viernes, 19 de junio de 2015

Relámpago mental desmantelado XXV y/o mi casa ceretana.

 
Me siento en el banco de piedra junto a la puerta de entrada en mi casa de Enveitg, Alta Cerdanya, Francia.
Descanso después de abastecer los comederos de los pájaros del cielo.

Y de repente, ante un sol esplendoroso, sin prácticamente ni una sola nube en el cielo y con algo de viento del norte que mecen pájaros de vuelo alegre y distraído, un relámpago surca mi mente.

Mi casa, “La Rauxa” como gusto llamarla, es ahora mismo mi mimada.
A mi casa le entrego todo el amor que la vida me prohibió seguir ofreciéndoselo a Susan, a mi compañera del alma.
A la casa le dedico todos mis esfuerzos, todas mis atenciones, todas mis ideas, todas mis iniciativas,… amén del mantenimiento y conservación que toda casa precisa.

Es verdad que lo intenté y por casualidad con una fronteriza con Portugal, a la que dije nuestra primera noche que de mí no se enamorase porque no quería hacerla sufrir y resultó que yo fui el que de ella se enamoró y por tanto el que sufrió y prosigue con ello, pero no me dejó colmarla de los besos y caricias que guardo en mi pecho y que han encontrado destino en mi casa ceretana, en su jardín repleto de begonias y claveles de moro, en su huerto, en sus estantes repletos de libros, en su chimenea y en su caliente y olorosa cocina, en sus escaleras, en mi habitación abuhardillada, en la leñera y en su ciruelo y su manzano y sus mermeladas y en “les fleurs de le dimanche” que regalo a Ivette en ese día de la semana, a ella que es mi encantadora y ancianita vecina.

Mi mente que prosigue divagando sentada en la piedra que hace las veces de banco piensa de pronto que esos dos amores de mi vida sólo utilizan dos vocales, la a y la u, la primera y la última de las cinco vocales, el principio y el fin, alfa y omega.
Susana y La Rauxa.
¿Coincidencia, casualidad?

Qué más da!

Dejo el banco de piedra para esperar la llegada de un amigo que pasará el fin de semana en mi casa querida y que también es la suya, porque eso es lo que siempre quisieron Susan y “La Rauxa”.

2 comentarios:

  1. Si lo deseas ya me harás llegar las meditaciones a las que te lleva mi texto. Me encantará conocerlas.

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