo es correcto, me comenta que aún no ser obligatorio lo del seguro es conveniente llevarlo en la documentación.
Como que ya me están entorpeciendo en exceso porque a todo ello llevo ya más treinta minutos de demora en mi partir a la ciudad, le pegunto si tiene hijos, y cuando él me responde que a qué viene esa pregunta le respondo que si los tiene que los consejos se los de a ellos y no a mí.
Mala cara. Muy mala cara, pero me desea un buen día y me dejar marchar.

Me dirijo hacia los Túneles del Cadí y en cuanto llego a la zona de peaje para abonar el coste del cruce del túnel, me detiene la Guardia Civil.
Control rutinario.
Me solicita un agente que a sus espaldas tiene varios guardias más armados con metralletas o algo similar (no he hecho la mili, no he disparado un tiro ni en las Fiestas Mayores de los pueblos, por lo que no se diferenciar una arma de otra, pero creo que eran de esas de ratatatatatatata, o sea, metralleta) mi permiso de conducir, los papeles del coche como Permiso de Circulación y semejantes, el seguro del coche y le digo que no tengo el último recibo conmigo, me dice que me espere que debe comprobar si estoy al pago del mismo porque es obligatorio, regresa de su máquina comprueba cosas y me dice que adelante, que todo está en condiciones satisfactorias, y yo le digo que si existe algún cuerpo de seguridad más ya que es la tercera vez que me detienen en un tramo de más o menos 20 kilómetros.
Pone cara de estupefacción, sonríe y me explica que son tres cuerpos distintos y qué mala suerte he tenido de que todos me detengan porque actúan de forma aleatoria.
Le respondo con toda mi amabilidad y tranquilidad (que no es mucha pero creo que lo he hecho bien) que será que tengo cara de etarra o terrorista porque la aleación funciona conmigo.
No le ha hecho mucha gracia pero el hombre me ha sonreído tímidamente y me ha pedido que circule por favor.

En cuanto entro en el túnel pienso que sí, que “ens hem begut l’enteniment” (*), y me enfado porque este país no funciona de ninguna de las maneras. Aquí no funciona nada de nada.

Pero nada más salir de nuevo a un sol rancio y poco acogedor me desaparecen las malas sensaciones que me dominaban porque oigo en la radio del auto una noticia que hace que casi deba pararme de nuevo a causa del ataque de risa que me entra.
Oigo al periodista comentar la noticia del Parlamento de Aragón, que ha tomado la decisión de que en sus tierras no se habla el catalán sino el LAPAO (Lengua de Aragonesa Propia del Aragón Oriental) y en las otras zonas aragonesas hablan el LAPAPYP (Lengua Aragonesa Propia de las Áreas Pineraica y Prepirenaica).

Empiezo a hipar y mi imaginación se pone en marcha y yo decido que en la Islas Pitiusas hablan no el catalán sino el LAPAPO (Lengua Autóctona de las Pitiusas y adyacentes y Peces de su Océano), en Cerdeña el IEAD (Idioma Específico de l’Alger y sus Dominios), y en el sur de Francia (o Catalaunya Nord) se expresan a través del DIALORO (Dialecto del Languedoc y del Rouseillon), en la Comunidad Valenciana el CACHÉ (Catalán de los Chés), he imaginado que los ingleses deciden que a partir de hoy y en algunas zonas hablan el IPYAL (Idioma Personal Y de los Alrededores de Londres) y así hubiese podido seguir pero debía continuar para llegar a mi piso en la ciudad.

“Ens hem begut l’enteniment” (*), definitivamente.

Pero me he reído mucho, se me ha olvidado el cabreo por las tres detenciones de esta misma mañana y me he pasado el viajecito soltando alguna que otra carcajada cuando el tema volvía a mi cabeza hasta que he caído en la cuenta de que todo esto, entre otras cosas, pasa porque los que nos gobiernan pertenecen a un partido llamado popular y que debería ser totalmente antipopular porque ha decidido cargarse muchas cosas (la cultura, el estado del bienestar, la salud pública, las Universidades,…), y entre otras todo lo que huele a catalán.
Entonces ya no me ha hecho tanta gracia.

Y que conste que yo soy catalán, y orgulloso de mi procedencia, pero antes que eso y antes que nada soy ciudadano del mundo y los que me conocen así lo saben y así les consta.


(*) “Ens hem begut l’enteniment” es una expresión típica catalana que si se tradujese literalmente diría “Nos hemos bebido el entendimiento”, cosa harto imposible mientras no se demuestre lo contrario, y que en realidad significa que hemos perdido el sentido común, el norte, el rumbo.
No sé si todos, pero los necios de los políticos, sí!!!

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