Hola, mundo!
Estoy en el vientre de mi madre.
Existo, pero no he nacido todavía.
Me acerco a los seis meses de gestación en el vientre
boliviano de mi madre, porque mi madre nació en Bolivia, aunque hace unos años
se vino a esta tierra que llaman España, como otros muchos bolivianos y otros
muchos de países cercanos.
Son exiliados que buscaban huir de la pobreza de sus países
de origen y lo que se encontraron es otro país sumido también en la pobreza,
pero no tanto económica si no espiritual, porque están en crisis económica, sí,
claro que sí, pero sobre todo están en crisis de principios y valores y han
olvidado la moral y la ética. Parece que los humanos que a veces no lo son
tanto a gente como mi madre les llaman los desheredados de la tierra.
Yo seré el tercer hijo de mi madre y parece que el primero
de mi padre.
Digo que parece porque me temo que ni el mismo sabe si tiene
otros hijos.
Mi padre es rumano, pero se vino a España como si fuese un
boliviano.
Parece que es de la etnia gitana, pero él dice que no, que
sólo es rumano, pero dice mi madre que tiene rasgos y ciertas costumbres
gitanas. La verdad es que por otra parte es blanco de piel, por lo que igual
tiene razón y sólo es rumano.
Mis dos hermanos mayores son de padres bolivianos
diferentes. El padre del mayor, que es varón, sigue residiendo, bueno,
malviviendo, en Bolivia, porque comenta que es tan indio que aquí desentonaría
y nunca se quiso venir, y claro, mi madre se tuvo que buscar la vida y encontró
otra boliviano que le contagió a mi hermana, que ya nació aquí aunque parezca
que lo hizo allá, porque es más india que el padre de mi primer hermano.
El padre de mi hermana no quiere saber nada ni de mi madre
ni de mi hermana, porque dice que no quería preñar a mi madre, que
fue un error de cálculo (yo no sé qué tienen que ver en esto las matemáticas,
pero he oído que mi madre así lo explica cuando le preguntan). Y el padre de
allá, el que se quedo por demasiado indio en Bolivia, menos quiere saber de mi
madre y de mi hermano.
Mi madre además dice que ama a un catalán que conoció cuando
se embarazaba de mí, pero el catalán dice que él no la ama porque ama a una
zamorana que reside en Pamplona y que se pasa más de medio día hablando en
alemán y el otro medio peleándose con su madre que también se quedó en su
tierra, o sea en Zamora, porque ella es de allí y de ahí no se mueve. Y dice,
la zamorana, que ella no ama al catalán, y yo no se si ama a alguien, aunque
puede que a un arquitecto que no vive en Pamplona si no en Madrid. Lo que si
sabe es que no quiere para nada de nada al padre de su hijo que también es
zamorano y vive en Pamplona y ella lo llama “el imbécil” que yo no se si lo es
aunque si parece que soso y aburrido es, y dice ella, la de Zamora, que sólo
ama al dinero aunque ahora le diga a una brasileña que se vino a España para
caer en Terrassa que la quiere, y luego, después de Terrassa quiero decir, se
fue a Pamplona con el de Zamora que es, como ya he dicho, el padre del hijo de
la zamorana que habla medio día en alemán y se pelea con su madre y con su
hermana y se habla poco con el catalán que la adora.
Yo no se ni cómo llamarme a mí mismo, porque todavía mis
padres no saben qué nombre me van a poner, aunque pienso que él querrá algo así
como Gica y ella algo así como Diosdado. Igual al final me llaman Gica
Diosdado, pues parece que los de Bolivia y otros países cercanos se llaman
muchas veces con dos nombres para no ser pobres en todo o por lo menos no en
nombres. De momento, cuando me quiero dirigir a mi mismo como por ejemplo para
darme una instrucción como Dale una patada o Clávale el codo en el vientre a
mamá me llamó Feto, y si me cabreo porque no me hago caso entonces me llamo
Feto Malayo, que es como Gica Diosdado, o sea, con dos nombres para ser rico en
algo.
Ah, se me olvidada comunicar que mi madre no se casó nunca y
sueña con una boda en plan bodorrio y con lágrimas de alegría y todo, pero para
tener hijos parece ser que no es necesario casarse, y así lo ha demostrado en
tres ocasiones mi madre, el catalán es viudo y antes estaba casado y la
zamorana de habla alemana estaba primero casada, luego separada y ahora
divorciada, así que todos los estados que llaman civiles, que no civilizados,
están contemplados en sólo tres seres humanos, y con el mío se contempla el
cuarto estado, el fetal o no nato pero sí concebido.
Bueno, mundo, como podéis ver estoy hecho un lío y eso que
no he nacido todavía. Me pregunto si cuando nazca, que parece que así será
aunque nadie me ha pedido mi opinión, desharé el lío o será todavía peor y el
lío se convertirá en un nudo.
Ya veremos.
De momento, Hasta luego, o Hasta pronto, mundo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario