jueves, 24 de diciembre de 2015

Una pregunta curiosa.

 
En un ratito estaremos sentados todos en familia celebrando la Nochebuena, y correrá el marisco, el pescado, las carnes, los turrones y los vinos y el cava (catalán).
Yo estoy a punto de abrirme una docenita de ostras, que será mi cena de esta noche con algún que otro vasito de buen vino. Tinto. Sí, ya se que lo que corresponde es el blanco, pero a mí me va el tinto. Beberé un Ribera de Duero que me obsequiaron el otro día.

Pero mientras decido si las abro ya o me espero un poquito, porque pasa un poquito de las seis de la tarde, se me ocurre ver la TV y esta me machaca con declaraciones de políticos (y unas impresentables del Obispo de Córdoba, pero esto es harina de otro costal) bien amarrados a su atril o púlpito, porque si no se cogen ellos a algo está claro que nosotros no sabemos por dónde cogerlos.

Y mientras mi mente empieza a analizar la dicción de nuestros políticos, su comunicación no verbal o gestual, la corbata que gastan, el maquillaje con el que los han pringado, las joyas que con las que se adornan las féminas políticas, a dónde dirigen la mirada, qué hacen con las manos,… mi vista se despista observando a los que se sitúan justo detrás de los oradores.
A veces son uno o una, a veces son dos, uno a cada lado, a veces son más y en ocasiones extraordinarias son multitud, incluso situados en dos filas, recuerdo mientras observo.

Mi pregunta curiosa pre Cena de Navidad es, ¿ qué hacen esos hombres y mujeres detrás del orador?
Queda claro que hacen diversas cosas: hacen el pasmarote, hacen de palmeros mayores del Reino de su Jefe y su Partido, cabecean asintiendo a las palabras del líder como si fuesen bueyes (o vacas, no se me acuse de machismo), ¿vigilan las espaldas del ponente para que nadie le de una puñalada trapera o cosas de mayor enjundia, tan típicas en la política?, ¿se enseñan porque son los siguientes en el escalafón cuando caiga en desgracia el parlante?, está claro que sonríen y muestran sus dentaduras profiden (o no), todos utilizan poses de foto de patio de colegio de los años sesenta y setenta (los míos), ¿lucen peinado, melena, ondas tintadas, calvicie, gafas de marca o del montón?, ¿demuestran que la corbata es una prenda estúpida porque no la llevan o si la llevan muestran su clase social y su gusto en la elección de la corbata?,…

Vaya, que mi pregunta sigue en pie: ¿sabéis que hacen esa panda de ridículos palmeros con pinta de bueyes y vacas silenciosos y mirada estúpida?

¡Ahí va!, y ahora que acababa con mi preguntita curiosa aparece Rajoy en videoconferencia con las fuerzas armadas en Afganistán y no se dónde más, y después de soltar la sarta de frases manidas y convencionales y huecas, dice, a mi modesto entender, algo interesante: da las gracias a las fuerzas armadas por ser los mejores embajadores de este gran proyecto que se llama España.

¡¡¡Me quedo de cartón piedra!!!

¿Proyecto? ¿España es un proyecto?
¿Después de quinientos años sigue siendo un P R O Y E C T O?
¿Para el Presidente del Gobierno España no es una realidad consolidada?

Bueno pues ya son dos preguntitas curiosas las mías que lanzo antes de la Cena de Navidad. Ya me he pasado.

Ruego respuestas, no ahora mismo, claro está, pero respondedme, por favor, porque creo que si sigo pensando en las dos respuestas que busco las ostras me sentarán mal, muy mal.

Feliz Navidad, y espero con ansiedad vuestras respuestas.

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