domingo, 20 de octubre de 2013

El Loro y la Hiena.


(En este Cuento Minúsculo planteo dos finales diferentes con la finalidad de que el lector escoja el que más aprecie y de esta forma participe en la labor de creación del mismo).

Un hombre en actitud concentrada caminaba con las manos cruzadas a su espalda por la alameda y bajo sus pies crujían las hojas caídas crshhhh, crecshhhh, ccckkkssshhhh y también alguna ramita se tronchaba crrraacckkk, tttaaakkkkccchhh, trocckkk.
El hombre pensaba sobre la debatida y controvertida superioridad de los animales sobre la raza humana a pesar de la racionalidad de la última.

Estaba ya cercano el anochecer cuando observó en una rama baja un loro que disertaba a voz en grito como si de un humano se tratase.
Bajo la rama una hiena asentía a las proclamas del loro con gemidos y alaridos, gritos y gruñidos, rugidos y aullidos.
Y así se sucedía el coloquio, ahora el loro lanzaba sus repetitivas proclamas, ahora la hiena respondía con risas y alguna que otra risotada.

Final 1:
El hombre prosiguió algo confundido su camino decidido a cambiar de pensamientos porque ya le había quedado claro y meridiano que en el arte de parlamentar los animales son superiores a los de nuestra condición.

Final 2:
El hombre prosiguió su camino con la duda de si cambiar de pensamiento al constatar la superioridad en el arte de parlamentar de los animales sobre los de nuestra especie o si abundar en el mismo mediante la comparación del parlamento de los animales y de las dinámicas parlamentarias de los diputados de nuestras democracias.


                                                  FIN (para el Final 1)
                                                  FIN (para el Final 2)

2 comentarios:

  1. De un tiempo a esta parte oigo o leo las palabras "parlamentario", "diputado" y demás y se me ponen los pelos como escarpias. Además, el loro y la hiena no se merecen aparecer en el mismo cuento con esos personajes.

    Final 1. No hay ninguna duda en la que "abundar".

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo contigo, Maribel.
    A mí me ocurre lo mismo: las noticias, en la prensa, radio, TV, me provocan nauseas de indignación. Este es un país obsceno, por utilizar un sólo término que ilustre lo que aquí ocurre. Albert Pla decía el otro día (por ello le cancelaron su actuación en Gijón) que le daba asco ser español. No me atrevo a decir lo mismo, pero....... que quieres que te diga!!! A pesar de todo, ENDAVANT!!!

    ResponderEliminar