miércoles, 22 de mayo de 2013

Independentismo catalán.


Ahora sí.
Ahora, ya, sí.
Me declaro oficialmente y a todos los efectos independentista catalán.

Escucho nada más arrancar el día esta mañana que en una emisora de radio, ayer por la noche, el exPresidente del Gobierno José María Aznar declara que en el origen de la crisis que sufre España está el independentismo, el secesionismo y el soberanismo catalán.

Para ponerle la guinda al pastel dice que por sus convicciones, sus ideas, su partido y su país (fíjense en el orden de sus motivaciones) si es necesario volverá a la política para ser de nuevo Presidente de España y convertirse en el Guía Nacional.

Pues, por mi parte, ahora ya sí.
Definitivamente sí.
Yo no quiero seguir. Me quiero marchar.
Por tanto, quiero, deseo que Catalunya conquiste la independencia.

Yo no quiero estar con energúmenos que nos imponen clases de religión, de ciudadanía, de uniformidad, que creen en la Nación Grande y Única, y que tal vez recuperen la asignatura  que llamábamos FEN (Formación del Espíritu Nacional) que yo sufrí en mis épocas de bachiller.

Este país es insufrible, inaguantable, y que duele en el alma por culpa de estos tipos rancios y trasnochados amos de un Partido que es el máximo ejemplo de la corrupción política, ética y moral.
Sólo pueden servir para que las próximas generaciones aprendan exactamente lo que nunca se debe hacer cuando sirves a la causa pública.

Es la única herencia que dejarán.

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