miércoles, 23 de octubre de 2013

Firmamento de manjares y lanas.

 
(Este Cuento Minúsculo nace de la última frase de la novela de Mario Vargas Llosa, “El héroe discreto”, de reciente publicación. Esa frase es la inspiradora del Cuento.
Lo que sigue a la misma son exactamente cien palabras surgidas de mi pluma, por lo que nada tiene que ver con ellas el autor de la novela citada).

Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión.
Entonces avisté a mi padre sentado en una nube de algodón degustando exquisitos manjares del firmamento aderezados con cirros y altocúmulos y bebidas de cirrostratos licuados mientras el esplendor del sol doraba sus gestos morosos y calmos, y mamá recostada a su lado tricotaba bufandas de polvo de estrellas que escupirán lucecitas y rayos de luz arco iris y truenos que atronarán como petardos de alegría y jolgorio de fiesta mayor de pueblo en compañía de mi amada, que sonreía con su cabellera de rubíes y sus ojos esmeralda lamían los besos de serena felicidad que llovían desde mi avión.

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